YDKM
Hoy en día puedes ser un éxito para un tipo de oyente y que el resto ni siquiera sepa de ti
You Don´t Know Me (YDKN). Así es como podríamos espetarle a alguien, a modo de reproche, que nunca se debe juzgar la apariencia y que siempre es necesario un mayor conocimiento de causa para hablar, citar o escuchar algo en lo que tal vez no hayas reparado con la suficiente atención y quién sabe si podrá sorprenderte de algún modo. Así sucede con estos cinco madrileños de raíces castizas (se formaron en un barrio de Carabanchel, como su tío Rosendo, hace seis años) y oídos bien abiertos a los clásicos de los sesenta y setenta que los educaron desde que apenas despegaban un palmo del suelo.
Con la publicación de su nuevo trabajo se reafirman en la contundencia de su sonido y aportan una mayor claridad en las letras, ahora cantadas en su lengua materna. No son unos desconocidos, pese a su nombre, y varios escenarios de renombre ya han comprobado cómo su rock bailable y apegado a la modernidad es capaz de hacer vibrar a cientos de personas. Próximamente otro de esos espacios, la sala Caracol en la capital del reino, temblará a buen seguro bajo sus pies cuando Pablo (batería), David e Iván (guitarras), Víctor (bajo) y Alex (voz) presenten estas nuevas canciones ante su público más fiel.
El título es contundente: «Algo real», como dejando claro que aquí está la esencia de la banda y todo lo demás puede que haya sido solo un intento de encontrar vuestro lugar.
¿El pasaros al castellano se puede interpretar también como ese «renacer» en vuestra música o forma de componer?
El cambio al castellano ha sido un giro necesario. Después de mucho pensarlo, nos dimos cuenta de que necesitábamos la total comprensión de nuestras letras, y al mismo tiempo, conseguir llegar a un público más amplio. YDKM no queremos hacer música para minorías, lo que nosotros intentamos es meternos en el máximo número de cabezas posibles.
Brian Hunt se ha encargado de la producción. Un personaje solicitadísimo en la escena independiente de nuestro país que no se contenta con grabar en discos de sus bandas y ajenos, sino que intenta sacar adelante los proyectos en los que cree. Una garantía, ¿no?
Brian es un talento en todas las facetas que desarrolla. Cuando pensamos en quién queríamos que produjese el disco, él fue la primera opción desde el principio. Nos ayudó muchísimo a encontrar las soluciones adecuadas para nuestras canciones, es realmente comunicativo y está abierto a lo que le propongas. La verdad es que nos sentimos muy cómodos con él durante la creación de este álbum.
Las canciones han madurado, y eso se nota nada más escuchar el álbum, y a la vez el grupo también. ¿Qué hay en este trabajo que no hubiera en el EP anterior?
En este trabajo hemos trabajado de una manera diferente desde el principio. Ahora, las atmósferas tienen mucha más importancia, las reverb, el sonido de la batería, todo está mucho más depurado. Las letras se han vuelto más sofisticadas y las estructuras de las canciones mucho menos previsibles. Creo que con «Algo real» hemos madurado muchísimo como banda.
Y también en directo habréis experimentado esa evolución. La mayoría de bandas dicen que son mejores instrumentistas con el paso del tiempo, lo cual no quiere decir (esto lo añadimos nosotros) que sigan transmitiendo lo mismo.
Nuestro directo sale de las tripas, del corazón, y va a seguir siendo así. Trabajamos mucho en el local para que, a pesar del aumento en la dificultad de su ejecución, los temas sigan sonando frescos, con soltura y con la actitud que un concierto de rock se merece.
Ser los ganadores de un concurso como Puro Cuatro, organizado por la cadena televisiva, ¿os ha dado el empujón necesario o se queda en mera anécdota?
Puro Cuatro fue un punto y aparte para YDKM, gracias a ellos conseguimos despegar y grabar nuestro primer disco con producción profesional. Además, nos beneficiamos de todo su mecanismo de comunicación y promo, consiguiendo cotas de popularidad impensables para una banda desconocida como éramos nosotros en aquel momento.
Eso sí, después de ganar este tipo de concursos hay que seguir trabajando. Si piensas que está todo hecho, desapareces. Hoy en día la música es una carrera de largo recorrido.
¿Está tan difusa hoy la frontera entre el mainstream y el indie? O a lo mejor habría que preguntar: ¿quién decide lo que es cada cosa?
Realmente sí que está difusa. Vivimos una época en la que la industria musical está muy fragmentada, más que nunca, hoy en día puedes ser un éxito para un tipo de oyente y que el resto ni siquiera sepa de ti. Lo que sucede es que cada cierto tiempo algunos artistas independientes consiguen poner de acuerdo a esos diferentes grupos de oyentes y se convierten en algo masivo. Al final es el público el que decide qué se vuelve masivo o no… Aunque hay un poquito de ayuda de las discográficas.
Las influencias principales de vuestras canciones, al menos hasta ahora, son claramente anglosajonas. Con el tiempo, los gustos y los oídos se suelen abrir, por eso en «Algo real» habría que añadir más nombres o más sonidos a vuestra coctelera.
Nosotros estamos abiertos a todo lo bueno que llegue a nuestros oídos, desde el pop bien hecho al free jazz. La verdad es que desde que empezamos hemos sido sumando más y más bandas a nuestras referencias, aunque al final siempre quedan los clásicos, tienen esa magia de lo eterno. Pero sí, está claro que el sonido británico y americano siguen siendo nuestras grandes influencias.
Habéis llenado ya varias salas en Madrid, tocado ante más de 8.000 personas en aquel concierto organizado por Adidas, cada vez sois más reconocidos… ¿a más éxito, más exigencia?
Creo que esa presión viene de nosotros mismos. Una banda tiene que ir creciendo al mismo tiempo que crece su carrera, y nosotros no hemos parado ni un momento en fijarnos nuevas metas. Queremos ser cada vez mejores músicos y llegar lo más lejos posible. Nos encantaría que dentro de unos años se hablase del sonido de YDKM como algo diferente y que ha marcado.
Os atrevisteis incluso con «Things go better», un clásico de los 60 que ya abordaron The Seekers, The Who o los Everly Brothers. No es la primera vez que os meteis en camisas ajenas. Lo de recrear «No me mires a los ojos de la gente» de Golpes Bajos fue también un gran momento.
Fueron unos ejercicios de adaptación muy divertidos y al parecer fueron un éxito entre el público, todavía nos las piden en los conciertos. Cuando empezamos hacíamos «My generation», «You really got me» o «Reptilia». Nos lo pasábamos genial levantando al público con esas canciones, y no descartamos sorprender con alguna nueva versión.
Precisamente The Who o The Kinks son algunas de vuestras referencias básicas. Es notable que unos músicos tan jóvenes, más cercanos generacionalmente a bandas de otro perfil, sigan reivindicando la década dorada de los 60 e intentando recrear cierto sonido.
Todos los integrantes de la banda venimos de ambientes familiares en los que la música forma una parte muy importante de la vida en común. Hemos tenido la suerte de escuchar todo tipo de música desde nuestra infancia y, sinceramente, si tenemos que aprender de lo que ponen las radiofórmulas hoy en día vamos listos.
¿Cómo os suena esa frase tan socorrida a veces por los medios para presentar a algunos grupos de «banda de aquí que no parece de aquí»? Parece como si hubiera que pedir perdón por no parecerse a algo determinado.
Eso sucede porque hace mucho tiempo que este país no exporta algo diferente y de calidad al resto del mundo. Nos hemos quedado un poco atrasados en cuanto a la experimentación y a las oportunidades que se le dan a nuevos artistas en países como Inglaterra, EEUU, Francia o Alemania. Es como si el standard de músico o banda español no satisfaciera ni a los propios medios de este país y hubiese que elevar al artista adornándolo con ese tipo de frase.
Temas frescos, rock desenfadado y bailable y letras ahora mucho más comprensibles para quien os escuche por primera vez. ¿El directo de You Don»t Know Me se presenta más atractivo que nunca?
Wl directo de YDKM es una bomba y lo vamos a demostrar el próximo 28 de febrero en la sala Caracol de Madrid. Os esperamos a tod@s allí. Queremos que gritéis con nosotros, que cantéis, que os volváis loc@s. Hay que volver a los tiempos en que la música era «Algo real».