The Rolling Stones – Bridges To Bremen (Universal)
Corría 1997 y The Rolling Stones ya hacía mucho tiempo que habían alcanzado ese legendario estatus que te permite hacerte giras extensas en sitios enormes al margen de si el disco que has sacado es malo, bueno o regular. Bridges to Babylon no era gran cosa, pero no impidió que los Stones arrancaran una gira bestial en la que se mostraron en plenitud de facultades, saltando de estadio a estadio por el mundo entero.
El tour fue todo lo que el disco no había sido. Los shows eran excitantes, con tensión, las canciones cambiaban de una ciudad a otra y había un escenario situado en mitad de los estadios al que los Stones llegaban mediante un puente para tocar entre el calor de sus seguidores. Además, el grupo seguía manteniendo el peso que habían adquirido en el tour anterior gracias a la fusión de la pegada de Charlie Watts con el grosor del nuevo bajista Darryl Jones. Por otro lado, las canciones de Bridges to Babylon sonaban mucho mejor en directo que en estudio, lo que indicaba que el grupo seguía teniendo chispa solo que no había sido enlatada correctamente en el estudio de grabación (al fin y al cabo Voodoo lounge (1994) no quedaba muy lejos en el tiempo y había sido sensacional).
Como testimonio se editó Bridges to Babylon Tour ’97-98 (1999), un DVD o VHS que capturaba la actuación del grupo en St. Louis. Buena grabación, excelente documento. ¿Pero y en audio? Lo que salió fue el escueto disco en vivo No security (1999), con solo catorce canciones, sin respetar la dinámica de un show ni provocar la euforia que el vídeo sí provocaba. Fue una lástima, porque los fans nos quedamos sin un disco en vivo doble y extenso, que era el que una gira así de buena merecía. Pero ha sido ahora cuando ha llegado. Grabado en Alemania, Bridges to Bremen (2019) nos proporciona todo lo que No security no nos dio. Un show entero distribuido en dos cd más su correspondiente dvd también con el concierto completo (más cuatro temas a modo de bonus grabados en Chicago). El concierto fue grabado y emitido en su día por la televisión alemana, pero es genial que haya salido como parte del catálogo del grupo porque merece mucho la pena.
Todas las canciones de Bridges to Babylon que suenan son dignificadas en alto grado. Es flipante la conexión que se da entre los The Rolling Stones y el público en “Saint of me”, lo potente que queda “Flip the switch” y lo bien que resuelven entre Mick Jagger y el corista Bernard Fowler el rap de “Anybody seen my baby”, que en disco no era gran cosa y que aquí queda chula. Keith Richards se la juega y canta dos canciones que no son hits, una de ellas “Thief in the night” (que de nuevo mejora a la de Bridges to Babylon) y la otra una “Wanna hold you” que también suena muchísimo mejor que la original de Undercover (1983) y, de hecho, te das cuenta de la gran canción que es. La sal del disco son las canciones clásicas-menos-clásicas-que-las-de-siempre, como “Let’s spend the night together” (brutal la conexión telepática entre las guitarras de Ron Wood y Keith), “Memory motel” y una “Paint it black” que nunca tiene por qué sonar, pero que cuando lo hace pone a los estadios patas arriba. Y evidentemente, los clásicos-absolutamente-clásicos también están ahí, son esos que conocemos todos pero que en cada gira e incluso concierto cambian. Ese es el gran truco de los Stones, que aunque ensayan, hacen saltos mortales delante del público una y otra vez. “(I can’t get no) Satisfaction”, “Gimme shelter” o “Miss you” (en una versión larguísima) sonaran a las de siempre pero distintas, con vida nueva.
Escucha The Rolling Stones – Bridges To Bremen
el mismo disco de los últimos 30 años una y otra vez