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Entrevista: 4Hiverns

«Lo que importa es que les haga vibrar, que les guste, y si no, pues a otra cosa. ¡No podemos complacer a todo el mundo!”

Es raro lo raro que es encontrarse a costureros de sonidos, en cualquier disciplina genérica, interesados por el viejo y noble arte de tejer, por el proceso en sí mismo. Artesanos de las ondas que se encomiendan a las labores del corte perfecto, el dobladillo justo y el pespunte sensible, que dan tanta importancia a lo invisible y a la entretela como a pasamanerías y acabados finales. 4Hiverns son ese tipo de grupo raro y catalán, entre muchas otras cosas buenas, que abandera la filosofía artística de la tormenta silenciosa y escribe canciones de amor o suicidio como las arañas hilan telas de seda: aparentando fragilidad pero demostrando fortaleza. Difuminando a conciencia la fina costura que une y separa la acústica de la electrónica se encuentran un cerebro y unas manos pertenecientes a Carles Querol, quien para su segundo esfuerzo discográfico ha convertido un proyecto personal en asunto también de intimidad, sí, pero grupal. Hablamos con él sobre Decimals, paternidad, dualidades sónicas y de reservar la importancia para las cosas importantes.

¿Cuál es el denominador común entre los músicos que integran 4Hiverns? En el sentido de que varios procedéis de otras formaciones de la escena catalana, como First Aid Kit o Outer Space, que no son necesariamente predecesores lógicos de éste último proyecto que sacáis ahora, Decimals.

A ver, te explico un poco: en la última banda en la que estuve más involucrado, que era un proyecto también personal (First Aid Kit), trabajaba sólo con Agnès Aran como dúo, aunque luego en concierto sí que éramos 4 personas. Ya después de esto, pasé a ser guitarrista de Erm durante un tiempo, otro grupo que compone en catalán y que sacó unos cuantos discos. Allí conocí a Ramón Aragall, que es el batería actual, y a Pedro Font, el guitarrista, y nos hicimos casi más colegas que simplemente compañeros músicos. Salimos de gira con Erm juntos y cuando acabó, nos cogimos un local en el barrio de Gràcia para compartir. A la vez, yo empezaba éste nuevo proyecto mío de 4Hiverns, y viendo que todo funcionaba y que había ganas de sacar disco, además de una discográfica detrás que se había interesado por él, les propuse a Ramón y a Pedro formar parte de la propuesta. Así que podría decirse que el denominador común es Erm y quizás también David Pérez, su fundador, porque aunque sea cierto que ya nos conociéramos de antes, la profundización de nuestra amistad y la idea de unirnos como banda procede de allí.

Y refiriéndonos más a lo estrictamente musical, ¿qué punto de conexión hay entre vosotros o qué referencias en común tenéis? Porque Outer Space, por ejemplo, la otra formación con la que estáis relacionados, es un rollo completamente diferente al de 4Hiverns.

Sí, Ramón es el que toca en Outer Space, pero claro, él se dedica 100% a la música (cosa que todos no tenemos la suerte de poder hacer), y eso le permite tirar adelante muchos proyectos simultáneamente, entre ellos Outer Space e incluso otro personal, que es Ramón Aragall. Así que al final es lo que siempre decimos; el denominador común es que nos gusta la buena música. A mí me va desde el pop más tranquilo hasta la electrónica más potente pasando por la música clásica, afición que me viene de mi madre, que es profesora de canto y de clásico, por lo que, obviamente, he mamado toda la vida piano y música clásica en casa. Por eso cuando nos piden que nos definamos en cuanto a estilos y eso… Es complicado.

Es verdad que, escuchando el álbum de 4Hiverns, o también Outer Space y lo que hacíamos con Erm, se nota que confluyen muchas influencias, y te podríamos decir miles. Claro que todos tenemos un pasado un poco más rockero y durillo, y que quizás poco a poco nos hemos ido «ablandando», por decirlo de alguna manera, pero seguimos escuchando aquello que nos eriza los pelos, en definitiva. Cerrarse en un solo estilo se nos hace difícil.

A parte de lo obvio, ¿qué ha cambiado en el nuevo Decimals con respecto al homónimo debut? Sobre todo a nivel de tono del discurso musical o de vuestras coyunturas vitales y acontecimientos que os han condicionado, influenciado o inspirado a lo largo del proceso creativo. ¿Qué diferencia de estados de ánimo hay entre ambos proyectos?

Bueno, lo que ha pasado principalmente es que he sido padre, cosa que, como compositor y letrista, debe notárseme en algunas canciones. No he querido ser tampoco el típico que monta el disco entorno a esto, porque ser padre tiene cosas buenas y cosas no tan buenas. Aun así, me pilló en un momento en el que sí quería expresar algo relacionado con ello, pero el álbum no gira para nada alrededor del tema exclusivamente.

Creo que la gran diferencia entre el debut de 4Hiverns y el nuevo trabajo es que el primero es mucho más recogido, «de cantautor», que es un término que no me encanta usar pero con el que me refiero a que me lo hice todo en casa y, posteriormente, fui al estudio, donde otra gente puso de su parte para acabar de adornarlo todo. Esencialmente, fue algo mucho más manufacturado y cuidado personalmente y que se llevó al estudio sólo para pulir.

En éste segundo disco, en cambio, el sonido es mucho más “a banda”, porque tanto Pedro como Ramón y también Alex Molas, el bajista, se han involucrado en el proceso pre-producción y han aportado muchísimo, pese a que yo pudiera traer las canciones más o menos cerradas y estructuradas desde casa. Y esa sería la gran diferencia entre ambos discos, la sensación de potencia del último. Y no me refiero a “potencia” en el sentido de “caña” o densidad de sonido, sino potencia contenida, de grupo que está detrás tocando unos instrumentos y que influye una energía particular. Con Pedro, Ramón y con Alex como última incorporación, se ha añadido algo que no estaba antes y que, manteniendo la parte contenida e íntima del anterior proyecto que mencionaba antes, acentúa su potencia o su fuerza.

Como diferencia no tan evidente, quizás sí que en las letras he intentado darle otro giro más al asunto. Las del primero me parece que estaban chulas, pero para éste segundo procuré apretar el aspecto poético, intentando dar pie a la abertura de interpretaciones; que alguien piense que estás hablando de amor y otro de suicidio, por ejemplo.

Porque las letras y la composición son completamente tuyas, ¿no?

Sí, tanto la composición base, es decir, acordes, melodía y letra, como llegar al local, estructurar y repartir un poco el trabajo, son todo cosa mía. Pero ya te digo que el peso que han adoptado ellos dentro de 4Hiverns es importantísimo; han dado opiniones, han propuesto tirar por aquí o por allá, y siempre he hecho caso a todas sus directrices porque son peña que domina un huevo y lo hacen todo muy bien. Al final, decía que éste es un proyecto personal, pero en realidad su definición ha sido colectiva.

 

Y ahora, con respecto al factor diferencial más evidente, que comentábamos que sería la banda y esa “potencia” que trae consigo, ¿es posible que el paso de una propuesta personal a otra nueva que va respaldada por un grupo tenga algo que ver con algún elemento o carencia que se percibiera en el primer álbum que hiciste en solitario y has querido suplir with a little help from your friends, como dirían los Beatles?

Hay que tener en cuenta que cuando trabajas con gente del nivel de Pedro, Ramón y Alex, se te abre mucho más un espectro de posibilidades. Yo como venía de mi primer proyecto importante, que era First Aid Kit, tenía ganas de volver a retomar la estela de la electrónica, pero la electrónica más casera, más tocada y no tan digital, sino analógica, con samplers y sonidos recogidos por la calle o en casa. Y aquí es donde Ramón me ha ayudado mucho a trasladar ésta idea que guardaba de recuperar o profundizar en la electrónica, a base de transportarla a la batería. Hay mucha instrumentación y percusión tocada que en realidad son sonidos y samplers, elementos electrónicos.

«Para éste segundo disco, procuré apretar el aspecto poético, intentando dar pie a la abertura de interpretaciones; que alguien piense que estás hablando de amor y otro de suicidio”

¿Qué te parece que pesa más o es más imprescindible en el sonido de 4Hiverns: la digital o lo orgánico, lo electrónico o lo acústico? Porque una de las hazañas del álbum es conseguir difuminar con mucha precisión y pulcritud la línea que separa ambos conceptos, o la fina costura que los une a ambos, por lo que no queda claro si uno de los dos pudiera ser más fundamental que el otro.

Creo que lo orgánico, empezando por la razón de que, detrás de lo electrónico, ya existe algo orgánico. Hay mucha parte electrónica que procede de sonidos de casa, de samplers, de chasquear los dedos o de grabar a la niña jugando, y esto tiene una parte analógica interesante en el sentido de que se coge algo de tu propio entorno, se modifica y se transforma en un pad, en un ambiente. Después, todo también depende de cómo lo plantee uno, de no incrustar algo electrónico porque sí, sino tenerlo claro en la cabeza e intentar representar lo que hay ahí dentro.

Como apunte respecto a lo que comentabas sobre esa “costura” que une lo orgánico con lo electrónico, tal imagen se refleja muy bien en la portada del Decimals, en la que aparece una espécie de malla digital que va desembocando en un mar, algo claramente más terrenal. Nos la diseñó Albert Aran, un colega diseñador que se lo merece todo y que ha sabido capturar la idea perfectamente.

Pero definitivamente sí, pesa más la parte orgánica que la electrónica; te pasas más horas tocándola, intentando escribirla, haciendo pre-producción con Pedro de guitarras, por ejemplo…

O sea que, por todas esas razones, también dirías que te gusta más esa parte, ¿no?

Mh… No, me gustan ambas por igual. Aunque tras acabar éste disco, la verdad es que sí he pensado, “oye, quizás el tercero será aún más electrónico”, como imaginando el paso porgresivo de un lado a otro, de lo orgánico a lo digital. Pero ambas cosas me gustan mucho. Una la hago más solo, porque la parte electrónica es como más íntima, la trabajo a altas horas de la noche y a metodología de prueba y error. En cambio la otra es más trabajo de banda y de interactuar y pedir opiniones, que también mola bastante (y más cuando se está rodeado de gente tan buena).

En el mismo sentido y porque también habéis logrado mezclar y equilibrar ambas misiones con mucha destreza, qué era más importante lograr con Decimals: ¿conservar la identidad del primer disco y preservar su carácter intimista o experimentar con nuevos sonidos y aportar algún valor añadido y nuevo con respecto al debut?

Buena pregunta… Lo de conservar el carácter intimista y la personalidad del primero casi iba a salir naturalmente, porque con el tipo de voz que tengo, el tipo de armonías que hacemos o los acordes que utilizamos (que son los que son y no sabemos más, por eso siempre vamos a parar a los mismos), va un poco intrínseco a nuestro estilo de generación de música y de composición. Así que ésta era la parte sencilla y la complicación residía en dar un paso más e intentar “innovar” con respecto a uno mismo, hacerte sentir que has hecho algo distinto a lo que hacías. Eso es lo que ha requerido más trabajo; que la gente siga reconociendo que lo que escucha es 4Hiverns, pero que ha habído un salto (no entro a valorar si mejor o peor) des del primer disco al segundo.

Habéis desarrollado un sonido que podría ser súper atractivo y digerible para un público internacional. ¿No os habéis planteado la posibilidad de que escribir las letras en catalán vaya en detrimento de la facilidad con la que podáis alcanzar oyentes más lejanos? ¿U os la sopla hacer vuestra música más accesible en ese sentido?

¡Nos la sopla! [Risas] Hoy me decía un colega del trabajo que se había escuchado el disco en el coche y que le relajaba en montón. La música es, como se suele decir, un lenguaje universal, y cada uno la entiende de la forma que quiere. Estoy recibiendo muchos comentarios sobre lo relajante que es y lo bien que entra, y con eso me lo dicen todo. ¿Más allá de éste nivel? ¡Es que yo no me veo cantando en castellano ni en inglés! Y no por nada; simplemente porque mi inglés cantado es horroroso y en castellano se me notaría un poco. Si hubiera nacido en Cádiz, cantaría en castellano, y si hubiera nacido en Leeds, lo haría en inglés, pero no. Sí que es una putada en el sentido de que, el hecho de cantar en catalán, quizás te limita a un país pequeño y con recursos disponibles limitados para una cantidad de creatividad brutal que hay en Cataluña, a no ser que seas Manel o alguno de éstos que tienen la posibilidad de salir fuera…

Así que lo dicho: ¡o me meten en clases de inglés súper intensivo o nada! [Risas] Porque, en cambio, con Agnès cuando hacíamos First Aid Kit sí que cantábamos en inglés, pero sencillamente por el hecho de que ella tenía un inglés casi innato, con un acento perfecto que ni ella misma sabía del todo de dónde le venía. Por ello y porque el proyecto en su día fue bastante diferente, First Aid Kit funcionó y casi podía colar como banda internacional.

Impresiona la precisión de la producción de Decimals, y cómo la misma ejerce de envoltorio de un contenido subyacentemente crudo y oscuro hasta el punto de tornarse agradable. No sé si estaréis de acuerdo con ésta percepción pero, ¿qué mensaje subconsciente veis en ello, si es que veis alguno? O quizás es ponerse demasiado filosófico…

¡Ostras! No me lo había planteado, la verdad… [Risas].

¡Vaya…! Bueno, ¿al menos estás de acuerdo o no?

¡Sí sí, estoy totalmente de acuerdo! De hecho, una cosa que nos pasa en los ensayos es que, cuando te preparas para los conciertos, destripas más o los volúmenes están más altos porque te emocionas; no existe la presión de la grabación y tiendes a dejarte ir, que en nuestro caso significa eso: que se te vaya un poco la olla. Y entonces ese misterio o recogimiento del disco lo perdemos un poco, cosa que no es necesariamente negativa porque da como resultado algo curioso pero hace perder la contención que convierte el álbum en algo tan interesante.

Y no abundan, pero hay unos cuantos momentos súper cañeros, como en el segundo tema, “L’èxode”, en los que, aún siendo muy cañeros, se dejan llevar y se hacen agradables. En general, la idea es que se ponen unos contra otros estos momentos tranquilos y los otros más potentes y siempre se sigue manteniendo el punto crudo e intimista.

“Hay mucha parte electrónica que procede de sonidos de casa, de samplers, de chasquear los dedos o de grabar a la niña jugando, y esto tiene una parte analógica interesante en el sentido de que se coge algo de tu propio entorno, se modifica y se transforma en un pad, en un ambiente”

Siendo tan exquisitos y meticulosos con la producción, habréis sido igual de exquisitos eligiendo el estudio de grabación donde la llevaríais a cabo. ¿Qué demandas o requisitos indispensables contasteis a la hora de decantaros por uno u otro?

El primer disco fue en Can Sons con Arnau Vallvé (Manel), a quien conozco desde hace muchos años por haber tocado en una banda juntos cuando éramos muy jovencitos. Y pensando entonces en dónde podía grabarlo, porque los primeros álbumes con First Aid Kit los grabé con Pau Vallvé, me acordé de que Arnau tenía éste estudio y que sería buena idea grabarlo con gente como él con quien comparto ideas, me entiendo y el trabajo se hace fácil, así que probamos y salió todo muy bien. Y para el segundo simplemente decidimos repetir. Además, creo que ellos están igual de contentos que nosotros porque les ha supuesto todo un reto y el resultado, en nuestra opinión, no podía ser mejor.

Lo que quiere decir que la decisión se basó más en una cuestión de estilo de trabajo que de requisitos técnicos, pues.

Yo creo que sí, que es una cuestión más de trabajo y de entenderte con al gente, porque muchas veces, con poco material y pocas instalaciones, si tienes ganas, tiempo y pones de tu parte, se pueden hacer cosas increíbles. Ellos tienen muy buen material y un estudio genial, pero en realidad importa más el feeling, independientemente de que piense que podría ser interesante buscar un nuevo entorno y otro estudio para el siguiente disco y así romper con la comodidad que se ha creado con nuestro productor actual, forzarnos a nosotros mismos a ver qué sucedería con otro tío, otro conceptro, otra ideología… Pero por ahora, muy contentos con lo que hemos sacado en Can Sons. Ha sido un proceso muy largo, porque todos tenemos que compaginar mil proyectos y cuando prevees invertir 2 meses, acaban siendo 4.

¿Ha habido alguna referencia musical directa, una banda o un álbum, contemporáneo o clásico, que os haya inspirado durante la composición de Decimals?

Casi que no… Arnau y Aleix Sans, que son los productores e ingenieros del disco, sí que me preguntaban muchas veces por referéncias, para saber si quería la voz así o de tal manera, y siempre me cuesta bastante responder porque, como te decía antes, mis mustos musicales son muy variados. Pero, por poner ejemplos; para la guitarra del acompañante sobretodo, que es la guitarra clásica, igual que para la voz buscábamos un sonido crudo, quizás inspirado en un artista contemporáneo, Fink, que me parece bestial. Es un tío que comenzó en el mundo de la electrónica pero que, de pronto, cogió una guitarra blusera hace unos 10 años, se puso a tocar y su rollo cambió por completo. Me parece que al principio estaba con Ninja Tune, discográfica puramente electrónica y vanguardista, y ahora hace álbumes muy de banda. Tiene una voz tremenda, pero sobretodo un sonido de guitarra clásica muy crudo, posiblemente cercano al de José González. Sí que tenía claro que ésta crudeza me gustaba mucho. Al principio otra vez de “L’èxode” hay una guitarra con voz, o momentos de guitarra sola, que me parecen bastante cercanos a lo que hace Fink. Pero a parte de eso, nada más, honestamente, tiramos mucho de lo que sentimos.

Se hizo mucho trabajo de pre-producción, aquí en el local de ensayo, donde ya definimos mucho cómo lo queríamos y lo íbamos a tocar, y llegamos al estudio con todo muy claro. Las referéncias que hayan podido caer, por consiguiente, han sido más casuales y puntuales que otra cosa.

Ya me los has apuntado antes difuminadamente, pero sí va en serio que estás pensando en un tercer disco, ¿no? Uno que acabe de llevar hasta el final lo de la electrónica y profundizar en ella.

Bueno, es lo que le comenté a Aleix al acabar la grabación, lo de dar un pasito más para el próximo con la electrónica. Además, allí he aprendido bastante del tema, los sistemas que utilizan y tal y se me ocurrió que podría ser chulo trabajar en ello. Pero no lo sé… Ahora tenemos mucho curro, es algo que ya he borrado de mi cabeza momentáneamente para centrarme en preparar conciertos. Además, es un año súper complicado en el que están saliendo muchos discos, así que hay que procurar buscar bolos, participar en cosas interesantes, prepararse para la presentación y después, de aquí aun año (¡o dos! [Risas]), empezar a planteárselo. Aunque de verdad que no me importaría llevar un proyecto así.

Sí que estamos mirando de hacer algún remix con alguien, y ya nos ha salido alguna propuesta tentadora pero sin nada confirmado. Yo creo que tendría muchísimo sentido por el tipo de música de 4Hiverns, sobretodo en las canciones que se van más claramente para la electrónica.

¿Y éste último vídeo que sacásteis el mes pasado para “Aturem l’Ham” quién os lo dirije?

¿El de los soldados? Pues nos lo ha hecho Gonzalo Díaz con Iván Guranizo como director de fotografía.

¿Y habéis tenido algo que ver con la idea?

Pues hablamos con él y con mi pareja, que trabaja en una productora, y ellos fueron ls que se intersaron en la parte técnica de la producción, materiales, etc. También conocíamos a Gonzalo del mundillo, y se lo propusimos un día y le interesó participar. Nos mandó un boceto que se parece bastante a lo que se ve en el vídeo y nos encantó, la verdad es que está muy bien cuidado.

Rodarlo fueron dos findes en los Pirineos, la parte de día en un pueblo abandonado, y después la parte de noche se grabó unos meses más tarde en el Montseny. Como experiencia también súper enriquecedora, y lo hacemos, un poco como todo, por amor al arte porque no hay dinero para pagar a todo el mundo, por desgracia. ¡Así que muy agradecidos! Tenemos ganas de presentarlo a algún concurso y todo, que tiene muchísima calidad y ya incluso nos han animado a hacerlo. 

Y para cerrar, una pregunta de esas filosóficas y trascendentales que nadie sabe como contestar y que le tomo prestada al gran Nardwuar the Human Serviette; ¿por qué debería a la gente importarle 4Hiverns?

¡Uf! Pero es que… ¿Importar? Yo que creo que a uno le deben de importar las cosas importantes, y 4Hiverns no es importante, es simplemente las vibraciones o sensaciones que te transmita su música. Si alguien pone una canción de 4Hiverns y le hace pararse un momento y determinar que ahí hay algo, que se pare del todo y escuche el disco entero; seguro que pasa un rato muy chulo. Pero de ahí a llamarlo importante… Para nosotros lo es, obviamente, porque es nuestra vida e invertimos muchas horas en esto, pero para el resto de la gente, con que le den al play y les parezca que suena a algo diferente o motivador, y que les anime a invertir un poco de ese tiempo que nadie tiene en escucharlo, ¡ya está! Que nos digan cómo lo sienten, que es algo que nos gusta oír y salen interpretaciones curiosas en ocasiones, porque muchas veces, uno tiene tan sudado y tan interiorizado el disco, lo enmarca con unos colores tan concretos… Y sin embargo, luego viene otro que lo ve de otra forma y te hace pensar que quizás su punto de vista también es posible.

En definitva, lo que importa es que les haga vibrar, que les guste, y si no, pues a otra cosa. ¡No podemos complacer a todo el mundo!

 

 

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