Joe Crepúsculo – El Caldero (Mushrooom Pillow)
Joe Crepúsculo es el prototipo de la antiestrella. Su peculiar estilo, que continúa causando controversias allá donde va, le ha llevado a convertirse en una de esas anomalías necesarias para una industria a la que nadie puede negar su innata capacidad para sacarse de la manga –y de forma bastante habitual, que es lo más difícil-, algunas de las mejores melodías y letras de nuestra escena.
Joël Iriarte vuelve con su ya quinto trabajo, primero para Mushroom Pillow, para entregar sus canciones más ambiciosas hasta la fecha que entre lo romántico y lo surrealista, vuelven a generar un adictivo universo marca de la casa. Sólo él podría ser capaz de pasar de hablarnos de “hombres hay que por un higo pierden la amistad” en “La Higuera“ o hacer un paralelismo como “Que me hagas girar como la máquina de Kebab” (“Amor de Fuego”), para entregar a continuación versos demoledores como “Enséñame a amar, enséñame a ser bueno, la vida no ha sido fácil para mi” (“Enséñame a amar”) o “si no recuerdas que el amor te haya hecho caer alguna vez, tal vez no hayas amado nunca” (“Si tú te vas”).
En su Caldero caben todo tipo de ingredientes. Dejando a un lado su reciente afición por los momentos latinos de Nuevo Ritmo, crea una simbiosis entre los sonidos orgánicos y su tecnopop y las cajas de ritmos marca de la casa, para sorprendernos también con temas oscuros (“La alimentación de los dignos”), canciones en catalán (“Quan tothom s´ha marxat”), toques brasileños (“La fuerza de la vida”) o hasta un peculiar pseudo rock progresivo (“Avena Loca”).
Si Crepus no existiera, habría que inventarlo.