Ilegales – Joy Eslava (Madrid)
Les echábamos de menos, porque eran necesarios y aquí están de nuevo, dándolo todo como si nunca se hubieran ido, porque realmente hemos tenido más constancia de Ilegales durante estos apenas 4 años de ausencia que durante muchas partes de su trayectoria en estos más de 30 años.
La banda liderada por Jorge Martínez quisieron desaparecer en un momento dulce y han vuelvo con la excusa de un gran disco, un sólido argumento tal y como nos confirmaba él mismo en una entrevista hecha el día antes del concierto.
La Vida es Fuego está a la venta desde esta misma semana y todo aquél que lo hubiera adquirido en unas determinadas tiendas además de la prensa, tenía la oportunidad de asistir a su regreso a los escenarios. Once canciones algunas de las cuales fueron entremezclándose en el repertorio de la noche con algunas piezas menos habituales de sus directos sin desentonar en absoluto, ya que son unas composiciones de pura cepa ilegal.
El sonido de helicópteros de «África Paga» acompañó la salida del cuarteto al escenario (se les unió un segundo guitarrista y teclista), que arrancaron con «Los chicos desconfían», «Europa ha muerto» y «Voy al bar», que ya forma parte de sus himnos gracias a esas guitarras cortantes y a esos versos con los que cualquier fan se siente identificado.
En unos tiempos de paro brutal se rindió homenaje al derecho a la vaguería con «No me gusta el trabajo» o se recuperaron algunas joyas de la discografía de los asturianos como «¡Qué mal huelen los muertos!», la recordada «Para siempre» o «Al borde», cuyas guitarras cristalinas sonaron mejor que nunca.
Cayeron otras nuevas piezas como «Hipster», «El teléfono y el mal» o «Sin novia ni reloj» (con olvido de la letra incluido) y pusieron la sala del revés con la incendiaria tripleta «Dextroanfetamina», «El Demonio» y «Revuelta juvenil en Mongolia», que sonaron arrolladoras. Tampoco se olvidaron de dos de sus gemas, «Yo soy quien espía el juego de los niños» y la más que nunca necesaria «Tiempos nuevos, tiempos salvajes».
La noche se cerró con otros tres temas infalibles, «Soy un macarra», «Eres una puta» y «Destruye» y con la agradable sensación de volver a tener entre nosotros en plenas facultades a una de las bandas más longevas y vigentes de nuestra escena. ¡Larga vida!