Discos

Ducktails – The Flower Lane (Domino Records)

Tipo listo éste Matt Mondadile. Consciente del salto cualitativo desarrollado por su otra banda, Real Estate, con el excelente Days (2011), decide olvidarse del sonido lo-fi que hasta ahora caracterizaba a su producción anterior con Ducktails para impregnar a sus nuevas composiciones de una producción limpia y cristalina que sabe a gloria y que le viene que ni pintada a unas canciones que suponen el relevo perfecto para las de dicho trabajo, viniendo a dejar de manifiesto que la familia Real Estate-Ducktails vive un momento dulce. Y es que sólo se puede agradecer que por fin hayan contado con los medios suficientes para vestir estas diez canciones como se merecen. Sí, el rollo casero y lo-fi está muy bien, pero muchas veces impide distinguir cualquier matiz en las composiciones y conduce a no ser capaz ni de recordar tres melodías de una determinada banda. A esta conclusión llega uno tras escuchar este radiante The Flower Lane (13), presentado como el primer álbum de estudio de «Mondadile and friends»,  y descubrir en él un exquisito muestrario de melodías soleadas para tararear bajo el influjo del verano, o de la primavera que ya tenemos entre manos. Los que disfrutamos con la magia de Days, podemos encontrar en este trabajo motivos más que suficientes para frotarnos las manos: aquí sigue habiendo mucho talento y ahora reluce como merece, con los arreglos justos para crear atmósferas plenas de encanto.

The flower lane es un trabajo donde no sobra nada y todo está en su sitio: desde la pulsión pop típicamente americana de «Ivy covered house» y «The flower lane» hasta el jugueteo con la electrónica de la infinita «Letter of intent», con cameo vocal de Jessa Farkas y sintes de Daniel Lopatin; sin duda «una» de esas canciones. Sus versos traspasan la epidermis y son un ejercicio de emoción contenida: «Follow you, you follow me. To the dark and we´ll see. Swing with you, you swing with me til our hearts contempt«. Además, los seis minutos de «Under cover» fluyen con absoluta naturalidad y traen a la mente al Destroyer de Kaputt (2011) cuando aparecen las trompetas: sí, palabras mayores. «Timothy shy», con su letra arrebatadora sobre el deseo y el miedo, consigue tocar la fibra. «There is no more life in me. Guess I´ll turn my head and hide away, hide away. I just don´t know what to say. I don´t always act so shy, you see» recita Mondadile mientras su melodía acelera el latir del corazón y ejerce un papel hipnótico.

Bajo su apariencia modesta, este trabajo rezuma melancolía y hace brotar los sentimientos; suena a clásico atemporal desde la primera nota y hay algo en él que le hace resultar irresistible: su manera de fluir natural, su desarrollo perfecto y equilibrado que te abraza contagiándote de su calidez y serenidad y, sobre todo, la rotundidad y la brillantez de canciones como las ya mencionadas, y de otras como «Planet phrom», «Assistant director», «Sedan magic» de nuevo con voz femenina, en este caso la de Madeline Follin o el broche perfecto con la muy Kurt Vile «Academy avenue».

Aunque todavía sea pronto para aventurarse, apuesto a que pocos discos de 2013 conseguirán sonar tan sinceros y honestos. Despunta como una más que agradable sorpresa y supone un antes y un después en la trayectoria de Ducktails. Sin duda es el trabajo que debería abrir su espectro de seguidores enseñando, de paso, el camino a seguir para lo que debe ser el futuro de una banda que, visto lo visto, sólo debería crecer.

 

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