Simple Minds (Espacio Ibercaja Delicias) Madrid 22/06/22
Nunca me cansaré de reivindicar los primeros álbumes de Simple Minds. Los escoceses surgieron a finales de los 70 a medio camino entre el after punk y la new wave y a mediados de la siguiente década abrazaron el rock de estadio para convertirse en todo un referente de éxito mundial en continua competición comparación con sus coetáneos irlandeses U2. Como a muchos otros compañeros de viaje los 90 se les atragantaron y cayeron en cierta intrascendencia, pero a pesar de ello han sabido sobreponerse a un buen número de envites, continúan en activo y pueden estar orgullosos de ser uno de los grupos más influyentes y respetados de su generación y de haber despachado más de 60 millones de discos en 40 años de carrera. Cuatro décadas que se propusieron celebrar en directo entre 2019 y 2020 y que por la pandemia, han tenido que retrasar a nuestros días.
De los Simple Minds originales solo quedan el carismático líder Jim Kerr y su fiel compañero Charlie Burchill, que pasará a la historia como uno de los guitarristas más elegantes y distintivos con esa peculiar manera de crear atmósferas y texturas con las seis cuerdas y los efectos de su pedalera. Junto a ellos, una solvente banda renovada con la que durante algo más de hora y media hicieron parada en los momentos más significativos de su trayectoria, básicamente los comprendidos entre 1981 y 1991, ya que tan solo sonó un tema de los compuestos después de esa fecha, su reciente y apañado single «Vision Thing».
Arrancando poco después de las ocho de la tarde (hasta Kerr bromeó por ser una extraña hora para empezar un concierto en Madrid) y acompañados del «So May We Start» de Sparks, iniciaron la actuación con “Act Of Love”, reciente rescate de una composición del año 1978 con la que encajan pasado y presente. Tras ella, un repaso por obras y singles capitales como la vibrante «Love Song» y la poderosa «Waterfront», además de «Glittering Prize», «Promised You a Miracle» o «Someone Somewhere in Summertime». Oficio, entrega y un sonido excelente en el que aparte de muchos de sus éxitos recuperaron canciones como «Colours Fly and Catherine Wheel» o «Book of Brilliant Things», además de la esperada y punto álgido de la noche «Belfast Child». Una apasionada y emocionante interpretación que dejó el ambiente caldeado para el tramo final, en el que versionaron «The Walls Came Down» de The Call, para lucimiento de su portentosa batería Cherisse Osei. No faltó tampoco «See the Lights» -uno de sus pocos singles recordados de los 90- como tampoco faltaron los Simple Minds que algunos venían a disfrutar, esos que se pasaron todo el show agazapados para entrar en éxtasis con una inmortal «Don’t You (Forget About Me)» alargada durante más de 10 minutos en un eterno «lalalala…» que podría haber durado horas.
Sus directos son infalibles de siempre, es el arma con el que aún pueden seguir alegrando a sus fieles. Unos fieles que también vibraron con otro de sus sencillos más exitosos «Alive and Kicking» , que sonó algo rutinaria y con menos fuelle, aunque pronto lo olvidamos cuando recuperaron el brío con una «Sanctify Yourself» con la que cerraron, tras la cuál se despidieron al ritmo del «Let’s Stick Together» de Bryan Ferry habiendo ofrecido una actuación impecable, que quizá podría haber sido algo más generosa, eso sí.
Coincido totalmente con tu lectura del concierto. Al final, al no haber teloneros y al costar 70€, se me hizo muy corto el concierto y muy largo el «laralala» de ‘Don’t You (Forget About Me)’. Qué mínimo que media hora más de concierto.
Muy grandes, bravo por la crónica.
Pues si, bastante corto viendo que hace un mes hacían 2 sets más bises, unas 6 o 7 canciones más 🙁
A mí personalmente que no haya teloneros no me importa, pero sí que me preocupa es el concierto que menos me ha gustado de Simple Minds dentro de que fue correcto. Entiendo que no se les puede comparar con los memorables conciertos de los 80 en Newcastle (una maravilla) o el famoso de Verona. Don’t you fue aburrida. Esas salidas de Jim Kerr para que la corista y teclista tengan espacio y él desaparecer. No es como cuando lo hace Dave Gahan para Martin Gore o hacía Liam Gallagher cabreado para su hermano Noel. Ahí puede entenderse algo, aquí como Jim Kerr no tome las riendas y ponga el producto de Simple Minds bien arriba puede que las siguientes giras tengan un ligero declive.
Puede que estuviera algo malo Jim Kerr del estómago (hizo gestos) pero debe replantearse el concierto de Madrid.
Impecables en el escenario… gran sonido…excelentes voces… buen repertorio… 21 minutos de imperdonable retraso… lamentable organización por la hora propuesta y cambiar el recinto para un aforo sobrepasado (público en los pasillos de acceso que no podían acceder a la pista)… y lo que más se puede criticar… no es aceptable celebrar una gira mundial de 40 aniversario… y tocar solo 16/17 temas en poco más de hora y media. Escasos… muy muy escasos. El público quería más… todos queríamos más y se quedaron demasiados temas en el tintero. Una pena en ese sentido. Por lo demás, extraordinarios a nivel musical… se vivieron momentos muy emotivos y con un público entregado. Grandes Simple Minds!!.
Coincido con todos vosotros. Para el precio pagado, 70€, y el motivo, el 40 aniversario, me parece un repertorio muy corto. Y eso que el ‘Don’t You’ se me hizo excesivamente largo y artificial.