Singles Supremos: «Golden brown» de The Stranglers
Después de concluir su etapa punk y con muy pocos céntimos en el bolsillo, The Stranglers no tuvieron más remedio que reciclarse, a principios de los años 80, hacia terrenos más próximos al post-punk y a la new wave. Sin ningún atisbo de duda, el máximo exponente de dicha sorprendente metamorfosis musical fue el hipnotizante, enigmático y majestuoso single “Golden Brown” (1982), el cual escaló hasta el nº2 en las listas de Inglaterra (y después explicaremos por qué no conquistó la más elevada posición).
Primeramente, abordemos la traducción de la algo hermética letra:
Golden brown, texture like sun, lays me down, with my mind she runs. Throughout the night, no need to fight, never a frown with golden brown.Every time just like the last, on her ship, tied to the mast. To distant lands, takes both my hands, never a frown with golden brown.Golden brown, finer temptress. Through the ages, she’s heading West. From far away, stays for a day, Never a frown with golden brown. Never a frown (never a frown) Never a frown (never a frown) |
Color ocre, de textura como el sol, me posee, se lleva mi mente. A través de la noche, no hay necesidad de luchar, nunca un mal gesto hacia su color ocre. Cada vez como si fuese la última, en el barco de ella, atado al mástil. Hacia tierras lejanas, me toma de la mano, nunca hay un mal gesto hacia su color ocre.Color ocre, la más suave tentadora. A través de los tiempos, ella se dirige hacia el Oeste. Desde muy lejos, se queda por un día, nunca un mal gesto hacia su color ocre. Nunca un mal gesto (nunca un mal gesto) Nunca un mal gesto (nunca un mal gesto) |
Aquella deslumbrante mutación nació cuando la discográfica del grupo, Liberty Records, les comunicó en 1980, que el punk ya no tenía salida de ninguna de las maneras; así que el teclista David Greenfield comenzó a experimentar con una nueva serie de sonidos. De esa manera, llegó a encontrar el ritmo distintivo, imperial e indeleble del clavicémbalo, el cual te transporta a otra dimensión. Por su parte, el vocalista Hugh Cornwell, escribió la ambigua y enigmática letra; cantándola con su profunda voz mientras escuchaba el instrumento de su compañero.
Así pues, la base del tema comenzó a ser latente y la considerable cantidad de versos plasmados por Cornwell estiraban la canción hasta los 10 minutos, aunque la duración se redujo a más de la mitad porque la música creada no alcanzaba en longitud a las estrofas.
Sin embargo, el bajista Jean-Jacques Burnel, ofrece otra versión acerca de que los acordes originales sí que duraban mucho más, ya que el propio David Greenfield y el batería Jet Black habían compuesto una demo instrumental de corte progresivo, mientras él mismo y Hugh Cornwell estaban distrayéndose en el bar de enfrente. Ya durante la confrontación de ideas entre los cuatro músicos en el estudio, Burnel afirmó que él mismo y Cornwell se mostraron en desacuerdo con una suite jazzística que resultó demasiado extensa y los dos últimos citados se expresaron acerca de las partes que no les agradaban. Así pues, la partitura se fue recortando hasta los 3 minutos y medio, quedando a gusto de todos los implicados, de ese modo.
En consecuencia, Cornwell, Greenfield y Black fueron puliendo la maqueta y acabaron construyendo un muy cautivador pop de cámara con influencias de la música clásica del siglo XVII, todo ello en unos compases inhabituales; acerca de los cuales ni siquiera algunos musicólogos se ponen de acuerdo. ¿No es fascinante?
Durante el proceso, reaprovecharon unos acordes sobrantes y que habían descartado para otra canción suya, “Second Coming”. Sin embargo, según Hugh Cornwell, el bajista Jean-Jacques Burnel dejó hacer a los otros y no participó en la grabación de estudio de “Golden Brown”, ya que éste no estaba en la onda del clavicémbalo de sabor vintage de David Greenfield.
La discográfica Liberty fue víctima, entonces, de su propia exigencia de cambio, ya que vieron que “Golden Brown” no sonaba como las antiguas y particulares canciones punkies de The Stranglers; así que, al final, el sello concedió luz verde hacia las nuevas ideas artísticas del grupo de Guilford (Surrey) debido a lo siguiente que explicaremos.
De entrada, nadie en el mundillo de la música tenía fe, a primeros de los años 80, que con la traslación desde el más rabioso punk hasta una sonoridad tan distinta, como por ejemplo, “Golden Brown”, The Stranglers tuvieran muchas oportunidades de sobrevivir comercialmente. Sin embargo, las emisoras de radio terminaron por apercibirse de la singularidad, de la valía y de la belleza del corte y comenzaron con una difusión cada vez mayor del mismo. De este modo, en Enero de 1982, el sencillo extraído del LP La Folie fue hacia arriba en las listas y vendieron un millón de copias solamente en Inglaterra. Como guinda, el combo británico obtuvo el reputado galardón Ivor Novello.
Además, el batería Jet Black, ya pensó, previamente, que el tema sería un hit y presionó a Liberty Records para sacar el tema como sencillo y al final, la propia discográfica tuvo que conceder la razón a la banda de Surrey porque a diversos tipos de público les caló muy dentro la canción, incluidos a la parroquia punk; los cuales ya habían venerado al cuarteto en la anterior etapa de éste.
Como ya ocurrió con The Beatles y la supuestamente lisérgica “Lucy in the sky with Diamonds” (1967), entre otras muchas canciones, han sido innumerables las especulaciones de la audiencia sobre el significado de “Golden Brown”. En consecuencia, en los primeros años 80 después de su publicación, ante las recriminaciones ajenas sobre que aquello trataba acerca de narcóticos, The Stranglers aseguró, de modo vago, que la audiencia debía ampliar las posibilidades interpretativas.
Ya el año 2001, el cantante y guitarrista Hugh Cornwell nos ofreció claves decisivas para desentrañar, algo más, las estrofas de “Golden Brown” y desveló que, tal vez, el significado supone un doble juego muy sutil entre la heroína y una mujer, ya que ambas le proporcionaron momentos de auténtico gozo. Acerca de la segunda vía explicativa, por aquella época, el vocalista Hugh tenía una novia de la zona del Mediterráneo, la cual tenía una piel bronceada y de un tono moreno dorado, debido al efecto del sol.
Acerca de la primera opción, (recordemos, por cierto, que la heroína proviene de las flores del opio y algunas de ellas tienen un color ocre) el vocalista también manifestó, por aquella época del cambio de milenio, que la banda tuvo influencias antiguas como el hecho de que poetas ingleses como Percy Shelley y Samuel Taylor Coleridge estaban enganchados a las drogas y eso parecía crear un aura de romanticismo a la hora de producir Arte. Sin embargo, Cornwell también afirmó que, en realidad, la inspiración no se presenta así y que la mejor lírica sobreviene cuando estás sobrio.
El propio frontman, también soltó la teoría de que si el bajista Jean-Jacques Burnel no hubiera sido un lenguaraz y no le hubiera confesado a la prensa, antes de tiempo, que los versos trataban sobre este estupefaciente, probablemente la canción hubiera alcanzado el nº1, en Reino Unido.
El single solo fue superado por el tema “A town called Malice” de The Jam. Sin embargo, el propio Hugh Cornwell (al igual que su disquera principal EMI Records) también se halló molesto porque opinó que el tema de Paul Weller y compañía se comercializó en formatos de 7 pulgadas, en estudio y 12, en directo y eso le concedió una ventaja mercadotécnica a la hora de ganar la carrera hacia la máxima posición de los charts británicos. Resumiendo, Cornwell pensó que el sencillo “Golden Brown” debía ocupar ese sitio y no el segundo escalón del podium.
No es de extrañar que escribieran esta letra si nos referimos a la primera hipótesis, ya que los indómitos The Stranglers, durante los 70 y los 80, se vieron envueltos en varios episodios por consumo de sustancias prohibidas (Hugh Cornwell incluso fue arrestado por posesión de drogas); además de protagonizar la agrupación inglesa otros ruidosos altercados de diversa índole.
El propio Cornwell manifestó acerca de todo ésto: “Es muy agradable escuchar esta canción sobre la heroína en el programa más popular de la radio: ‘Entretenimiento Familiar’. En cierto modo, era más punk que todo lo que habíamos hecho hasta ahora”.
El video-clip es de una riqueza visual extraordinaria y muestra a la banda interpretando a unos exploradores en Egipto (¿se referencia a este estado por haber llevado el opio a Europa?) y con escenas de diversos países de Oriente Medio; además de cantar y tocar el cuarteto, vestido de etiqueta, para la emisora “Radio Cairo”. Sobre el rodaje de esto último, se utilizó el Leighton House Museum, de Londres.
Añadir que “Golden Brown” es un fabuloso portón de entrada, el cual nos debe transportar hacia otros muchos diamantes de los sensacionales y prolíficos The Stranglers como “Skin deep”, “Nice in nice”, “Peaches”, “And if you should see Dave”, “Sweet smell of success” o ”European female”.
En el fondo es de lo que se trata en esta sección, de que a través de un single supremo pueda el oyente ir descubriendo una diversidad de otras espléndidas tonadas de una banda.
Fantástico y profundamente documentado artículo sobre este hipnótico sencillo (el primero que escuché de este grupo), y que se recuerda, sobre todo, por el omnipresente clavicémbalo, que lo hizo distintivo, y creo que por ello, tremendamente popular. Desconocía la historia de la droga detrás de la misma, pero bueno, al final la inspiración fructifico. Como bien se apunta, este éxito supremo (me gusta más que el número 1 de The Jam) permite redescubrir los temas mencionados, y tanto de su época punk (de la que recuperaría «No More Heroes»), como de la más sofisticada y posterior (maravillosa también «Midnight Summer Dream», que acompañaba a «European Female» en su notable disco «Feline». Un nuevo «single supremo», con un comentario que no lo es menos. Felicidades a Txus Iglesias por su confección y a Muzikalia por su publicación. Un cordial saludo.
Muchas gracias por su opinión y su muy completo comentario a Xavi Gállego, sobre el tema de The Stranglers.