Paul Draper – Spooky Action (Kscope)
“Sandwich de mierda”: así definió la prensa de Gales a Negative, uno de los hits extraídos del álbum Six, la opera indie-rock psicodélica que lanzó la banda Mansun a finales de los 90. Otras revistas como la influyente y maniática NME también sacaron las antorchas para quemar a un grupo liderado por el británico Paul Draper que ofrecía algo diferente, experimental y arriesgado en un catálogo saturado de posturetas del indie. Algo así como un brit pop con sangre punk que logró colocarse entre los 20 discos más vendidos de Reino Unido en 1998 y de paso arrastrar un séquito de fans que veían (veíamos) a este cuarteto como música de culto.
Activos desde 1995, se separaron en 2003 cuando ya tenían más convencida a la prensa pero también cuando más insoportables eran las batallas legales entre sus miembros por los derechos de autor. Draper escuchó a los fans lanzando un pack de tres CDs titulado Kleptomania que recopilaba caras B, rarezas y el disco en el que trabajó la banda antes de su separación, pero le faltó tiempo para emprender una carrera en solitario sin peleas con unos compañeros que se convirtieron en esos enemigos que menciona en “Friends Make The Worst Enemies”.
Saca fuerza y actitud desde el primer track y no faltan las reminiscencias a Mansun, como no podía ser de otra manera, en temas como el barroquismo roto de “Things People Want”, la ironía de las primeras producciones de la banda en “Who’s Wearing the Trousers”, y “Feeling My Heart Run Slow”, de guitarras similares a lo que ofrecieron los de Chester en su LP ‘póstumo’. Es un disco con nieblas de Halloween en tracks como “Don’t Poke The Bear”, “Grey House” y “Jealousy Is A Powerful Emotion” (tema que habría colado como primer single de los últimos trabajos de Muse). Un CD donde el inglés ha contado con la ayuda de la creatividad de Catherine Anne Davies, más conocida como The Anchoress, para componer casi la mitad de las canciones.
Madurar para Draper es dejar un poco de lado aquel indie rock salvaje que enchufaba especialmente en los conciertos de Mansun. Tras unos años formándose y trabajando como productor, se nota el cuidado que le presta a temas como la bella, experimental y cautivadora “You Don’t Really Know Someone”, un nuevo desengaño en su vida que comparte en uno de los clímax del álbum. La joya popera de “Cant’ Get Fairer Than That”, la última colaboración con el guitarrista de Mansun en “Feel Like I Wanna Stay”, y el dueto con Catherine AD en “The Inner Wheel”, forman un trío final que define muy bien lo que ha querido recopilar el de Liverpool en su primer largo en solitario tras publicar dos EPs que ya nos dieron el año pasado algunas pistas de todas las cosas que nos quería contar el inglés a través de unas composiciones de uno de los song writers con más imaginación y capacidad de riesgo que saltó a la escena noventera.
Gran noticia la vuelta de Draper a la escena musical, si bien es como un remember después de tantos años, la fuerta base de fans que tenía Mansun ha logrado que retome el interés por un proyecto en solitario que abandonó hace tiempo.
Mansuneros al poder!