Lambchop (Joy Eslava) Madrid 19/01/17
Lambchop comenzaban su gira este pasado jueves en la sala Joy Eslava, en un concierto enmarcado dentro del ciclo de citas musicales propiciadas por SON Estrella Galicia. Antes habían pasado a visitar a nuestros vecinos lusos y los comentarios y críticas que venían de allí eran halagüeños.
A Kurt Wagner no le es extraño el término “reinvención”, de hecho lleva reinventándose prácticamente toda su carrera al frente de Lambchop, regateando al fantasma del estancamiento y ofreciendo siempre sorpresas a sus seguidores. Pero reconozcámoslo: en su último trabajo nos ha dejado a todos patidifusos. For Love Often Turns Us Still (Merge Records) cuya abreviación; Flotus, hace referencia al nombre de la primera dama en Estados Unidos (First Lady Of The United States) es un trabajo que no funciona en un primer acercamiento y requiere de una somera escucha para entenderlo e incluso llegar a amarlo. Con Kurt y Lambchop nunca se sabe en directo, pero esta vez estábamos avisados; íbamos a ver y escuchar un concierto basado en Flotus.
Como en todos sus conciertos, era el propio Kurt Wagner el que se encargaba de salir al escenario, sin darse importancia, a revisar que todo estuviera en orden: monitores correctamente colocados, el anti estético asiento para apoyar su nuevo “cacharraje” electrónico (¿de verdad que no había unas patas de teclado en la sala?) perfectamente dispuesto, cables O.K etc… Así les veíamos charlando al fondo del escenario, haciendo tiempo para comenzar su bolo, serenos y tranquilos, sin aspavientos, con pintas de tipos de andar por Nashville, en definitiva; las anti estrellas de Rock.
Comenzaban a sonar los primeros sonidos pregrabados y sacados del secuenciador del batería, para dar paso al siempre hipnotizador timbre de la voz cantante de la banda. En esta ocasión ayudado por un vocoder y unos secuenciadores para ir construyendo capas de sonido con su propia voz en directo, una autentica y deliciosa locura. Leído así cualquier escuchante de los sonidos más “americana” de Lambchop podría salir corriendo, tranquilos; sus canciones siguen teniendo ese genuino toque de cuando fumar Marlboro era saludable y molaba, aderezadas (eso sí) con una suerte de Trip Hop.
Kurt Wagner no es un señor muy dado al “speech” en directo, pero tendría tiempo de bromear acerca de las nuevas tecnologías empleadas en su nueva etapa, al tiempo que el pianista Tony Crow nos decía: “¿os gusta el Country? Pues lo siento, esta noche no oiréis nada de eso, Kurt solamente estaba afinando la guitarra” mientras Wagner terminaba de colocarse su guitarra y se partía de risa, aunque no lo pareciera, escondido detrás de su sempiterna y (cuanto menos) inquietante gorra.
Claro que sonarían: “Directions to the Can” o “JFK”, con esa base rítmica de ensueño y con la que el batería se permitiría salirse del guion gritando en el punto álgido de la canción, o la que da título al disco, pero si un servidor tuviera que quedarse con algo, no lo duraría ni un solo instante; los momentos cumbres del concierto serían: “In Care of 8675309”, la canción de doce minutos que abre Flotus y con la que logran mantener la tensión durante casi un cuarto de hora y “Gone Tomorrow”, un tema que en directo suena como si Johnny Cash se hubiera ido de juerga con Tricky y por el camino se hubieran encontrado a DEVO.
Lambchop lo habían vuelto a hacer, acababan de dejar sin habla, esta vez en formato cuarteto, a toda una sala. Justo antes de comenzar la actuación el locuaz pianista Tony Crow había dicho, en clara referencia a la toma de posesión de Donald Trump: “Disfrutemos de nuestra última noche de libertad en la Tierra”.
Está claro que Donald Trump no ha visto en directo en a Lambchop, de hacerlo nunca hubiera usado el estúpido slogan de su campaña. América siempre será grande mientras sigan sonando los de Nashville.