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30 años de Super 8, el debut de Los Planetas

La mitología sitúa al Super 8 de Los Planetas como la piedra filosofal del indie. Solo hace falta ver la acogida que está teniendo la actual gira en la que están celebrando sus tres décadas, por otro lado amplificada al coincidir con el estreno de Segundo Premio; que si bien está ambientada pocos años después, está ayudando a que todo lo que rodea al grupo de Granada cause interés. Estas canciones han pasado de ser algo meramente generacional, a captar a nuevos adeptos a la causa, jóvenes que cuando se publicó el álbum estaban aún lejos de haber nacido, y que ahora se suman al fandom planetario queriendo asistir en diferido a lo que para el sentir popular fue el inicio de todo.

Muchos lo ven como el comienzo de los comienzos, pero no se equivoquen, eso que llamamos indie nacional no empezó ahora hace 30 años. Podríamos remontarnos a principios de los 80 con DRO, Tres Cipreses, GASA o Twins. Tiempo antes de Los Planetas unas cuantas bandas pusieron la primera piedra: Cancer Moon, La Secta, Aventuras de Kirlian, Sex Museum o Surfin’ Bichos fueron iniciadores de un estilo de hacer música que tomaron prestada Penelope Trip, Bach Is Dead (luego Beef), Parkison DC, Sr. Chinarro y los de J y Florent, aparte de otra serie de artistas patrios que tenían sus referentes más lejos, que dentro de nuestras fronteras.

Lo que sí cumple 30 años, es el álbum que dio el espaldarazo a un estilo que comenzó a ser popular -que no mayoritario-, y detonante de una escena independiente que unió a un buen número de grupos que si bien, en muchos casos su música no tenía nada que ver con la de sus colegas, se agrupó en torno a una forma diferente de hacer las cosas. Ese 1994 en el que Surfin’ Bichos decían adiós para reencarnarse poco después en Chucho y Mercromina, que Antonio Luque y lo suyos grababan en Nueva York el primer disco de Sr. Chinarro con Kramer (Galaxy 500) -luego lo harían también Beef-, terminó de explosionar gracias al debut de un nuevo fenómeno llegado de Granada.

 

Como nos contaba Julio Ruiz en Muzikalia dentro de su sección ‘La época heroica‘: «El 92, que he colocado siempre como año del kilómetro 0 del territorio indie, arranco con una lista de diez maquetas que tienen una clasificación mensual (último viernes, siempre) según los votos (por carta) de los oyentes y que (esto también lo he contado) denomino, adrede, por la repetición machacona del adjetivo: lista grande de maquetas grandes de Disco Grande.
A la altura del mes de marzo entra en lista una maqueta de un grupo llamado Los Planetas que dos meses después es número 1 y que, cuando acaba el año, en la votación anual, los oyentes la eligen como la maqueta del año.

Como triunfan en la Liga maquetera del 92, en la fiesta de Radio 3 que se hace en la desaparecida sala Aqualung, les doy el premio antes de tocar en directo en lo que supone su primera aparición en la tele (transmitió La 2 y que está ahí disponible para ver y escuchar cómo sonaban Los Planetas con tal rotundidad demoledora hace 30 años).

Ya en 1993 los patrones de pesca discográficos (aparte del ojo de Luis y Montse Elefant de sacarles su primer disco, aunque fuera pequeño) estaban sobre aviso. De hecho, Javier Liñán, hoy jefe del Volcán y por entonces, ayudante del A&R de RCA me pedía constantemente el contacto o que le pasara esa maqueta que ponía en el programa (poco después se llevaría a cabo su fichaje y saldría en 1994 su primer álbum».

Ese primer disco era Medusa EP, producido por Antonio Arias y Miguel A. Rodríguez (Lagartija Nick) y tal fue su acogida, que terminaron recalando en RCA/BMG Ariola siendo el primer grupo indie en fichar por una multinacional. Era el momento de preparar su primer álbum y de demostrar que había mucho más en su música que esas cuatro canciones memorables: «Pegado a ti”, “Mi hermana pequeña”, «El centro del cerebro» y ”Cada vez».

 

De la producción se encargaría Fino Oyonarte (Los Enemigos, Clovis) y de su portada el afamado ilustrador y miembro de Family, Javier Aramburu, que seguirá trabajando con ellos hasta nuestros días.

El resultado fue Super 8, editado el 13 junio de 1994 y plataforma de lanzamiento de Los Planetas, aquella formación liderada por el cantante y guitarrista J, la guitarra de Florent y bajo de May -aquella bajista que por vergüenza tocaba siempre de espaldas al público- y el batería Paco Rodríguez. Todas las canciones fueron compuestas por J y Florent, a excepción de «De Viaje» en la que participaron todos. Un disco para amantes del noise cuyas canciones convivían con esas letras de desamor que con el tiempo se terminaron  por convertir en su seña de identidad. Algo recurrente a lo largo de su ya larga carrera.

 

Clásicos como “De Viaje”, un himno eterno como “Qué puedo hacer”, ese guiño a Joy Division que es “Desorden”, la guitarrera “Jesus”, la sentida “Brigitte” o el viaje psicotrópico de “La Caja del Diablo”, calaron hasta los huesos en una generación que les ha venido acompañando desde entonces.

J y Florent sobre los 30 años de Los Planetas

Hace año y pico, a propósito de Las Canciones del Agua, me sentaba con J y Florent y entre otras cosas recordábamos estas tres décadas. Algunas perlas interesantes que rescatar, para entender más allá de las aspiraciones del grupo en sus comienzos, su filosofía y su compromiso.

En estas tres décadas os habéis convertido en un grupo popular.

J: Sí, porque nosotros aparte de tener un pie en la que fue esa industria alternativa naciente, teníamos otro pie en la industria profesional ya establecida. Tuvimos la posibilidad de alcanzar un mayor número de seguidores. Y sabemos que nuestros seguidores no solo son especializados. Hay gente a la que le pueden gustar Los Planetas y también Amaral o El Último de la Fila y luego hay otro tipo de público que sabe distinguir muy bien entre la música comercial, de música con intenciones políticas como la nuestra.

Florent: Cualquier propuesta que se hace popular tiende a abarcar todos los públicos, claro. Para nosotros es interesante que nuestro mensaje llegue al máximo número de personas.

Lo que está claro es que sois de las bandas responsables en abrir la puerta a exitosas propuestas que tenemos hoy en día. “Padres putativos” del nuevo indie.

J: En todo caso hermanos de los que arrancaron con nosotros. Muchos de vosotros estabais ahí cuando empezó todo eso, mucha gente colaboró en la creación de una escena.

Florent: Sí, en el momento de emerger, Los Planetas pusieron su granito como el todo el que pasó por allí, desde las bandas, al que escribía en un fanzine, la radio o cualquier medio. Se hicieron esos cimientos que perduran hoy en día.

J, decías antes que hacéis “música con intenciones políticas”. Algo muy presente desde el disco anterior, en Fuerza Nueva y ahora también en ‘Las Canciones del Agua’. ¿Cuándo decidís convertiros en una banda con ese compromiso?

J: Siempre lo hemos sido. Estamos comprometidos con la creación de una estructura alternativa de difusión cultural y una vez que esa estructura se ha hecho masiva y tiene una relevancia muy grande, creo que nos corresponde el papel como artistas de intentar darle sentido y fin. Distribuir a través de ella contenidos culturales críticos con lo dominante. Ahora que somos más mayoritarios, se ha hecho más explícita y queremos llegar a más gente. Nuestra música era política desde el principio. Política y social. Eso involucra a muchas personas que hemos estado trabajando en un mismo sentido. Darle importancia al hecho artístico por encima del hecho económico, una acción social que tenga repercusión.

Hemos tenido una participación activa y relevante durante un periodo de tiempo y una vez que esa estructura está consolidada, debemos pensar hacia dónde llevarla para seguir luchando por los derechos humanos básicos y las libertades que ha costado tanto tiempo conseguir. Que el dinero que genera la clase productiva se lo queden ellos y no vaya a parar a manos que especulan con él para manipular a la población y desinformarles.

¿Falta compromiso político por parte de los músicos de nuestra escena?

J: Creo que nuestra escena al hacerse cada vez más mayoritaria, ha ido absorbiendo elementos de escenas anteriores y de organizaciones económicas puramente capitalistas, que han desvirtuado la idea original. Se ha terminado perdiendo intensidad.

Tenemos cierta responsabilidad, sobre todo la gente que lleva ahí desde el principio y que sabe de dónde viene todo esto, para intentar dirigir el movimiento hacia sitios que nos favorezcan a todos, sobre todo a quienes estamos trabajando en la cultura, que deberíamos retener el dinero que se genera. No que vaya hacia grandes plataformas que no sabemos qué están haciendo con él.

 

Así fue como nació el mito. Los Planetas no solo son los máximos representantes y embajadores de la música independiente, a pesar de editar sus primeros discos en una multinacional, sino que se convertían en abanderados de un movimiento aún vivo, al que cientos de bandas le deben pleitesía. Llámenles pioneros.

Escucha ‘Super 8’ de Los Planetas

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