Witchburn – This is how we slay our demons… (reverbnation)
Quienes amamos las sonoridades pantanosas y magmáticas del metal sureño, hace tiempo que hemos puesto nuestro foco de atención sobre Witchburn.
Esta banda nacida en Seattle, realizó una extensa gira de salas por nuestro país el pasado otoño y parece que es ahora cuando su flamante primer LP publicado hace dos años, This is how we slay our demons…(10) comienza a tener repercusión dentro de nuestras fronteras.
Mientras esperamos la continuación de una de las bandas punteras del género en la actualidad como son Down, es momento de reivindicar la propuesta inapelable de Witchburn.
Lo primero que llama la atención con respecto a su homónimo Ep de 2007, es el carácter homogéneo y compacto de la producción: el tratamiento del sonido ha corrido a cargo de Jack Endino (responsable de cincelar la cara más agreste de bandas como Nirvana o Soundgarden).
Lo segundo, la garganta privilegiada de Jamie Nova: en la vertiente más perturbada de Janes Joplin; esta fémina logra con su marcada forma de cantar aportar un toque de distinción similar –aunque mucho más protagonista- al que dentro del stoner logró Amber Weber en Black Mountain, otra de las nuevas sensaciones más sugerentes del rock.
Seña característica del estilo son los pesados riffs herederos de Black Sabbath, a cargo de Mischa Kianne, y no exentos de los tirones a la forma del Zakk Wylde más caústico, ese que rememora en orgiástica actitud la América profunda sureña al frente de Black Label Society.
El resultado sería escuchar unas Heart poseídas por Belcebú, en una jornada mastodóntica de más de setenta minutos, que, a las formas de los grandes discos del género, cierra su minutaje con la profundidad de “Perseverance”, violín incluido, inigualable broche de excelencia.