Entrevista: Hinds
“Todas las grandes obras musicales de 2016 son de un género que no es rock”
El talento patrio en el campo de la música popular contemporánea es de los pocos que, por algún motivo inescrutable, se resiste a ser exportado al resto del mundo. Con una mezcla de vergüenza ajena e ironía, a veces hasta nos enorgullece que los guiris recuerden todavía cómo se bailaba aquella “Macarena” nuestra de Los del Río, o nos inflamos de orgullo al revisionar el Live in Germany que Héroes del Silencio logró grabar en tierras teutonas a principios de los noventa. Parece que las madrileñas Hinds han vuelto por fin a casa para prometernos (sin haberlo dicho ellas explícitamente) que están dispuestas a acabar con ese tradicional gafe ibérico. Recién llegadas de una apoteósica gira norteamericana, se disponen a emprender la última fase de su gira mundial, que empezó en la Sala Apolo de Barcelona y acabará en La Riviera de Madrid el próximo 7 de enero, no sin antes llenar unas cuantas salas por Reino Unido, Irlanda y Escandinavia.
Como las embajadoras más internacionales de la escena musical actual en nuestro país, no podíamos dejar escapar la oportunidad de charlar con ellas para que nos contaran qué se siente al ser el grupo español de mayor éxito alrededor del globo en los últimos tiempos. Carlotta Cosials responde a nuestra llamada telefónica.
¡Carlotta! Muchísimas gracias por concedernos unos minutos de tu tiempo. Me han dicho que llegasteis de Estados Unidos el lunes de la semana pasada, ¿verdad?
Sí, y además llegamos muy tarde porque se nos retrasó el avión, y entonces perdimos el otro de escala, nos tuvieron en el aeropuerto como 5 horas… Todo un despropósito de vuelta, ¡llegamos súper cansadas!
Vaya por Dios… Y aparte de esta vuelta atrabancada, ¿qué tal os ha ido por allí?
¡Muy bien! La gira, la verdad es que genial. Será ya la última vez que giremos este primer álbum, así que está siendo todo muy especial en el sentido de que, ¡joer! A mí me sigue pareciendo muy bello ir a ver a un grupo cuando todavía tienen sólo un disco, es algo que, después, no vuelve a pasar nunca; el haber tenido la suerte de conocerlos cuando empezaban. ¡Una gira muy emotiva, la de estados Unidos! Exitosa y, como experiencia, ¡muy chula!
¡Sí que suena muy bien! Aunque, después de unos 2 años dedicándoos full-time a ser un grupo de rock, y con la cantidad de entrevistas que lleváis a las espaldas, debéis de estar ya un poco cansadas de las típicas preguntitas cursis al “grupo revelación”, ¿no? ¿Comenzáis, de alguna manera, a percibir el lado no tan divertido del rock & roll?
(Risas) ¡No, no tanto! O sea, estamos cansadas, pero más físicamente, de la paliza que llevamos en el cuerpo ahora mismo. El volumen de trabajo que genera Hinds es inimaginable, 24 horas al día los 7 días de la semana, y no hay domingos. ¡Siempre hay algo que hacer! Incluso cuando una piensa que podría haber acabado todos los recados, ¡se acuerda de que todavía queda componer el segundo disco! Jamás termina esto, jamás…
Entonces lo que hemos decidido es tomarnos un break en enero y febrero, durante el cual no vamos a girar para dedicarnos a componer ese segundo disco.
Me estás avanzando temas por ahí… Pero, volviendo al de las preguntas tontas a la banda novel que os hacen frecuentemente, me preguntaba si no echáis de menos que empiecen a centrarse más en lo estrictamente musical. Lo digo porque da la sensación de que el asunto de la velocidad meteórica con la que Hinds alcanzó el éxito internacional ha despertado más revuelo del que seguramente consideréis necesario, particularmente en España. ¿Cómo has vivido tú esto?
Lo cierto es que me encantaría que, como está siendo ésta, las entrevistas las llevaran periodistas que se preocuparan por hacer su research previa. En ese caso, lo de “¿cómo os conocisteis?” ya se lo sabrían porque, al fin y al cabo, la respuesta es siempre la misma.
Por otro lado, tampoco culpo a nadie, en el sentido de que, sobre todo en España, este tema genera mucha curiosidad real, incluso en el propio entrevistador. Luego ni siquiera lo publican, pero nos llegan a pedir personalmente si les podemos contar cómo fueron los inicios, cómo encontramos un booking agent, o por qué funcionó Hinds y otros grupo no (¡eso nos lo preguntan un montón!). Y les decimos que no hay ninguna fórmula, ¡porque no la hay! Aunque, después de analizar mucho todo lo que nos está ocurriendo, entendemos que la conclusión final debe de ser la música; Hinds funcionó por la música. Porque mucho antes de que nos conociera ni el tato nos sacó la NME por tener buenas canciones. ¿Y de ahí a cómo se hace una buena canción? Pues chica, eso no lo puedo contestar, ¡es algo que sale del corazón!
Buena respuesta. Entonces, ¿sentís que habéis superado esta fase de ser las nuevas de la clase garagera? En otras palabras; ¿cuánto crees que habéis cambiado desde que comenzó este sueño de las Hinds hasta ahora que es una realidad palpable?
¡Jo, diría que sí la hemos superado! Creo que la salida del álbum fue el momento de la gran consolidación. Antes de lanzarlo, este pasado enero de 2016, sí que éramos, como banda emergente, un caso especialmente llamativo. ¡Un grupo con tantísimo éxito y sin ni siquiera tener disco! Pero de repente sacamos el Leave Me Alone y ¡pum! Toda una gira de sold outs que nos hizo pensar que quizás éramos ya un grupo más hecho y derecho que al principio.
Este viernes 11 comenzasteis en la Sala Apolo de Barcelona el último round del tour mundial que venís haciendo desde principios de año, y que acabará un día antes del primer aniversario del Leave Me Alone, el 7 de enero, en La Riviera de Madrid. ¿Ves diferencias de público o de escena musical entre Barcelona y Madrid? ¿O es mucho pedir que haya desigualdades notables entre ciudades de un mismo país?
No, no, sí que es diferente, pero me parece que no puedo dar una opinión objetiva al respecto porque somos de Madrid… Allí siempre están nuestra familia y amigos, por lo que nunca es lo mismo dar un concierto que verá tu madre que uno para tus colegas catalanes, ¿sabes? Al fin y al cabo, tenemos muchos amigos en Barcelona, tocar allí es casi como tocar en casa, salvo por el hecho de que no te está viendo la abuela ni tienes que defender tu trabajo en plan, “¡mamá, mira, esto es lo que hago por el mundo!” (risas).
¡Sí que es toda una responsabilidad! Además, viendo todos los sitios en los que rodáis por este mundo al que te referías, es bastante inusual (como grupo español que sois) ver que habéis dado el salto directamente al mercado anglosajón cuando los artistas de nuestro país suelen tener un filón importante en Latinoamérica, el único territorio que prácticamente no habéis explorado aún. Creo que estuvisteis una vez en México y eso es todo. ¿Se debe a alguna razón en particular?
Exacto, sólo una vez en México. Es que… ¡No nos da tiempo! No hay suficientes días en el año, ¡te lo digo de verdad! Este planeta es muy grande, y juro que nos hubiera encantado hacer una gira por Latinoamérica, pero no encontramos el hueco. No sé si lo vamos a intentar meter antes de sacar el segundo disco…
Veo que lo tenéis previsto, al menos, porque se rumorea que fans de allí, tenéis unos cuantos.
Sí, sí, ¡joer! Están fritos en Brasil, en Argentina… Nos lo comentan todo el rato, que por favor, ¡que cómo hemos hecho una gira sin venir a São Paulo! (Risas)
Ahora rescatando el tema de las escenas musicales en España. Es innegable lo extremadamente complicado que puede ser dedicarse a la música en este país (ya no hablemos siendo mujer), y me consta que la prensa de aquí ha tratado vuestro rápido ascenso a la popularidad con bastante recelo (en ocasiones hasta mala baba, se ha de admitir). Pero, por otro lado, ¿qué hay de la consideración en la que os tienen vuestros compañeros músicos españoles? ¿Os sentís respetadas en el gremio?
Si te soy completamente sincera, cuando empezamos sí que hubo un poco de recelo. De pronto, nos encontramos encajando en una escena, junto a los Parrots, los Nastys (¡ellos sí que nos adoraron desde los comienzos!) y demás, en la que las Hinds acabábamos de llegar, y sí, existió cierto miramiento por parte de algunos que, obviamente, llevaban desde 2008 dando bolos por Madrid mientras “las hermanas pequeñas”, nada más llegar, se comían el mundo. Hubo ese pequeño roce al principio, pero igualmente te digo que se pasó enseguida. A parte, todos estos grupos de Madrid de los que ahora somos muy amigas, una vez nos aceptaron, fueron muy amables y agradecidos con nosotras, porque cada vez que nos entrevista un medio internacional, los nombramos a todos, les decimos que la música española y la de Madrid es la caña y se lo apuntamos para que lo pongan de verdad en la entrevista. Nunca nos cansamos ni olvidamos recordar lo buenos que son ni todo lo que nos han enseñado como mentores.
Me consta que así es. Pero hablemos de música ya de una vez, que a eso hemos venido. Sacasteis dos temas el pasado 28 de octubre que son en realidad covers; una es “Holograma”, de vuestros idolatrados Nastys, y “When It Comes to You”, de Dead Ghosts. Os he leído en alguna ocasión reivindicar el noble y olvidado arte de versionar. ¿Os veis haciendo un disco enteramente de versiones en un futuro?
Mh… ¡No lo había pensado nunca! Me fliparía como rareza de grupo tener un disco sólo de versiones, pero tendría que ser durante una fase en la que estuviéramos muy relajadas (risas). A lo mejor después del segundo disco, como descanso creativo/mental, sí pienso que grabar covers sería algo muy agradecido y que molaría mucho. O sea que, en un futuro próximo, me parece que no sucederá (risas), pero a largo plazo, ¡ojalá!
¿Y a quién versionaríais seguro y meteríais en ese posible álbum?
Nos suele gustar mucho escoger canciones que nos alucinan como idea pero que, luego en la producción, sentimos que… ¡mierda, no se entiende la letra! Por ejemplo, esta de los Dead Ghosts que hemos publicado recientemente es súper garagera y no se comprende nada de lo que dice el cantante. Nos da la sensación de que, por culpa de esto, se pierde un poco la esencia, el mensaje que creemos que transmite el tema (¡sin ofender a los Dead Ghosts, ni mucho menos!). Mola darle ese giro a este tipo de composiciones, y también aprovechar el hecho de que somos dos cantantes (Ana y yo), cosa que nos permite convertir el monólogo de una canción en una conversación entre dos. Así se le da una personalidad y una perspectiva diferentes.
¿Se puede deducir de este gusto que tenéis por versionar (además de por el largo rodaje de directos que atesoráis) que quizás os sentís más de escenario que de estudio, más intérpretes que compositoras?
Totalmente de acuerdo con lo primero, pero no con lo segundo. Yo distinguiría 3 fases en el proceso artístico de cualquier grupo consolidado; en primer lugar, estaría la composición del tema. Después vendría su grabación, aunque hay grupos que desarrollan estas dos al mismo tiempo, y llegan al estudio sin haber escrito nada. Luego, desde allí, piensan si podrían meterle el arreglillo de algún xilófono o investigan distintas posibilidades. Pero claro, para poder permitirte funcionar así, ¡necesitas tener mucho dinero, que las horas de estudio son muy caras! (Risas) Ya por último están los directos, que se pueden considerar ellos solos toda una disciplina: el saber qué clase de espectáculo se quiere ofrecer.
Creo que Hinds invertimos muchísimo esfuerzo y tiempo en la composición, hasta el punto de pasar fácilmente dos meses sin dar un tema por completado. Y en cambio, cuando llegamos al estudio, vamos al grano; queremos tocar los instrumentos que más se parezcan a los que usamos normalmente en vivo y experimentar la grabación como algo real y efímero, igual que si estuviéramos dando un concierto, en lugar de preocuparnos por detalles de la producción, que nos interesan un poco menos.
Me adelantabas hace un rato lo del segundo disco, y comentando que pronto va a hacer un año ya del primero… ¿Tenemos fecha prevista para ese próximo trabajo?
Pues si saliera para otoño de 2017 sería, vamos, ¡chapó! Nos quitamos el sombrero. Pero no puedo prometer nada, se trata únicamente de la idea que tenemos en la cabeza, y no sé si llegaremos porque, después, los sellos lo retrasan todo… Una vez tienes terminado el álbum, la promoción, producción del vinilo… Son procesos muy lentos. De pronto una piensa “si lo tengo terminado en abril, ¿por hay que esperar tanto?”. Es así como funciona.
¿Alguna idea sobre a qué podrían sonar las Hinds de aquí en adelante? Porque el segundo disco no es moco de pavo, ¡hay mucha más presión!
Sí, sí, ¡pero no le tenemos nada de miedo! Porque el estilo de composición lo mantendremos igual salvo por la ventaja de haber estado ya antes en un estudio. ¡No seremos unas novatas! La primera vez no sabíamos si queríamos mezclar el disco para que sonara más sucio o más limpio. Ahora, en cambio, llegaremos mucho más entrenadas, y eso ayudará un montón. De hecho, me apetece mucho corregir los errores que cometimos en el primer disco, vigilar aspectos en los que pecamos un poco y procurar no caer de nuevo con el segundo.
Enlazando con lo que explicabas de las guitarras que utilizáis para grabaciones y directos; vosotras, en concordancia con el género de garage y lo-fi que abanderáis, no sois de esas que tienen una guitarrita especial para cada tema, ¿verdad?
(Risas) No, no, ¡en absoluto! En el disco, como vamos intercambiando entre Ana y yo quién hace los riffs y quién los acordes, utilizamos un total de 3 guitarras, nada loco. Hay una específica para la balada, que es como más llorona, pero para el resto, mantenemos el mismo equipo. Nos gusta que se note la diferencia entre las dos partes de la conversación, la guitarra de Ana y la mía, y que la personalidad de cada una sea reconocible.
Pregunto porque me he fijado en vídeos de vuestros directos y suelo ver a Ana Perrote con una Epiphone, a ti con un par de Danelectros…
¡Sí, justo! Ana en realidad cambió de guitarra en enero. Ella antes usaba la guitarra verde que, de hecho, ¡era de mi hermano mayor! (Risas) Y lo que pasa es que estaba tan rota, tenía las pastillas destrozadas y era tan vieja que la tuvo que cambiar.
Y yo sí que me he mantenido en Danelectro porque me gustan mucho, me suenan muy dulces.
Eso te iba a preguntar, si había alguna motivación particular tras esas elecciones.
Sí, sí, claro; la primera de Ana fue por necesidad. Usaba la de mi hermano porque, al principio, ninguna de las dos teníamos guitarra. A mí me regaló una mi novio de aquel momento, y mi hermano tenía aquella. Se la pedimos prestada porque ya no la tocaba y, de pronto, ¡Hinds empieza a funcionar! Por otro lado, seguíamos sin dinero para comprar una nueva, así que se la volvimos a pedir para que nos la dejara un rato más (risas) y bueno, ¡un año y medio que aguantó!
En cuanto a influencias, se os nota muchísimo de qué escuela punki garagera y sucia venís; mencionáis constantemente a Mac DeMarco como vuestro Dios, a the Strokes, vuestros colegas los Parrots, la Velvet Underground, Glass Animals, Thee Headcoats, de quienes versionasteis aquel “Davey Croquett” … ¿Habéis descubierto algo nuevo últimamente, o tenéis alguna influencia menos visible en vuestra música?
Mh… Creo que está pasando una cosa, y es que el género garage, que sigue siendo, para ver en directo y escuchar, mi favorito sin duda, está en crisis de originalidad. ¡Ya está todo oído!
Por otro lado, hemos descubierto últimamente dos grupos pequeñitos que nos flipan; uno es Goodbye Honolulu, que me parece que ni siquiera están en Spotify. Son de Toronto y son la puta ostia, unos chavales muy jóvenes e inteligentes con muy buen directo. Y después los Public Acces TV, de Nueva York, que han sacado ahora en septiembre un discazo.
También citaría como influencia a the Growlers. Me parece que han hecho un cambio de puta madre: eran un grupo de garage a tope, Burger Records total, y su último disco lo ha producido Julian Casablancas, de the Strokes. De pronto, han subido todo un escalón, haciendo un disco que se puede poner en la radio, que mantiene la esencia del garage pero que suena algo más pulido, y que logra unas melodías preciosas. ¡Ojalá los grupos de nuestro género lanzaran más álbumes, pero es que hoy en día todo tiende al hip hop! Se los está comiendo a todos, en especial a los de guitarra; vamos a festivales y, como mínimo, la mitad son músicos que van con el ordenador y unos beats, ya no hay tanta gente tocando instrumentos. Y es normal, porque va Kanye West con The Life of Pablo, o Frank Ocean… ¡Y qué pedazo de trabajos! Todas las grandes obras musicales de 2016 son de un género que no es rock.
Entonces sí que os influencia de verdad el rap, como habéis dejado caer alguna vez.
¡Uff, claro! Es que se están haciendo cosas muy buenas ahora mismo.
Y la experta en ese campo tengo entendido que es Ade Martín, ¿verdad?
Bueno, sí, ¡Ade es sobre todo la investigadora de la banda! A veces encuentra cosas que en realidad no nos gustan tanto (risas), pero sí, desde luego es ella la que descubre a artistas no tan conocidos, más allá de lo obvio.
En vuestro interminable currículum de hitos profesionales podéis contar, entre decenas de cosas más, ser el primer grupo español en tocar en un escenario principal de Glastonbury. ¿Esto es verídico? ¡Porque es muy fuerte!
¡Sí! ¡Es muy fuerte y es verdad! Tuvimos alguna duda porque se rumoreaba que Barón Rojo, en su tiempo, había tocado en Glastonbury, pero no, resulta que fue en el Reading Festival, finalmente.
También fuisteis las primeras en actuar en un Late Night estadounidense, el de Stephen Colbert; habéis tocado en SXSW, KEXP, os ha reseñado Pitchfork, The Guardian… ¡Pero lo más estelar y de lo que menos se habla es que os entrevistó Nardwuar the Human Serviette! ¿Cómo sucedió? ¿Quién se puso en contacto con quién?
¡Fue increíble! ¡Nos twitteó él! Todavía ni habíamos sacado el disco, y nos dijo que le encantaba nuestra música y que, como había visto que veníamos a Vancouver, le encantaría entrevistarnos. Lo conocíamos de sobra y, claro, ¡no lo podíamos creer!
Y ya para acabar, le robo una de sus preguntas trademark a Nardwuar, una con la que casi siempre acaba sus entrevistas y que no os hizo a vosotras por algún motivo, así que aprovecho y os la hago yo ahora: ¿por qué debería a la gente importarle Hinds?
(Medita durante varios segundos)
Es una pregunta potente, ¡lo sé!
Sí, sí… Bueno, ¡porque te pone de buen humor!
¡Que no es poco!