Black Mountain – Sala Arena (Madrid) – 31/03/16
La asombrosa exhibición que pude disfrutar de Black Mountain en el pasado Azkena 2015 era un motivo más que suficiente para recabar de nuevo a verles a su paso por Madrid.
La publicación y presentación en vivo de su reciente IV (2016), una razón de peso más que añadir. Su notable flamante trabajo nos brinda un conjunto de canciones heterogéneo, vivo y completo. Se trata de un fiel reflejo de las virtudes de la banda canadiense, un todo polimórfico, inquieto y dinámico.
Conocedores de su potencial, su propuesta actual se basó en la defensa del nuevo cancionero, menos frontal que su antecesor Wilderness Heart (10), entroncando con su faceta más planeadora y psicodélica, aquella deudora de su revelador debut homónimo de 2005.
Quizá el sonido no gozó de todos los matices y la capacidad expansiva que en otras ocasiones han podido acompañar su experiencia sobre las tablas. Aun así, desde la apertura con el inapelable ritual iniciático de “Mothers of the sun” –un nuevo clásico instantáneo- pasando por pelotazos como “Florian Saucer attack”, el reposo de “Crucify me” –muy emparentable con los Primal Scream más bajos de revoluciones-o la subterránea progresiva de “Space to Bakersfield” y hasta llegar al orgiástico colofón con “Wucan”, disfrutamos de una liturgia lisérgica, capaz de llevarnos a un estadio trascendente de instintiva danza sensorial, demostrando una vez más que la mejor forma de disfrutar a Black Mountain es sobre un escenario.