Tirzah – Colourgrade (Domino)
En el 2018 debutó la londinense Tirzah con un excelente disco, Devotion, que intercalaba hermosas viñetas de electrónica y R&B, con un pie entre la investigación low-fi y otro en la búsqueda de melodías que se enredaban en remolinos ensoñadores, ascéticos. La revelación de una combinación maestra: Tirzah y Mica Levi a la producción podían con todo lo que se les pusiera en el camino.
Este Colourgrade (Domino, 2020) es un paso adelante, o, mejor dicho, un salto al vacío sin red. En estas melodías abraza los sonidos sinestésicos creando un lienzo de texturas narcóticas, colchas de electricidad minimalista que serpentean por meandros inesperados, y una lírica que va desgranando el día de día de una mujer en pleno proceso de aceptación de la maternidad, y con todo lo que eso conlleva como modificador de la realidad.
Colourgrade –en castellano “etalonaje”- es la técnica cinematográfica de la modificación de los colores en algunas partes de un filme para activar ciertos estímulos sensoriales, algo que consigue en el intrigante devenir de estas composiciones. Un ambiente de extraña quietud abre el disco con “Colourgrade” con la voz de Tirzah modulada hasta el paroxismo. Con “Tectonic” los sonidos parecen que abran una brecha por la que se cuela una especie de funky mutante a la forma de unas ESG repensadas por la mente de Dean Blunt. El propio Blunt junto a Kwoke Boss –amigos todos, este es un disco elaborado en familia- producen otra de las cumbres del lote, “Recipe”, que perfectamente podría incluirse en alguno de los discos del autor de Black Metal: bajos graves, loops repetitivos, y el recitado atonal de Tirzah van redefiniendo la canción pop del siglo XXI. Texturas imbricadas van alimentado la preciosa lentitud de “Beating” que celebra el latido de una nueva vida, y “Sleeping” es una nana creada mientras la mirada de una madre se recrea en el sueño de sus retoños. Estamos ante un disco descomunal.