Dead Famous People – Harry (Fire Records)
Han tenido que pasar tres décadas (¡tres nada menos!) para que Dons Savage reanude su portentosa habilidad para levantar hermosas canciones pop que son como dardos que van directos al punto de flotación del más pintado.
Dead Famous People tiene historia, y una historia importante que dejaron en barbecho hasta ahora. Empezaron su andadura en su Nueva Zelanda natal en 1986, y formaron parte de la famosa escudería Flying Nun en la que grabaron un ep en ese movimiento que se denominó Dunedin Sound. Parapetados tras sus amables acordes de jungle pop se escondían letras mordaces, y de tendencia al aislacionismo que, de alguna manera, se vieron forzados.
Vista la poca acogida de su música, emigraron a Londres tras la llamada de nada menos que de Billy Bragg, y en el sello del cantautor, por aquel entonces Utility Records, grabaron un minielepé excelente titulado Arriving Late in Torn and Filthy Jeans (1989) con canciones tan enormes como “Postcards From Paradise” que un día mi amigo Edgar Ducasse definió a Donna Savage -líder de la banda hasta hoy mismo- como una “Tracey Thorn sin sofisticar, pero más electrificada que en Marine Girls”. Una apropiada definición para un tema y un grupo que brillaba a base de notas impetuosas, arreglos clásicos, y letras que denotaban cierto pesimismo existencial (“Paradise is not the way it’s meant to be”cantaba una Savage iluminada por unos arreglos de chelo y trompetas que enaltecían aún más la coplilla. Se apagaron las luces.
Tras conversaciones con la gente de Fire Records, estos convencieron Dons Savage a que que este era el momento de volver a poner a rodar este proyecto que tan injustamente quedó truncado. La letra pequeña de la historia del pop está rebosante de ejemplos como este, y de alguna manera, en este caso, había que repararlo dándole una nueva oportunidad.
Y vaya si lo han aprovechado, porque Harry (Fire, 2020) es un monolito gigante al pop atemporal, al pop que nunca tendrá fecha de caducidad. Son diez temas, media hora, de melodías que abrigan por su noble capacidad para emocionar con los elementos más esenciales. Sin aspavientos la alegría se cuela entre las rendijas en temas como “Goddess Of Chill” con gozosos ecos a los The Beatles, las guitarras chispeantes en ese canto a la camaradería que es “Safe And Sound” que no anda muy lejos de los sonidos del genial Submarine Bells de los The Chills (ojo, grupo que, por cierto, siempre apoyó el talento de nuestra mujer).
Pero aquí hay muchas canciones para no olvidar. “Turn On The Light” es un precioso poema de despedida a un ser amado, “Groovy Girl” tiene esa caricia que tanto me gustaba de los The Verlaines, mientras “The Great Unknown”, bien tejida por un piano precioso, tiene un aroma nostálgico seventies que enamora, y unos la la la finales que son fuego de artificio para acabar una de las fiestas musicales más portentosas del año.
Escucha Dead Famous People – Harry