Discos

Gonzalo Fuster – Armonía (Autoeditado)

Aquello que en su momento alabábamos como “autenticidad”, con el tiempo, ha demostrado ser un concepto vacío. ¿Qué es ser auténtico? ¿Y no serlo? Sin embargo, de alguna forma es cierto que hay artistas que te los crees más que otros, aunque no sepas explicar el motivo. Finalmente, está la gente como Gonzalo Fuster, cuya vida se filtra en sus canciones de forma inevitable y cada vez más evidente, sobre todo desde que dejó atrás sus otras encarnaciones (El Ser Humano, Gran Camino) y se dedica a publicar discos con su propio nombre. Casualmente, esta apuesta por ser él mismo y nadie más ha venido acompañada de cambios brutales, de sacudidas inesperadas y dolorosas en su vida personal. Como no podía ser de otra forma, esas convulsiones de los últimos años quedan plasmadas, negro sobre blanco (o como se diga cuando se habla de canciones), en sus últimos discos.

Solo hay que repasar sus títulos, especialmente los últimos: Valentía, Lealtad y Dignidad (2023), Orgullo y Humildad (2024), y este reciente trabajo titulado Armonía (2025). Gonzalo no oculta nada sino todo lo contrario, parece necesitar compartirlo, exorcizarlo, gritarle al mundo lo que ha estado mal y lo que ahora parece estar bien. Es un tipo sincero y efusivo, así que no se guarda nada para él. En Armonía casi podemos seguir sus pasos de este último año, desde la necesidad de “Volver a querer” hasta la alegría de “Bienvenida sea mi alma”. Entre medias, no oculta sus inseguridades y sus miedos. La palabra “miedo”, de hecho, aparece en dos de los títulos (“Miedo y certeza” y “El miedo es mío”), y de forma indirecta en otro (“No temo herirme al amar”). Lo cierto es que uno casi siente cierta vergüenza por asomarse así a sus intimidades, por aprovecharse de su inevitable sinceridad.

En lo musical, Gonzalo se hace cargo de prácticamente todos los instrumentos del disco, moviéndose con maestría por todos los recovecos del folk, sencillo y acústico en algunas ocasiones (“Miedo y certeza”), más denso y acompañado en otras (“Volver a querer”), bucólico y campestre a veces (“Lo quiero así”) e incluso festivo (“Bienvenida sea mi alma”). También hay momentos para otros estilos, como en esa breve pieza al piano titulada “Sencillamente tú”, que deja con ganas de más y que abre un camino a explorar. El sorprendente y explosivo inicio de “No temo herirme al amar” da paso a una de las canciones más originales y variadas del disco, son bruscos giros que parecen representar distintos estados de ánimo que chocan unos con otros.

Armonía es un disco que podrá gustar más o menos, que posiblemente pasará bastante desapercibido entre tanta novedad, pero lo que no podrá nadie negar es que es uno de los discos más personales y sentidos del año. Además tampoco creo que a su autor le importe que llegue a difundirse más o menos: intuyo que su objetivo ya está cumplido simplemente con el hecho de que estas canciones hayan llegado a existir.

Escucha Gonzalo Fuster – Armonía

WP-Backgrounds Lite by InoPlugs Web Design and Juwelier Schönmann 1010 Wien