Documental: Esplendor y caída: The Garlic Phantoms (Juan Pérez-Fajardo)
Desde los orígenes no solo del Rock and Roll sino de la música y si me apuran; de cualquier tipo de arte, uno de los pilares fundamentales es la proyección que pueda tener la obra en sí. Porque ¿qué hubiera sido de las pinturas de Dalí, las obras de Warhol, o la música de Mozart, si no hubieran llegado a un público objetivo?
No sé si The Garlic Phantoms pensaron algo de esto al comenzar su proyecto, o si simplemente eran unos jetas con ganas de pasarlo bien, ligar e irse sin pagar de sus bares favoritos. El caso es que el dúo conformado por Alacrán Fajardo y Edu Molina obtuvieron un éxito desmedido con tan solo una canción, como lo leen, un solo tema. Pasaron de actuar en su local de ensayo para cuatro colegas, a salas como El Sol y el Wurlitzer Ballroom y de ahí a festivales como el Sonorama, hasta llenar el Wizink Center. En un país como el nuestro acostumbrado a la “cultura del pelotazo”, no nos debería extrañar que dos indocumentados de tal calibre, que se han atrevido a compararse con Nirvana, triunfaran en menos de un año con (repito) una sola canción, que además tiene todos los boletos para ser llamada plagio.
En una hora y pocos minutos el documental nos enseña a cómo no hacer las cosas, si no queremos alcanzar las más altas cumbres de la miseria, como hicieron el dúo madrileño. Es de agradecer que ilustres figuras del panorama patrio musical hayan dado testimonio de este púlsar que sigue emitiendo destellos desde el Olimpo del Rock, aun estando muertos.
Así, testimonios delirantes como el de, Antonio Arias (Lagartija Nick), que relata cómo se rompió algunas costillas después de haber sido drogado por estos dos elementos, contrastan con las declaraciones del siempre comedido y pacificador César Strawberry, por poner un ejemplo. En el elenco de personajes famosos que se apuntan a un bombardeo, tenemos a: Ramoncín, Calamaro, Coque Malla, Luz Casal, o Quique González.
Por otra parte, tendríamos que hacer una quija con el mismísimo Jimenez del Oso, para que investigase un extraño caso que acontece en Esplendor y Caída. Se trata de la intervención de Fernando Pardo (Sex Museum) que para lo que le gusta hablar, es bastante sintético y hasta parece que va al grano. Aunque hay quien se atreve a afirmar que existe un director´s cut con 18 horas solo del guitarrista madrileño rajando.
Entonces ¿por qué llegaron hasta la cima estos dos mastuerzos con una canción (si se le puede llamar tal) y tal como ascendieron, bajaron hasta los infiernos tanto creativos como personales? ¿pagaron las facturas por las habitaciones que destrozaron en hoteles? ¿se volverán a reunir? ¿les han partido ya la cara? ¿encontrarán un trabajo decente?
Todas esas preguntas ya las conozco y no las pienso contar aquí, porque creo que ustedes también deben sufrir durante poco más de una hora lo que ha sufrido el que esto suscribe, para saber de la gran estafa del R&R en plan castizo.
Háganse un gran favor y pasen un buen rato con el documental dirigido por Juan Pérez-Fajardo. Eso sí, si se identifica con algunos de los que ponen a caer de un burro en este, como por ejemplo a la prensa musical española, no se lo tome a mal, que la vida son dos días.
Disfruta el tráiler de Esplendor y caída: The Garlic Phantoms