Turborock 2011. Asistimos a la segunda edición del festival celebrado en Santander y Benidorm
Intro
La segunda edición del Turborock, en su faceta internacional, venia cargadita de artistas “imperdibles” para los aficionados a las guitarras en muchas de sus facetas, a saber: Powerpop, Rhythm & Blues peleón, Punk, Soul salvaje, Rockabilly, Surf… Rock & Roll al fin y al cabo. El Turborock se afianza como una cita ineludible para los degustadores de buen Rock, repitiendo la misma fórmula del año pasado; recuperación de artistas imprescindibles de los noventa: Gigolo Aunts, DGENERATION, Urge Overkill, Man or Astroman?, Nada Surf, sin dar de lado apuestas actuales; Slim Cesna, King Salami… y dos escenarios en diferentes ciudades, con las actuaciones intercambiadas para cada día. Santander y Benidorm fueron los testigos de tal evento, nosotros nos trasladamos hasta la nuestra Las Vegas particular, y te lo contamos aquí.
Viernes 2
Lo que al principio pudiera haber sido una mala noticia, el cambio de recinto (del cual hemos ido informado) a causa del mal tiempo, trajo alegrías tanto a la organización como al público. No quiero ni pensar el aspecto desangelado que hubiera tenido el auditorio Julio Iglesias, que tiene un aforo de más de 5000 personas, con un público asistente que no llegaría a las 1500 ¿Qué demonios pasa en éste país para que cierto tipo de bandas no congreguen a más gente? Además, el público genuinamente “Rockero” suele agradecer los recintos cerrados, vaya usted a saber porqué. Disquisiciones aparte del recinto, el sonido también fue más que correcto en todas las actuaciones, y eso que solo había un escenario y en la mayoría de los conciertos se tenía que montar el backline de cada grupo.
La aventura del Turborock comenzaba en viernes y, a pesar de la hora de retraso en todas las actuaciones, solo me dio tiempo a llegar al concierto de Jesse Malin, perdiéndome a los Layabouts. El neoyorkino, que parece haber hecho un pacto con el diablo, se presentaba en el Turbo, además de con su banda DGENERATION, en su faceta acústica, acompañado por otro guitarrista y ocasional teclista. Jesse Malin demostró que los punkies también lloran en un concierto simple y desgarrador a la vez, combinando temas del repertorio que toca con The St Marks Social; “Burning the Bowery” o “In the Modern World”, con homenajes a The Replacements (“Bastards of Young”) y a Neil Young. Demostrando, también, que hay artistas que sirviéndose únicamente de una guitarra y su voz, pueden hacer de un acústico algo energético y con actitud.
Otros Neoyorkinos serian los encargados de seguir con la fiesta rockera non stop, en este caso se trataba de la banda, fundada en 1982, por el ex guitarrista de los míticos The Dictators, Scott Kempner. The Del Lords llevaban dos décadas aparcados sin grabar nada, hasta el reciente y excelente E.P Under Construction que, presumiblemente, es un adelanto de lo que será su próximo L.P en estudio. El bagaje de los músicos de la formación y la escasa, pero acertada, discografía que les avala, era más que suficiente para esperar el concierto ideal. Nada más lejos de la realidad, el cuarteto de Nueva York se mostro perdido sobre el escenario de Benidorm, dando lugar a un sonido totalmente desdibujado y carente de personalidad. Su mezcla de Country, Garage y Rock & Roll no convencieron y, no me equivoco si, digo que dejaron a los allí presentes algo más que fríos.
Después de algún refrigerio en la zona de prensa del recinto, todo excelentemente organizado (hay que decirlo) les tocaba el turno a otro de los platos fuertes del festival. Las camisetas lucidas por el público que poblaba las primeras filas (Vibrators, U.K Subs, Adicts…) eran signo inequívoco de que iban a comenzar Buzzcocks, la legendaria banda británica de Punk/New Wave. El sonido marrullero del comienzo del set, en algunos momentos las guitarras no se distinguían una de otra, no hizo mella en el cuarteto capitaneado por Steve Diggle, guitarrista y segundo vocal, y Pete Shelley, guitarrista y vocal. Adoptando una actitud totalmente “teenager”, desde el comienzo de actuación, sobre todo Steve Diggle, con la guitarra en alto, saltando y lanzando escupitajos como si en 1977 se encontrara. No se puede decir que fuera una actuación perfecta, ni que la banda que acompañan a estos dos titanes (bajo y batería) estén a la altura de lo que se suponen deben ser los Buzzcocks. Pero sí fue de esas de las de puño en alto, sudar y saltar. Y es que canciones como: “Promises”, “Fast Cars” o “Breakdown”, o esos bises con: “Harmony in my Head”, “Ever Fallen in Love” y “Orgasm Addict” pueden salvar la vida a cualquiera.
Poco puedo aportar sobre la banda que nos ocupa ahora, Urge Overkill, sus discos, a pesar de que siempre contienen dos o tres temas de los de quitarse el sombrero, me parecen totalmente prescindibles y soy de los que se plantea si realmente merecía la pena que se reunieran de nuevo. No se les puede negar, por otra parte, que fueran la banda que más fans lograron dar cita hasta el momento en el recinto de Benidorm. No se pueden obviar, tampoco, sus tablas y oficio sobre el escenario, pero su Rock áspero fue dejando indiferente a la gente y eso se fue comprobando a medida que se iba llenando la zona de fumadores. Lo que sí que hay que decir es que los componentes; Nash Kato y Eddie Roeser, fueron de los pocos artistas que fueron vistos a pie de escenario, disfrutando de las actuaciones con el resto del público.
El cuarteto liderado por el matrimonio Lisa Kekaula y Bob Vennum son viejos conocidos por España, tanto por sus incendiarias actuaciones, como por las buenas relaciones con promotoras y sellos discográficos. No olvidemos que su último trabajo, Black Lightning, está editado exclusivamente en nuestro país a través de 2ferrecords, en la colección Solid Gold Series. El caso es que allí estaba Lisa, siempre mal encarada y amenazante, sin tiempo para tonterías. Hasta el más pintado se vio sorprendido con el comienzo del set con “You´re Sorry Now” , “On Top” y “That´s not the Way it Should be” a modo de presentación y como declaración de intenciones. Sabíamos que el set de The Bellrays iba a ser movido, pero no hasta que punto. La apisonadora de Riverside no paró ni un segundo de actuación haciendo de más de quince canciones, que dispararon sin piedad, un solo tema, al empalmar absolutamente todos los cortes. Siguen siendo pura energía y lo demuestran en todas sus citas.
Por como comenzó la actuación de DGENERATION, se diría que los neoyorkinos liderados por Jesse Malin no estaban dispuestos a bajar el listón impuesto por Lisa Kekaula y los suyos. Ya desde el comienzo de la actuación un Jesse Malin en plena forma no dio atisbos de quedarse quieto ni un rato, con Danny Sage a la guitarra y el resto de la banda por la cual no parecen haber pasado los años. El setlist estuvo basado básicamente en su disco de 1996 No Lunch. Canciones como: “She StandsThere”, “Capital Offender”, “No Way Out” o la versión de Reagan´s Youth, que DGENERATION hicieron suya, “Degenerated”, sonaron como un autentico tiro. Parece que el quinteto ha vuelto para quedarse, según las palabras del propio Jesse Malin. La única nota negativa de la actuación, fue la actitud del propio líder en los momentos finales de la actuación, cuando quitó un extintor de su sitio, para sorpresa del personal de seguridad, y lo lanzó detrás del escenario sin contemplaciones, pudiendo haber causado algún herido entre el personal que se encontraba trabajando allí. Hay cosas que no tienen gracia por muy punk que se crea uno.
A bandas como Slim Cessna´s Autoclub hay que verlos alguna vez en la vida, solo así puedes saber lo que es una autentica banda de Rock & Roll en directo. Y cuando hablo de R & R ya no me refiero al estilo musical que practican, puesto que los de Denver beben de fuentes como el Blues, Gospel, Country o Punk, me refiero a la actitud. Eso es, la forma de encarar una actuación a pesar de ser la banda que, curiosamente, menos gente congrego el viernes, y tocar como si lo estuvieran haciendo para un recinto abarrotado. Una vez sabes que el padre de Slim Cesna era predicador baptista, ya no te extraña tanto esa actitud de predicador salvaje sobre el escenario. Slim Cesna ya había avisado previamente de que a ellos no les importaba tocar para cuatro gatos, igualmente la liarían, y eso hizo. Acompaño por el guitarrista, y mago del banjo, Jay Munly, con su aspecto cadavérico y esa suerte de estética de enterrador sureño y redneck, y el resto de la banda, su concierto fue un no parar.
Llamadme loco, pero me pareció como si estuviera viendo a unos Bauhaus después de haberse tragado toda la discografía de Johnny Cash. Impresionantes.
Sábado 3
Un servidor comenzó el segundo día de festival con el Rhythm & Blues y el Soul ponzoñoso del loco de King Salami y su banda. Un caribeño, un francés, un japonés y un español (no es un chiste) se juntan en Londres en el año 2006 y deciden montar una banda para dar rienda suelta a su locura por la música negra de los cincuenta y los sesenta, todo ello tamizado por la maquina punk de la que hacen gala. A partir de ahí todo les sale a pedir de boca, y no es que salieran en el NME, simplemente que tocaban por la bebida en los garitos de su ciudad.
Es en el 2010 cuando el sello Dirty Water (garantía de que son unos cafres) les edita su primer L.P y es cuando les empiezan a llamar de festivales internacionales para tocar. Su directo se basó prácticamente en el disco Fourteen Blazin´Gambers!, con una actitud gamberra e irreverente, no siendo óbice para demostrar gran maestría a los instrumentos, sobre todo el batería, que ya le quisieran para sí mismos muchas formaciones del mismo estilo.
Llegaba la hora de una de las bandas más esperadas del festival, los hermanos Good y su banda o lo que es lo mismo; The Sadies.Los canadienses son de ese tipo de artistas a los que nunca les he oído una mala crítica, una de esas bandas de las que todo el mundo comenta a la salida de los conciertos, cosas como “redondo”, “increíble”, “impresionante” etc. No es para menos, ver a los hermanos Good, acompañados de su banda (contrabajo y batería) es una autentica gozada para los oídos. A pesar de algún problema de sonido al comenzar la actuación, y algún otro problema técnico, Travis Good tuvo que cambiar una cuerda de su guitarra sobre la marcha durante la segunda canción, lo mejor de todo es que prácticamente no nos enteramos. Su concierto fue de los de enmarcar, sonaron perfectos y nos deleitaron con su música sabor “Americana”, con violines, banjos y conversación de violín y guitara incluido.
Aunque los setlists del cuarteto suelen ser imprevisibles, esta vez combinaron algunos temas de cosecha clásica con su excelente último trabajo, Darker Circles, del que tocaron: “Another Year Again” (increíble combinación de Country y Psicodelia) “Cut Corners”, “Choosing to Fly” o “Violet and Jeffrey Lee”. Concierto de los que te dejan de una pieza.
El Orgullo de Postdam, así es como les gusta a Gigolo Aunts que se les llame, y no voy a ser yo quien les lleve la contraria. El autentico éxito, en nuestro país, de los cinco de Postdam (un pueblo perteneciente a Nueva York) comenzó cuando se presentaron en un conocido festival de nuestra geografía, allá por el 1999, y se descolgaron, además de sus excelentes canciones, con una versión de “La Chica de Ayer” de Nacha Pop, que ellos rebautizaron como “The Girl from Yesterday”. La leyenda comenzó cuando en el 2006 deciden separarse y hacen una gira por nuestras país colgando el cartel de “Entradas agotadas” en todos los conciertos. El que esto suscribe los vio en la sala El Sol, en Madrid el 13 de octubre, en lo que pensé iba a ser algo irrepetible. Pero gracias al Turbo nos encontrábamos ante el Line Up que dio todas sus grandes canciones a Gigolo Aunts.
La selección de temas para el Turbo no pudo ser más acertada; comenzando con una primera batería de temas compuesta por: “Hello”, “Mr. Tomorrow” y “C´Mon, C´Mon”, para seguir después con esos clásicos de su repertorio. Tres guitarras sobre el escenario y unas voces, lideradas por Dave Gibbs, que bien podrían haber sido las de un coro de ángeles aficionados al Powerpop, hicieron al respetable formar parte de algo grande. Por supuesto tampoco pudieron faltar: “Girl from Yesterday”, “Everything is Wrong”, “Bloom”, o “Big Lie” para finalizar. Memorable.
Los amantes del Powerpop seguían estando de enhorabuena, se acercaba la hora de otro clásico del género. Si bien es cierto que los anteriores visitantes del escenario suelen ser garantía de conciertazo, el que estaba a punto de subirse, a pesar de ser un gran compositor de “pildorazos” pop irresistibles, es capaz de lo peor o lo mejor en directo. Hablo, claro, de Matthew Sweet. El bueno de Matthew venía a dar un concierto en conmemoración de su aclamado álbum de 1991, Girlfriend, que cumplirá próximamente once años desde la fecha de lanzamiento. Incluir un álbum entero, por muy bueno que sea éste, en el setlist, ya me parece un error, si tenemos en cuenta que Matthew Sweet puede crear un listado de canciones seleccionadas mucho mejor.
Comenzar con: “Divine Intervetion”, y con “I´ve been waiting” y “Girlfriend” en las que se subieron al escenario la totalidad de los Gigolo Aunts, en lo que podemos llamar un momento histórico, nos hizo pensar a todos que íbamos a ser testigos, otra vez, de algo maravillsoso. Pero a partir de ahí el concierto empezó a perder gas con un Matthew no muy a tono, y un guitarrista demasiado pagado de sí mismo y sus punteos. La inclusión del “Sick of Myself” fue todo un acierto, ya que pareció arreglar el asunto al final de la actuación.
Volvíamos a Nueva York de la mano de Nada Surf. Otra banda que se crió en los noventa, aunque no hay que negarlos que hayan seguido editando buenos discos. Sus directos suelen ser intensos y energéticos, tal y como demostraron en la última gira por España. Pero en algunos momentos de actuación, al menos en Benidorm, el vocalista/guitarrista Matthew Caws no pareció estar en su mejor momento. Y eso que el comienzo de actuación no pudo estar mejor con un Daniel Lorca (que no dejó de fumar en toda la actuación) al bajo en estado de gracia, el efectivo batería Ira Elliot (curiosidad para los garajeros; Ira Elliot fue miembro fundador de The Fuzztones) y un nuevo componente, para los directos, que presentaban en el Turbo, el guitarrista Doug Gillard de los míticos Guided By Voices. La actuación tuvo momentos brillantes, como en la ejecución de los temas: “Always Love”, “What is your Secret”, “Armies Walk” o “Happy Kid”, pero se empeñaron en meter algunos medios tiempos, impensables para los festivales, que dejaron en correcta una actuación que pudiera haber sido mucho más.
Los hombres del espacio más dementes estaban a punto de aterrizar en el planeta Benidorm. De todos es sabido que los conciertos de Man or Astroman? no suelen pasar de la hora de duración. Por otra parte no es de extrañar, suelen ir a piñón fijo sin parar un solo segundo y a una velocidad al borde de la ilegalidad. Su concierto fue todo lo que se puede esperar de ellos, los gimmicks de otro planeta de los que tanto suelen gustar, sonidos de films de Serie B, canciones instrumentales (excepto “9 Volts” y “Destination Venus”) incendio final del theremín que utiliza el guitarrista Coco, que casi deja ardiendo medio escenario… ¡Ah! y un nuevo miembro en el grupo, una tal Ivanova que lo mismo le da a la guitarra que al bajo, de manera muy adecuada, por cierto.
Con todo y con eso los escasos cuarenta minutos que estuvieron sobre el escenario son pocos, se mire por donde se mire y, de las cuatro veces que los he visto, esta vez me ha parecido la peor actuación de ellos, como si fuera un “bolo” de compromiso. En la valla de contención un chaval le decía a su amigo “¿No harán bises? Me parece un poco corto” a lo que éste le contestaba; “¿Qué quieres? Los punkies son así” Pues debe ser eso.
¿Y cuándo decís que empieza la tercera edición del TurboRock?