Alcalá Norte – Alcalá Norte (Balaunka)
El nombre de Alcalá Norte está llamado a ser uno de los que más escuches esta temporada. Su debut, más allá del hype, es una de las sorpresas más refrescantes de esta primavera que parecía algo desangelada. Un coctel de influencias bien asimiladas que miran mucho más allá de la mayoría de grupos de este neo post-punk dark que todo lo invade.
Los de Ciudad Lineal entregan once canciones con vocación de himno, unas composiciones tremendamente efectivas, armadas sobre bajos machacones, sintentizadores ochenteros, punzantes guitarras y un arrojo y actitud que parece de otro tiempo. Puedes pensar en The Cure, pero también en Parálisis Permanente, ver a unos Burning chulescos disfrazarse de Joy Division o pensar en Ramoncín soñando con actuar en la Ruta del Bakalao. Todo lo que construye estos temas tiene sentido, por muy disparatado que pueda parecer.
Basta enfrentarse a «La Sangre del Pobre» con ese inicio heredado del dreampop de Beach House que pronto muta para hacer que caigamos rendidas ante la sacudida de arengas que Rivas enumera con una fuerza y credibilidad apabullantes. Recitados de altura que mutan en certero e instantáneo post-punk en «Los Chavales» donde su surrealismo encaja los cambios de idioma con total naturalidad. Pegajosas razones como las compartidas con Suneo en el motorik pop de “420N” y una «Supermán» tan castiza, como arrasadora.
También asoma su talento en la portentosa «Westminster», synth doom con teclados fantasmales, en una «La vida Cañón» llamada a convertirse en hit, con esas guitarras tan Héroes del Silencio, en su versión de La Paloma («El Rey de los Judíos (Un Cosquilleo)») o en las también reseñables «La Calle Elfo», «Langemark» o en la despedida bakala siniestra del «Guerrero Marroquí», deudora de las primeras entregas sus colegas VVV [Trippin’ You] (está Adri tras los mandos).
Un disco que supura verdad, con visos de convertirse no solo en uno de los más sobresalientes de este 2024, sino de marcar un nuevo hito en el pop nacional.