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Simple Minds + La Plata (Noches del Botánico) Madrid 24/07/24

A pesar de llevar en el negocio cerca de cinco décadas, Simple Minds siguen desbordando magnetismo, contundencia y emoción cada vez que se suben a un escenario. Los de Jim Kerr y Charlie Burchill juegan sobre seguro y si bien, su trascendencia en nuestro país dista mucho de cuando actuaban en el desaparecido Vicente Calderón a finales de los 80, siguen abarrotando de incondicionales los recintos de medio formato donde podemos disfrutarles desde hace tiempo. Tan solo han pasado un par de años después de su última visita, y en  su vuelta a la capital no les costó agotar entradas en su cita con Noches del Botánico, donde ya actuaron en su edición de 2018.

Ni la abundante vegetación que inunda el recinto madrileño pudo mitigar los efectos del día más caluroso de lo que llevamos de año, un arranque que llegó con La Plata como banda invitada, que a pesar de comenzar su actuación cerca de las nueve de la noche, tuvieron que soportar los 37º largos que seguíamos sufriendo a esas horas. Los valencianos tiraron de oficio para captar la atención de un público de la edad de sus padres, que trataba de refrescarse en las barras y se acercaba a coger el mejor sitio para la posterior actuación de los escoceses.

Foto La Plata: Manuel Pinazo

Quienes llevamos siguiéndoles la pista desde sus primeros pasos allá por 2017, les sabíamos ganadores gracias a ese post-punk de guitarras afiladas, poderosa base rítmica y teclados ondulantes. Ese inicio de carrera trepidante desde que despuntaron con ese instantáneo Desorden, que por motivos que desconocemos no terminó de explotar con el más nihilista Acción Directa (2022). Suponemos que el que será su tercer disco no tardará en llegar, así como el reconocimiento masivo que pensamos merecen.

No tardaron en demostrar por qué habían sido los elegidos para telonear a Simple Minds, desplegando un ramillete de canciones incontestables en las que combinando momentos de presente y pasado como «Aire nuevo», «Hacia el vacío», «Movimiento infinito», «Tu Cama» o «Esta Ciudad», terminaron por ganarse a un respetable ya completamente ambientado. Subieron la ya de por sí alta temperatura con el arrase de «Sueños» y agitaron buen número de cabezas cuando atacaron esa galopante «Real» que conocimos en la banda sonora de la recomendable serie La Ruta o cuando volvieron a su reciente EP con otra de sus cimas, «Ángel Gris». El tramo final terminó en todo lo alto con otros temas de su primera etapa, «Un Atasco» y una «Me voy», tras las que se despidieron entre aplausos.

Todo quedaba en bandeja para que Simple Minds desplegaran su encanto en dos horas que volverían a servir de repaso a la parte más exitosa de su trayectoria. Algunos ilusos nostálgicos entre quienes me encuentro, soñábamos en que podíamos enfrentarnos a uno de esos recientes shows en los que recuperan al completo su colosal New Gold Dream (81-82-83-84) (1982) recientemente regrabado en directo, pero no. Aunque tampoco nos podemos quejar, porque sonaron hasta cinco de sus canciones.

Simple Minds

Una apertura inapelable como «Waterfront», abrió un épico baño de masas centrado en gran parte en su brillante etapa ochentera, salvo los rescates de un disco como Real Life (1991), quizá su última entrega con gran repercusión internacional -aunque podríamos incluir también Good News from the Next World de 1995-. Esta gira toca reivindicar los temas Once Upon a Time (1985), pero también Street Fighting Years (1989) a través de «Once Upon a Time», «Mandela Day», «Let There Be Love» o «Sanctify Yourself». Pero como decimos, también de recordar sencillos como «Promised You A Miracle» y «Glittering Prize» o de hacer un guiño a sus old time fans con regalos como «The American», «Big Sleep» o «New Gold Dream (81-82-83-84)».

Como en todo concierto de los de Glasgow, no faltó la sentida interpretación de «Belfast Child» con un Kerr por cuya voz no pasa el tiempo, un Burchill que sigue haciendo gala de una elegancia sobrecogedora con las seis cuerdas y una banda de apoyo de lo más convincente. El final del concierto fue el esperado, con esa joya llamada «Someone Somewhere in Summertime» y una «Don’t You Forget About Me» que cortó varias decenas de conversaciones banales entre abanicos y cubatas, para convertir el recinto en un mar de móviles alzados que capturaban un momento a compartir en todos esos perfiles sociales entre eternos «lalalala» y sonrisas de puro éxtasis.

El bis arrancó con «Book of Brilliant Things» en la voz de Sarah Brown y con los coros finales de Kerr, continuó con la melódica «See the Lights» y terminó de explotar como no podía ser de otra manera, con un himno como «Alive and Kicking». Un nuevo triunfo para un grupo cuyos directos no conocen desgaste.

Fotos Simple Minds: Víctor Moreno (Noches del Botánico)

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