Slow Club – Paradise (Moshi Moshi)
Si alguna vez alguien acuña el término “pop esquizofrénico”, y la ocurrencia tiene éxito, una de sus referencias fundacionales será este Paradise, segundo trabajo de Slow Club, grupo de indie folk llegado desde Sheffield. Si su debut (Yeah So, 2009) rebosaba de frescura y urgencia adolescente, apenas dos años después parecen estar atravesando esa etapa siempre difícil del tránsito hacia la madurez. De ahí la esquizofrenia: con un ojo puesto en lo que parece ser el paraíso del título (la complicada pero siempre eufórica época de la pre-adolescencia) y otro viendo llegar las preocupaciones de la edad adulta, les ha salido un disco donde cada uno puede escoger una mitad, en atención a sus preferencias musicales o simplemente según su estado de ánimo.
El single “Two cousins” parecía anticipar el triunfo de la luz sobre la oscuridad, con una sección rítmica hipervitaminada y unos alegres coros capaces de espantar cualquier preocupación. De hecho el esquema se repite varias veces más a lo largo del disco: en “If we´re still alive”, “Where I´m waiting”, “The dog”… Pero ahí, agazapadas, están esperando la angustia y la ansiedad del adolescente que empieza a darse cuenta de que la vida no es un camino de rosas. El paso del tiempo, la vejez, la pérdida…sentimientos que a todos nos empezaron a angustiar a esa edad fronteriza, y que aquí se ven reflejados en temas como “You, Earth and ash”, que la cantante Rebecca Taylor dedica a su abuelo; el baladón “Hackney Marsh”, con sus cambios de ritmo, inflexiones vocales y coqueteos con la música de cabaret-jazz; en “Gold Mountain”, en “Horses jumping”…
En fin, que en este Paradise podrá alimentar su euforia el seguidor de grupos comunales tipo Polyphonic Spree o I´m From Barcelona, de la misma manera que encontrará cobijo quien tenga el Trinity Sessions de los Cowboy Junkies como uno de sus discos de cabecera. Sí, lo sé, son dos posiciones totalmente extremistas y opuestas. De ahí, repito, lo de la esquizofrenia.