Weezer – Hurley (Epitaph)
Menos de un año después de la publicación de su anterior disco, Cuomo y sus secuaces están listos para dar el siguiente paso en su pintoresca carrera musical. Esta vez le toca a Hurley, un LP cargado de letras sospechosamente melosas, continuos guiños a la cultura de internet (tan presente en el corpus musical de la banda) y las pegadizas melodías en las que Weezer lleva casi quince años destacando de forma evidente. ¿Qué hay de nuevo en todo esto? Ahí está el truco, claro. Al decir que el álbum se presenta ligero al oído, pegadizo y variado, no añadiríamos demasiadas novedades al cóctel estándar de Weezer.
En los meses anteriores a la publicación del LP, el padre y arquitecto del vistoso mundo de Weezer, Rivers Cuomo, mencionaba la fuerza y la garra que se suponían estarían presentes en el álbum, llegando a comparar su espíritu al del violento “Raditude”, sin duda el más agresivo y experimental de la banda. El anuncio de un primer plano de Jorge García (Hugo “Hurley” Reyes en la serie Lost) como portada del álbum pocas semanas después debería haber servido como presagio: salvo el genial riff principal del single potencial “Where’s My Sex?”, los distorsionados rellenos de “Memories”, y el ambiente algo más “alternativo” de los bonus tracks presentes en la (recomendadísima) edición “Deluxe” , la “crudeza” a la que hacía referencia Cuomo parece haberse diluido en el maremágnum power-pop habitual del grupo, guiándonos con probada eficiencia por un divertido y variado viaje musical que recuerda inevitablemente al reciente “Raditude”, pero sin el toque algo más atrevido y salvaje destilado en clásicos pasados como “Hash Pipe” o “Dope Nose”.
Sin embargo, y a pesar de todo lo mencionado anteriormente, la compilación se defiende con sobrada resolución en el panorama musical actual; tanto que, si bien las novedades no son el punto fuerte de Hurley, dicha condición no parece afectar en demasía a la frescura del conjunto, resultón y capaz de satisfacer a fans y no tan fans del grupo sin necesidad de entrar en demasiados detalles.