Arcade Fire – The Suburbs (Merge/Universal)

Uno de los tópicos de la crítica musical trata de la dificultad del tercer disco para una banda´. Siempre se habla del prometedor debut y de la segunda referencia como la continuación que pretende mantener el nivel, pero el tercero…el tercero es el de la confirmación´, el que nos dice si realmente lo que veíamos como una banda capaz de convertirse en algo grande se queda en el camino. Algo que en el caso que nos ocupa es diferente.

Han pasado seis años desde que descubriéramos Funeral, uno de los discos más impactantes de los últimos tiempos, que significó la puesta de largo de una desconocida por entonces banda canadiense llamada Arcade Fire. Desde entonces su notoriedad, disparada en progresión geométrica gracias a unos directos demoledores y a un segundo trabajo que mantuvo el nivel, ha hecho de ellos unos de los artistas más reconocidos de nuestro tiempo, sin que, sorprendentemente, atisbemos aún a encontrar su techo.

The Suburbs, uno de los álbumes más esperados de los últimos tiempos, no sólo es de la confirmación con nota de los canadienses, sino que se muestra como una contundente constatación de que son firmes candidatos a ocupar el trono de la escena musical actual.

Un trabajo compacto y de largo minutaje, cuya grandeza reside en la solidez de su conjunto; que no llega a decaer en ninguno de los dieciséis cortes y que se desprende de lo que para muchos de nosotros lastró Neon Bible, esa vía del exceso. En The Suburbs, renuncian a la épica para optar por un producto ecléctico, rico en matices y luminoso, de marcado carácter contagioso y directo, donde temáticas amorosas, sobre el paso del tiempo y las modas actuales, muestran un resultado en el que aparecen representados todos los géneros musicales que Win Butler y compañía son capaces de afrontar sin despeinarse.

Aquí podemos encontrar toda una montaña rusa de emociones. Desde los aires folk de la tripleta “The Suburbs”, “We used To Wait” y “Wasted Hours” a la densidad apocalíptica de “Ready To Start”. Momentos que destilan clasicismo por los cuatro costados como “Modern Man”, o sorprendentes piezas de electrónica con alma, como la gloriosas “Sprawl II (Mountains Beyond Mountains)” y “Half Light II (No Celebration)”.  Podemos pasar de la eferevescencia de “Empty Room” y el rock contundente de “Month Of May”, a la psicodelia orquestal de “Rococo” o a las reposadas “Half Light I” y “Sprawl I (Flatland).

Señoras y señores, lo han vuelto a hacer.

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