Entrevistamos a Tulsa por su paso por LIPA
Miren Iza con su proyecto Tulsa ha sido la elegida para convertirse en la Artista en Ruta 2023, proyecto puesto en marcha por la Sociedad de Artistas Intérpretes o Ejecutantes de España, AIE, mediante el cual un músico nacional viaja a la prestigiosa escuela universitaria Liverpool Institute for Performing Arts (LIPA), impartiendo varias masterclasses y ensayando con un grupo de alumnos para preparar una serie de conciertos en Gran Bretaña y España.
Unos días antes de la presentación de Tulsa + Combo LIPA en Madrid, nos sentamos con Miren para repasar su estancia en la ciudad y comentar lo vivido durante aquellos días.
“Siempre he estado en las aguas del amateurismo y casi he hecho de eso es mi núcleo musical, porque es la manera de mantener la inocencia en cualquier terreno”
¿Qué tal la experiencia de haber sido este año la embajadora de AIE en Liverpool?
Pues muy bien. Para mí ha sido como un reto. Cuando me llamaron, dije que sí enseguida porque es una experiencia suficientemente atractiva y que también asusta, por supuesto, porque te saca completamente lo que estás haciendo en ese momento e interrumpes todo. Pero muy guay. De momento, esta primera fase de construcción del concierto, muy bien. Y ahora supongo que nos falta lo más feliz, que es tocar en directo.
Para que la gente entienda, tú llegas allí al Institute for Performing Arts, una escuela de música…
De música, de artes escénicas.
Eso, y allí lo que has hecho es impartir unas clases con tu método a los alumnos.
No exactamente. Tú te pones en contacto desde aquí con el director musical de allí, mandas como un repertorio inicial y más o menos la idea que tienes para llevarlo a cabo. Un poco wishing list de qué instrumentos te gustaría utilizar y qué tienen, porque no todos los años tienen los mismos instrumentos. A veces tienen sección de cuerdas, otras veces no. Ellos me dijeron que este año disponían de vientos y me alegro que sea así, a pesar de que yo pensé en un primer momento en las cuerdas. Ya con esa premisa ideé el repertorio, pensando en qué canciones me gustaría oír con ese formato. El resultado es especie de repaso de toda mi carrera.
¿Tenías experiencia en la docencia?
He dado algunas clases de composición pero es un rol que me cuesta mucho, porque soy algo insegura con mi manera de trabajar. Explicar a otro cómo hacer canciones en abstracto me parece algo dificilísimo. Yo puedo explicar cómo he hecho algunas de mis canciones, pero hablar de modo general podría ser un poco fraude (risas).
O sea que realmente, más que ir allí a explicar tu método de composición, es básicamente a preparar un repertorio.
Eso es, porque dar y preparar unas clases como tal lleva mucho tiempo y no solo esto, hay que valer para ello. Y en inglés, dar una clase de teoría, no me veo capaz sin bastante preparación previa. Esto es más bien estar tocando con ellos todo el rato, contarles un poco lo que es cada canción, y poner en marcha una especie de troupe de cero. Además una troupe que no has elegido tú, que está ahí y tienes que encontrar la manera de acoplarla a tus canciones.
Viendo los recursos que tenías solo faltaba elegir el repertorio, ¿cómo lo hiciste?
Pues con intuición. Intuición que luego hay que corregir, hay que matizar, porque una cosa estar pensando cómo te imaginas cada tema. Pero luego cuando estás ahí sobre el terreno y le estás viendo tocar las canciones, tienes que hacer algún cambio, claro. Me daba cuenta que con algunas canciones disfrutaban más que con otras.
Los discos más recientes de Tulsa, ‘Ese Éxtasis’ (2021) y ‘Centauros’ (2019), tienen mucho sintético. Habrá sido más complicado adaptar esos temas, que digamos no se mueven en unos estándares similares a los de discos anteriores.
Sí, pero eso está muy bien. Que las hayan montado sin programaciones es lo que más me ha gustado y sorprendido.
¿Qué aprendizaje te llevas de esta experiencia?
Más que aprender, me ha gustado mucho ver la relación que tienen los alumnos con sus instrumentos y con la música, que es muy profesional. Yo siempre he estado en las aguas del amateurismo, es mi núcleo musical y la manera de mantener la inocencia en cualquier terreno. Cuando te lo tomas de una manera como un juego y no siempre con el yugo de que sea profesional. Pero para ellos, por la cultura a la que viven que la música la tienen colocada en otro sitio, lo hacen todo con exquisita profesionalidad.
Algunos de esos músicos a pesar de su juventud tendrán sus propios grupos.
Sí, son chavales jóvenes que tienen ya sus proyectos. Ya están haciendo sus conciertos por ahí. Se lo pregunté y les estoy siguiendo ya en las redes y veo lo que cuelgan con sus bandas.
¿Te han pedido algún consejo como artista más experimentada?
No, nos centramos mucho en preparar el repertorio. Estaban los ensayos muy establecidos y no había mucho tiempo de cháchara. Yo creo que es algo que ocurrirá en el autobús ahora cuando vayamos de gira.
El primer concierto fue en Liverpool. ¿Cómo fue?
Sí, allí hicimos uno, en la propia escuela. La verdad que estuvo muy bien, estaba yo más nerviosa que ellos que iban súper tranquilos. Que también es como una actitud muy anglosajona, la de “no, va a ir todo muy bien”. Yo casi fuerzo estar un poco nerviosa para salir al escenario como más en alerta… Lo bueno es que esto sonó. No todo es perfecto, pero ya vi que sonaba bien desde el primer ensayo, vi que sonaban las canciones y ya ahí me tranquilicé mucho.
En otoño tienes nuevo disco, ‘Amadora’, ¿mantienes la banda que te ha acompañado en directo?
Bueno, espero mantener a Clara y a Mariana, a Carras (Javier Carrasco, Betacam) no, porque va a ser padre y no va a estar todo el tiempo, con lo que habrá que buscar un teclista.
Javier es un acompañante de lujo en varias bandas.
Y una persona increíble, que también es importante. No creo que a nadie le pase que no conecte con él.
¿Crees que este nuevo aire que le has dado a las canciones junto a los estudiantes de LIPA hará que alguna futura mute y se acerque a este nuevo sonido?
Esa es la gran pregunta. La expectativa que traía, entrar en una piscina y salir diferente. Me ha pillado en un momento raro porque el disco está terminado, pero espero que se mantenga algo o que al menos me abra una puertecita musical.
De momento hemos escuchado “No quiero hacer historia” donde parece vuelves al sonido más orgánico anterior a tus dos últimos discos. ¿Es ‘Amadora’ una vuelta a ‘La Calma Chicha’?
Hay un poco de todo, se tocan varios palos con lo que el disco puede ser una síntesis de todo lo que he hecho. Pero he intentado destilar la producción y no va a haber tanta capa como hubo en ‘La Calma Chicha’ donde había un trabajo de orfebrería con un montón de sonidos. Este es algo más elemental y sencillo de elementos.
Primer disco autoeditado de Tulsa.
He dado ya el paso definitivo, si eso existe, de la autoedición. Se ha unido al barco mi hermano y con Cristian y Gran Sol como distribuidora, estamos haciendo un equipo casero con el que estoy muy contenta que espero vaya bien. Necesitaba comprobar si había aprendido lo suficiente para más o menos hacerlo en petit comité y sintiéndome en casa y cómoda. Hay un lenguaje en la industria que me expulsa mucho. Con esta gente me siento segura, sin nadie que venda motos.
Sin vivir de la música este tipo de producción controlada te da mucha más libertad y capacidad.
Es como tener un control de las cosas. Ser dueña del master me parece muy importante. Los sellos ya casi ni te pagan la grabación, con lo que la transacción está cada vez menos clara entre lo que te dan y lo que te piden. Y luego la promoción, que se puede externalizar muy fácilmente. Le he perdido el miedo a estas cosas y sobre todo quiero estar bien acompañada. La soledad en este mundo es muy bestia y necesitas un compinche cercano con quien hablar porque es un trabajazo inabarcable. Tenemos que ser conscientes de las cosas para las que valemos y para las que no y quién nos puede ayudar.
Al llevar mucho tiempo en la industria al final ves que muchos somos los mismos que estamos desde hace 20 años.
Sí, aunque he tenido varias interrupciones importantes y cada disco casi me lo he tomado casi como si fuera el último. Siempre pienso que no voy a tener una idea para el siguiente. Al final el de ‘Amadora’ ha sido un sorpresa, pero quizá pase un año y quién sabe. Eso me pasó con ‘Ese Éxtasis‘ estuvo un año como en barbecho que no sabía si iba a salir, tuve un problema de espalda y pensé en guardarlo. Más tarde se lo pasé a César Verdú (León Benavente) y me dijo, «tía es un discazo, esto lo tienes que sacar». Tenía razón.