The Horrors – Joy Eslava (Madrid)
The Lions Constellation, eran los encargados de abrirles paso a The Horrors en Joy Eslava. Toda una sorpresa para los allí presentes, sonido contundente y muy directo arropado con buenas canciones. No es ni más ni menos que la banda paralela de RJ Sinclair, vocalista de Tokio Sex Destruction. Las similitudes con estos últimos no son demasiadas, la banda esta creada para (quizás) dar rienda suelta a las influencias más “indies” y “shoegaze” del mencionado artista, a juzgar por lo que vimos. Me van a perdonar la comparación, porque está claro que estos jóvenes tienen su propia personalidad, pero las influencias de Jesus & Mary Chain o My Bloody Valentine son innegables. Sea como fuere, lo suyo fueron 45 minutos de energía y frescura sobre un escenario que quizás no fuera el suyo y delante de un público más que frio, demasiado impaciente por ver a los británicos.
A las diez y pocos minutos comenzaban a bajar las escaleras del Backstage la banda de Faris Badwan y los suyos, con el consiguiente alborozo de los fans. Las presentaciones que pueda hacer de The Horrors, sobra a estas alturas. La banda venía a presentar su segundo larga duración producido por Geoff Barrow. Un trabajo con una producción mas elaborada y sin lugar a dudas más asequible para depende de qué tipo público. Parece (a juzgar por lo que vimos) que no solo su disco es más pausado, la banda parece querer dar una muestra de sobriedad sobre el escenario, que en el pasado no era desde luego sello de la casa.
De hecho, poco o nada parece quedar de The Horrors que vimos ahora hace dos años, en una conocida sala madrileña, en un concierto polémico a la par que lamentable. Así pues, el quinteto embutidos en sus ropas negras y con su estilo cadavérico, tal y como nos tienen acostumbrados, comenzaron a repasar su flamante nuevo disco.
Como en tantas bandas británicas que se han dejado caer por nuestros escenarios, el entusiasmo exhibido por el grupo no parecía ser algo que sobrara. No fue óbice este dato para que su público más fiel, hiciera de las primeras filas de la sala un sitio poco transitable.
“Mirror ´s Image” fue el tema elegido por el grupo para seguir con la práctica totalidad de su flamante “Primary Colors”. “Trhee Decades” seria la antesala para la tercera canción del setlist elegido para este concierto, en este caso la extraordinaria y que da título al álbum: Primary Colors, canción de las mas celebradas por los asistentes. Así fueron alternando temas más “atmosféricos” como: “Scarlet Fields” con otros de factura mas rockera y caótica como “New Ice Age”.
Si hay algo que no se les pueda negar, es la valentía a la hora de elegir la selección de canciones. No todos los grupos que nos visitan se atreven a hacer un concierto entero, compuesto casi exclusivamente de temas nuevos. Eso es creer en su repertorio. Tampoco falto su último single “Whole New Way”, también de los más celebrados, lo que nos lleva a pensar que el grueso de los asistentes, sabía lo que iban a ver.
En líneas generales un concierto poco más que pasable. Factura impecable en algunas de las canciones, pero en otras no llegaron. Faris utilizando el cable del micro a modo de látigo y mirando a la audiencia amenazante, el guitarrista, Joshua Third manejando una maleta de pedales de efectos pocas veces vista sobre un escenario, y el resto de la banda como auténticos seres invisibles, pasando desapercibidos entre la niebla.
En ocasiones un público entregado se merece más, se merece mucho más que una hora escasa de concierto, se merece más que unos bises forzados que supieron a poco. Y sobre todo se merecen que la banda muestre credibilidad y respeto hacia los fans, y eso son unas virtudes muy escasas en muchas de las bandas británicas de hoy, y parece que The Horrors no son una excepción.
Un concierto intenso para los amantes de la estética y la puesta en escena vampírica, tan de moda hoy día, sin duda. Pero escaso y corto para los que vayan más allá y busquen algo más que efectismos. Más de un asistente todavía se estará preguntando el porqué unos teloneros tocan prácticamente el mismo tiempo que el grupo “estrella”.
Una banda a la “presunta” altura de The Horrors debería cuidarse mucho de no dejar ese mal regustillo a sus fans, que al fin y al cabo son los que les pagan.