VVAA – Kitsuné Maison Compilation 10 (Kitsuné)
Ya son diez las recopilaciones que entrega el sello francés Kitsuné, y en cada una de ellas ha dejado claras sus filias y su idea de por dónde circula el pop electrónico de los últimos años.
En esta nueva entrega en formato doble se dan cita veinticinco nombres que, convocados para la ocasión, han dejado su impronta con desiguales resultados. Pero además se antoja propicia para calibrar en cierta manera el estado de la escena en la actualidad.
Así saltan al oído composiciones que en algunos casos parecen haber sido hechas en serie, un mal endémico que evidencia lugares comunes en el uso de programas informáticos que no están hechos para excusar la falta de imaginación frente a refrescantes puestas al día de referentes sonoros de otras décadas.
Es cierto, los ochenta siguen siendo fuente de inspiración aunque en muchos casos no se consiga superar esas atmósferas que se quieren conseguir. ¿Qué queda entonces? Variados ejercicios de estilo que en algunos casos entretienen y mueven y en otros desaparecen tan rápido como llegan.
Este doble recopilatorio, facturado con el característico sello estético del sello, empieza de buena manera con la suavidad ambiental de Cascadeur, antecediendo a la cimbreante urgencia pop de Guards.
Is Tropical le dan al pop sintético y llega Yelle con sus tópicos y con una canción de esas que a la tercera se olvidan. ¿Quién ha dicho que el pop tiene que ser insustancial?
Tras ella Two Door Cinema Club entregan una bonita canción, en una remezcla de Mustang, dando paso luego a la horterada de Beataucue. Strange Talk retoman el rumbo pop de este primer cd pero vuelven los clichés de electrónica de feria de tercera con Punks Jump Up, entonces llegan los ochenta con The Aiku, donde la voz de su cantante adorna una resultona pieza que recuerda a habituales de la radio de la época como Cock Robin. La década sigue con la calidez a lo Roisin Murphy de Flight Facilities feat. Giselle, la curiosa «Insomnie» de Jolie Cherie y «Get Related» de Wild At Heart, cuatro buenos puntos para cerrar el primer asalto.
El segundo llega con la épica para escaladores de Clock Opera y el himno para aguerridos de Icona Pop. «Glory Of The Night» de Young Empires alza vuelo de buena manera encontrándose después en pleno aire con House De Racket y «Château» y «See Spaces» de Teeth. Después de tanto planear toca el turno al cliché radial, también de los ochenta, de The Heartbreaks y al paisajismo de frecuencia modulada de Waylayers.
El pesar asoma junto a la ristra de tics y patrones más que sobados de Digitalism. Graves, subidones previsibles y todo lo necesario para que el pastiche se luzca enrollado pero tremendamente aburrido y esteril.
Tras el engrudo se agradece el rescate del «Me & Madonna», remezclado por The Twelves, de Black Strobe, que retoma un estímulo de escucha que no decae con Justus Köhncke & Alexis Taylor de Hot Chip en «Sorry» y que, afortunadamente, continúa con el toque frío de Psychobjuildings, la chillwave de Palmbomen y las formas sonoras de finales de los ochenta y principios de los noventa de May 68. Buen final para una entrega que, como dijimos, es una temblorosa balanza de pop y electrónica de variopinta observación.