1991: Nirvana – Nevermind (Sub Pop)
Los discos que cambiaron nuestra vida
Debía ser 8 o 9 de abril de 1994 y lo recuerdo como su fuera ayer porque estaba disfrutando del normalmente inolvidable viaje fin de bachillerato cuando mi amigo David se acercó y me dijo, «Kurt Cobain ha muerto«. Ciertamente aquello sonaba a broma, de hecho estuve un minuto esperando que acabara el chiste con cara de impaciencia… como lo de Torrebruno ha muerto…. colgado de un bonsái, o algo así, pero no, aquello iba en serio.
Con aquello acaba lo que para mí empezó tres años antes con la salida de Nervermind, para la mayoría de nosotros Bleach llegó después pese a que fuera editado dos años antes, con aquel vídeo oscuro de «Smells like teen spirit» que rodeaba de decadencia símbolos del high school americano y que animaba a saltar encima de tus colegas como si estuvieras poseído por el mismísimo diablo. Y vamos si lo hicimos, nosotros, uno y otro fin de semana en los diferentes garitos de Poble Nou.
Más allá del éxito internacional, de cambiar la manera de vestir o ver el mundo de un generación, de ayudar a más de uno a comprobar la afinación de su guitarra con el riff de «Come as you are», de facilitar el camino a bandas como Pearl Jam o Soundgarden y de provocar un fenómeno de masas alrededor de la banda y de la figura de Cobain, Nevermind tiene un innegable valor musical. La manera en la que Cobain y los suyos se expresaba al mundo significaba un puñetazo directo en la cara de muchos. Apenas cuatro acordes y tres riffs sin artificios se rodeaban de unas melodías y una bases rítmicas que sonaban diferentes y que llegaban a la primera escucha. ¿Revolución sonora? Probablemente no, pero sí un giro de timón en toda regla.
Nevermind, para mí, significa juventud, libertad, local de ensayo, A Saco, Oveja Negra, amistad, locura, pasión,etc… en resumen, muchas de esas cosas que de alguna manera pierdes cuando te haces mayor.
Larga vida al grunge.