40 años sin Eduardo Benavente (Parálisis Permanente)
«Eduardo Benavente Pérez, miembro del antiguo grupo musical Alaska y los Pegamoides, falleció el sábado, sobre las cinco de la tarde, en un accidente de automóvil ocurrido a la altura de la localidad riojana de Alfaro. Eduardo, de 20 años y natural de Madrid, viajaba en un Seat Ronda, matrícula M-3458-EX, junto con Ana Isabel Fernández (Ana Curra), de 24 años, que conducía, y Jorge Árboles Sánchez, Toti, componentes, junto con él, del grupo Parálisis Permanente, creado a raíz de la disolución, el pasado mes de octubre, de Alaska y los Pegamoides. A la altura del kilómetro 17 de la autopista A-68, en el término de Alfaro, en medio de una gran tormenta con agua y viento, el coche se salió de la carretera en una curva por causas que aún se desconocen y dio varias vueltas de campana».
Así narraba el diario El País el fallecimiento de Eduardo Benavente un 14 de mayo de 1983. El carismático músico, que perdió su vida cuando se dirigían de León a Zaragoza, donde iban a actuar en un festival que también incluía a Derribos Arias, Aviador Dro, Nacha Pop y Dinarama + Alaska, se había convertido en un referente indiscutible del afterpunk español, y su partida dejó un gran vacío en la escena de aquel entonces.
Nacido en 1962, empezó en el mundo de la música en el proyecto Prisma, junto a Nacho Cano y Toti Árboles. Después llegaría otro de los fenómenos pre movida, Plástico con la compañía de Rafa Gutierrez (Hombres G), los teclados de Luis Carlos Esteban (Olé Olé), el bajo de Emilio Estrecha (Olé Olé) y de nuevo, la batería de Toti Álvarez. Pero no fue hasta su paso por Alaska y los Pegamoides como batería y luego guitarra y sobre todo, tras su disolución al convertir Parálisis Permanente en su proyecto principal, cuando dejó una huella aún indeleble, cuatro décadas después.
A pesar de su corta trayectoria, sigue siendo recordado como uno de los grandes iconos de la Movida madrileña, su influencia perdura en la escena musical actual y su legado continúa inspirando a nuevas generaciones de músicos de nuestro país y Latinoamérica, donde también se le venera.
Parálisis Permanente arrancaron su carrera a principios de 1981, con Eduardo en la guitarra, Nacho Canut en el bajo, Johnny Canut en la batería y Javier Benavente como cantante, que tras su salida fue sustituido por su hermano en las voces. Los viajes a Londres inspiraron a su círculo más cercano adoptar ese look siniestro de negro riguroso, pelos cardados, cuero y crucifijos tan deudor de figuras como la diosa Siouxsie. Benavente y Canut pertenecían a Pegamoides pero querían diferenciarse de la banda adoptando un sonido más oscuro y arriesgado, de clara inspiración afterpunk. Pronto serían imitados hasta la saciedad poniendo la primera piedra de la subcultura gótica de nuestro país junto a artistas como Décima Víctima y los primeros Gabinete Caligari.
Precisamente, su primera referencia fue un EP compartido con Gabinete Caligari que primero editó DRO y posteriormente Tres Cipreses. Parálisis aportaban «Autosuficiencia» y «Tengo Un Pasajero», mientras los de Jaime Urrutia sumaban «Golpes» y «Sombras Negras».
Poco después llegaría un nuevo single, Quiero ser santa, en el que presentarían cuatro canciones más, «Unidos», «Yo No», «Quiero Ser Santa» y «Un Día En Texas» (inspirada en el film de Tobe Hopper). El tema titular fue coescrito por los Pegamoides Alaska, Nacho Canut, Ana Curra y Eduardo Benavente, a excepción de Carlos Berlanga, que ya había abandonado el proyecto harto de la deriva oscura de sus compañeros para formar Dinarama. Canut deja el grupo para unirse a Dinarama, y Parálisis Permanente se completan con el bajo de Rafa Balmaseda, y con la Pegamoide Ana Curra -pareja de Eduardo– a los teclados. Esta sería la formación que grabaría el único disco de su carrera, registrado en verano de 1982 e influenciado por toda la onda siniestra de la época Siouxsie And The Banshees, Joy Division, Killing Joke, etc.
El álbum contiene clásicos como las sexuales «Adictos De La Lujuria» y «El Acto», el pop nuevaolero de «Vamos A Jugar» y «Eso no es», el punk de «Jugando A Las Cartas», el guiño a la película Alien el 8º Pasajero de Ridley Scott «Tengo Un Pasajero» o dos notables versiones, «Héroes» (David Bowie) y «Quiero ser tu perro» (The Stooges). Un éxito de la época, a pesar de estar en una compañía independiente.
A principios de 1983 llega su último sencillo, «Nacidos para dominar», acompañado de su cara B «Sangre». En ellos se atisba un sonido algo más pulido y menos visceral del de su debut y nos deja una leve pista de hacia dónde podrían haber ido los nuevos pasos de un músico apasionado, con una energía desbordante y un espíritu rebelde adelantado a su tiempo. Su pérdida dejó un vacío que aún duele, pero aún duele más imaginar todo lo que nos podría haber ofrecido durante estas cuatro décadas.
El 17 de mayo de 1983, pocos días después de su fallecimiento, La Edad de Oro de la recordada Paloma Chamorro, dedicaba el programa a Eduardo dando la triste noticia y recuperando parte de ese programa piloto que se emitiría poco después.
Escucha ‘El Acto’ de Parálisis Permanente
Escucha ‘Los singles’ de Parálisis Permanente
Gracias por este artículo tan chulo. Siempre es buen momento para recordar a los más jóvenes quién era Eduardo. Me gustó mucho conocer esos primeros grupo que no controlaba
les he conocía de oídas y sabía de canciones como autosuficiencia, que me gustan. me he puesto las canciones segun iba leyendo esto y llevo toda el día con sus discos puestos. no sabía que fueran tan importantes y tan buenos
Qué habrían sido de ellos en años posteriores. Grandes Parálisis.
Eduardo era y seguirá siedo un adelatado a su tiempo, siempre nos quedará en la memoria las canciones que aún están por descubrir, pq Eduardo siempre seguirá en nuestras vidas, por mucho tiempo que pase.
Un genio, pasen los años que pasen, un músico de culto que solo las minorías entienden, así de sencillo