Ojos de Brujo
Nos satisface plenamente compartir escenario con José Mercé y Paco de Lucía
Ojos de Brujo han construido un camino sólido en el que la independencia de criterio, labrada en la constancia y no en la suerte, les ha llevado a construir una empresa musical inédita en este país. Desde la independencia, su propuesta ha podido llegar al nivel más elevado del escalafón musical, cosa que les está llevando ahora mismo a compartir escenario con los grandes del flamenco. Del “hip hop flamenquillo”, sonido vitalista dónde los haya, han hecho una seña de identidad que ha sido reconocida por todo el mundo. Musicalmente, gustarán más o gustarán menos, pero su evolución, su popularidad labrada desde la independencia, son un camino a seguir en este país. El “házlo tú mismo” ha pasado a mayor gloria: lo que ellos simbolizan es la idea de unidad frente a ese “enemigo” que no distribuye, ni publicita, las músicas válidas, que no son otras que las que tienen interés. Acaban de publicar el maxi “Las Remezclas de la Casa” y parten hacia los EE.UU gracias al Flamenco Festival, una aventura que confirma que el fenómeno Ojos de Brujo trasciende fronteras, acaso la salvación de la música de este país, y de todos los países. Hablamos con Panko en su casa del Raval, con sus dos bebés, sus pañales y mucha vida revoloteando en el ambiente. Panko es DJ del grupo, y productor crucial en el sonido de Ojos.
¿Cómo nace vuestro interés por meter electrónica en vuestra música?
Fue progresivo. Mi función en Ojos de Brujo siempre había sido la de hacer de DJ. Antes de Ojos, Ramón Giménez y yo tocabamos la guitarra y la percusión. Y la idea de meter electrónica fue viniendo poco a poco. Yo tengo un background punk. Empecé en el año 1977; el gran Kiko Veneno fue mi mayor influencia, sin duda. Aparentemente puede parecer extraño que ahora me dedique a la electrónica. Pero cuando llevas más de 20 años en la música, los prejuicios desaparecen.
¿Algún artista en concreto que os haya abierto la mente?
Londres ha sido fundamental. De allí han salido cosas que, lo quieras o no, han irradiado nuestro sonido. Propellerheads, DJ Vadim, Fatboy Slim, el drum’n bass… todo lo que ha salido desde finales de los 90 nos ha llamado la atención, a la hora de hacer una interpretación personal en Ojos de Brujo.
¿Barcelona a qué nivel está?
Aquí hay bastantes DJ’s. Pero pocos creadores de música electrónica. Se aprecian cambios de todas formas, gente con apertura de miras, DJ’s que son diferentes de los habituales pinchadiscos. Tienes a Baby G, una escena de drum’n bass bastante sólida. Se nota que hay una evolución.
Cítame las ventajas de la autoedición.
Pues ante todo, puedes controlar tú mismo el producto, y evitar hacer lo que un contrato con una discográfica te obliga a hacer. Hay muchas ventajas, pero que implican unidad, contactos, buenas relaciones con la gente, los mánagers, las salas, los maquetadores, la prensa, los técnicos, otros músicos. Esas buenas relaciones hacen que al final todo salga bien.
Cítame las desventajas de la autoedición.
Pues que es mucho trabajo. Todo el aspecto empresarial y administrativo lo tienes que controlar tú mismo, al tiempo que estás pensando en la música. Faenas muy pesadas que tú mismo debes hacer. Paciencia, en suma.
¿Qué le dirías a un grupo de hip hop, de los muchos que hay ahora en Barcelona, para que saliera adelante sin sello?
Que trabajen mucho, y se mentalicen. Que muevan la maqueta a través del boca-oreja. Que se hagan ellos mismos su promoción en la calle, que vayan a las radios. Que intenten hacer muchos conciertos. Es un trabajo arduo y difícil. Pero si el producto es bueno, y el artista está convencido de que su producto es realmente potente y original, debe tirar para adelante. Y las cosas acaban saliendo. El trabajo paga.
¿Os consideráis parte del hip hop, ni que sea superficialmente?
Hombre, ahora sacaremos una serie de maxis en vinilo para DJ’s, y DJ Vadim remezclará algunos de nuestros temas. Y ya sabemos quien es DJ Vadim; un pequeño genio del hip hop, que nadie cuestiona. Un visionario.
En febrero os váis a los EEUU con el Flamenco Festival. Tocaréis en ciudades como Cleveland o Miami. Y compartiréis escenario con José Mercé, Paco de Lucía y Sara Baras, entre otros. ¿Qué sensaciones tenéis ante este reto?
Al proyecto Ojos de Brujo le satisface plenamente tocar junto con maestros de la talla de José Mercé y Paco de Lucía. Han valorado nuestra aportación en el terreno del flamenco más moderno. Sin embargo, personalmente tengo alguna duda. Sé que allí hay gente muy necesitada de color y emoción. Esperamos poder transmitirles esos sentimientos. Pero el clima que se vive allí, las sospechas en el aeropuerto no ayudan. Sabemos que el “demonio” vive allí, pero hay mucha gente que necesita evasión y color, y nosotros queremos llevarles eso. Lo merecen.