Wild Nothing – Hold (Captured Tracks)
A Jack Tatum, el hombre detrás de Wild Nothing, le hacía falta un disco como este. No es que Indigo (Captured Tracks, 2016) o el más reciente EP Laughing Gas (Captured Tracks, 2020) fueran malos, pero carecían de la chispa y la frescura de su trilogía inicial, la cual se mostraba rutilante plagada de melodías adictivas envueltas en barniz sintético y con modestas pretensiones en lo lírico que, lejos de empañar el conjunto, lo reforzaban en su conseguida concreción.
Por eso, los que le seguimos con atención celebrando esos tres estupendos trabajos: Gemini (Captured Tracks, 2010), Nocturne (Captured Tracks, 2012) y Life Of Pause (Captured Tracks, 2016), hemos recibido como agua de mayo este notable Hold (Captured Tracks, 2023), cuyas canciones vuelven a recuperar el vuelo, movidas por estribillos memorables que elevan la carga emocional de unos textos sencillos en apariencia, pero que convencen valiéndose de la atemporalidad del pop más clásico, y sus letras que cantan al amor sin complicaciones.
Como unos Prefab Sprout contemporáneos coqueteando con las nuevas tecnologías, resulta imposible ponerle pegas a cuatro dianas del calibre de “Headlights On”, mano a mano con Hatchie, para bailar sobre colores difuminados, la rotunda “Basement El Dorado”, que ejemplifica tan bien su maestría a la hora de fusionar pop y electrónica, “Suburban Solutions”, rememorando los mejores momentos de su debut o la definitiva “Dial Tone”, con la que es imposible no sentir una descarga de dopamina que deja huella. Son los cuatro ganchos claros de un disco bien equilibrado, que atempera su progresión con sus característicos medios tiempos, mullidos en teclados que reconfortan con su abrazo cálido y familiar, como bien ejemplifican “The Bodybuilder” , “Alex” y “Pulling Down The Moon”. Las transiciones que marcan “Presidio” o “Little Chaos” no molestan en absoluto, y el conjunto funciona ágil y compensado, demostrando que tomarse su tiempo para componer, le ha sentado bien a un Tatum inspirado que recupera el mojo que parecía atenuado en sus últimas canciones.
En Youtube se puede encontrar un interesante documental de diez minutos que muestra las canciones deconstruidas, retorcidas en perfecta sintonía con ese gélida modernidad que muestra el artista en sus publicaciones. Constituye un perfecto complemento visual para un disco que ha de devolver al de Virginia a esa posición aventajada en la liga de Beach Fossils, los aparentemente desaparecidos Small Black o Craft Spells, DIIV o Real Estate. Esto es, finos artesanos de la canción de pop perfecta que lanza sus tentáculos sobre los recpetores del oyente atenazando cualquier atisbo de resistencia en el mismo.