This Is Pop, la nueva docuserie de Netflix
Acaba de llegar a la plataforma de streaming (Netflix) una docuserie de ocho episodios sobre momentos concretos en los que el pop sirvió de cambios en la sociedad. A veces más acertado, a veces menos, cierto es que el compendio del mismo es de rápida visualización, sirviéndose de un estilo y un guion entretenidos. Otra cosa es el continente, pues hay capítulos que se te hacen más ligeritos y otros son muy bolas de pelo. Por ejemplo, este que suscribe no disfrutó nada con el primero de ellos, dedicados a Boyz II Men que, aunque ahonda en el ascenso meteórico y la toma de los de Filadelfia de las listas de R&B y pop, ni me interesaron en su momento ni en la actualidad. Por destacar algo de ese capítulo, tal vez la estética sea lo más interesante, muy en la onda MTV 1991, pero los gorgoritos armonizados de la boyband, los “Uhh Ahh” con atuendos coordinados… en la actualidad a Boyz II Men se les puede ver en salas de Las Vegas con fans ya entradas en años y carnes. Tal cual.
La productora Banger Films también produjo el Hip-Hop Evolution, otra docuserie musical que ya acumula cuatro temporadas en emisión en la plataforma. Con imágenes de archivo vamos conociendo los entresijos de la industria y las diferentes inquietudes que movieron a los compositores para petarlo con canciones e incluso a favor de la lucha y los derechos sociales y civiles.
En el concerniente al “Auto-Tune” conocemos que a T-Pain, rapero especializado en el procesador de audio, al que le dieron por todos lados y que ahora es un masca. Lo mejor de ese capítulo es la declaración que hace Ken Scott, ingeniero de sonido con más de 55 años de experiencia; asegura el hombre que Bowie es el mejor intérprete de estudio jamás conocido cuando entraba al estudio porque el 95% de las canciones las clavaba a la primera toma, sin apenas repetir. Eso es ser un grande, claro. También hace hincapié en lo que supuso la inclusión del programa en aquella tonada de Cher que, de seguro, has cantado o intentado más de una vez incorporando el girito, ¿A que sí?
Otro va dedicado al country y la controversia que genera en la escena cuando alguien se pasa al pop o al rock. Es como cuando aquí un flamenco se pasa al pop o al rock y los puristas lo machacan. Pues imaginad los puristas del country que, además, son muchos de la América profunda. El artista Orville Peck, con una cortinilla de flecos en la cara, nos va narrando el discurrir del estilo con declaraciones de Shania Twain, Wynonna Judd, Brandi Carlile, Tanya Tucker y Steve Earle entre otros.
El capítulo denominado “Síndrome de Estocolmo” analiza el modelo musical que se creó en Suecia y que, tras ir evolucionando, ha tornado en parte esencial de la música pop a nivel global. Para ello escuchamos los comentarios de Benny Andersson, ABBA, Ulf Ekberg de Ace of Base y Brian Littrell de Backstreet Boys, entre otros. Se hace mención también a Roxette y nos extraña la ausencia de Per Gessle. La conclusión que saqué al verlos es que la fórmula secreta de los creadores es, precisamente, no creerse nada y seguir trabajando día a día. Cosas de suecos.
Otro se basa en las ambiciosas composiciones de los cantautores folky de 50 y 60 junto al testimonio de Andy Kim, Neil Sedaka y Steven Van Zandt y que, bueno, si te gusta el tema de canción protesta y tal, pues podrá molarte. Eché de menos compositores de primer nivel, la verdad; nada de Dylan, nada de Leonard Cohen, por lo que queda algo fallido y a medio gas.
También nos vamos de festival. Sí, porque hay uno donde se analizan los mismos contando con ejemplos de los icónicos Monterey Pop, Glastonbury, The US Festival, Woodstock ‘99 y Bonnaroo. Escuchamos a Jack Casady de Jefferson Airplane, Kevin Drew de Broken Social Scene y Michelle Phillips de The Mama & the Papas mostrándonos lo que fueron verdaderos eventos musicales que resultaron irrepetibles para la sociedad del momento. Comenta Michelle que el festival de Woodstock fue inspiración de su dealer. Todo muy instructivo.
Y, por supuesto, el Britpop y, sobre todo, la competencia brutal entre Oasis y Blur; los primeros, de Manchester, con una impronta más “obrera” y de rock más directo, mientras que Blur, London totales, con canciones hedonistas donde narraban la sociedad británica y sus costumbres. Lo que no quiere decir que pintemos a Oasis como un grupo de brutos cavernícolas; no es el caso. A decir verdad, siempre fui muy Blur y, con los años, firme me mantengo. Rememoran cuando coincidieron en las tiendas y se libró la “batalla” –con casas de apuestas incluidas- ganando la misma Blur por un margen de 58.000 ejemplares. «Country House» vendió 274.000 copias contra las 216.000 de «Roll With It». Liam declaró «Los de Blur practican actos sexuales entre ellos, no tienen las bolas suficientes para ser los nº 1». Salen también en el capítulo Skin de Skunk Anansie, Miki Berenyi de Lush, Sonya Madan de Echobelly, Lauren Laverne de BBC6 y Alan McGee, responsable del descubrimiento de Oasis, pero más como convidados de piedra que otra cosa.
Desde el pasado 21 de junio se puede disfrutar en el canal de streaming. Una docuserie que en algunos momentos llega al tope y en otras falla de manera garrafal, pero aún así recomendable ya que no abundan demasiado este tipo de contenidos en las plataformas.
Muy mala, como casi todo lo que sale de netflix, es mucho mas diver seguir las peripecias del caso de jose luis «rockefeller» moreno. Eso si es punk.
I tant! Toma. Moreno 😀