Festivales

Granada Sound (Paseo del Cortijo del Conde) Granada 23-24/09/16

Un año más, el Granada Sound se consolida como una cita ineludible en ese intento por devolver a Granada a la primera plana de la escena musical nacional, algo que durante un tiempo pareció desvanecerse. Año tras año, primeros espadas del indie nacional así como algún que otro artista internacional, colaboran a crear un cartel atractivo en un lugar bien acondicionado y comunicado con la capital granadina. Con un éxito notable de asistencia (se habla de unas 50.000 personas), parece que hay cuerda para rato, algo que hay que celebrar en época de crisis. Todo ello acompañado por un ambiente lleno de música y buenas vibraciones en muchos rincones de la ciudad a lo largo del fin de semana, incluyendo conciertos sorpresa de varios grupos en tiendas de discos.

Este año han sido Amaral y Love of Lesbian los encargados de encabezar un line-up de nuevo sugestivo y muy adaptado a los diferentes paladares, desde los gustos más mainstream a los que apuestan por sonidos más esquivos. Ambas bandas cumplieron en el escenario principal, con sets festivaleros apenas sin riesgos, haciendo un repaso exhaustivo a unas carreras plagadas de éxitos. Los zaragozanos sonaron rotundos y seguros, con un sonido espectacular y una actitud sobria y profesional, nada nuevo bajo el sol. Eva sabe ganarse a la audiencia desde el segundo uno, y no faltaron clásicos como “Mi Revolución”, “Sin ti no soy nada” o “Como hablar” demostrando que saben convencer a aquellos que no recurren normalmente a sus discos.

El viernes nos deparó además una nueva demostración de tablas por parte de Antonio Luque y sus Sr. Chinarro, tirando de repertorio, y de banda, en este caso los granadinos Pájaro Jack como fieles escuderos. El ambiente empezó a caldearse con los ritmos amables de Mucho, ideales para acompañar la llegada del público. Annie B. Sweet desgranó los temas de su excelente Chasing Illusions (15) con la compañía de Noni de Lori Meyers, aunque su magia pareció no calar como merecía. Por su parte, Manel trasladaron su cara festiva conscientes del entorno en el que se hallaban, con su ya clásica versión de “Common People” como gancho incuestionable. Conocidos de la escena granadina, los miembros de Rey Chico brindaron un agradable rato que supo a poco, lleno de melodías clásicas y bien trenzadas que nos hacen querer seguirles la pista. Neuman jugaban en un ambiente favorable y recurrieron a los trallazos del notable If (14) para ganarse a la audiencia. Mención especial para los conciertos de Fuel Fandango, cuya propuesta suponía un soplo de aire fresco en la tónica general del festival, y León Benavente, auténticas fieras sobre el escenario y posiblemente los grandes triunfadores de la noche con su habitual fuerza bien canalizada y, sobre todo, cristalizada en las dianas que pueblan sus dos discos. Perfecta resultó la transición hacia los terrenos lisérgicos de Carlos Sadness en el escenario Negrita.

La segunda jornada tenía varios platos fuertes. Tras los notables momentos deparados por Ángel Stanich, rara avis del panorama nacional merecedor de más focos, y unos Modelo de Respuesta Polar cada vez más seguros y expansivos, atención especial mereció la revelación local de manos de los emergentes Apartamentos Acapulco, cuyo bolo se las apañó para generar una atmósfera llena de noise y distorsión altamente adictiva, que nos hace esperar grandes cosas de ellos para su debut en largo. Arizona Baby y su rock de raíces sureñas, gustaron y abrieron paso en el Negrita a unos Miss Caffeina que cuentan con una notable base de seguidores dispuestos a darlo todo en la interpretación de unos himnos deudores de multitud de bandas anglosajonas, y cuya temática persigue el impacto emocional que no siempre consigue. Bonito su detalle al dedicar un tema a sus amigos de Supersubmarina, deseándoles unas pronta recuperación. Love of Lesbian, por su parte, ya no buscan demostrar nada ni pretenden gustar a los que critican su fórmula. Con apenas concesiones a unos últimos álbumes carentes de la inspiración de sus primeros trabajos en castellano, lo suyo es más una ceremonia de reencuentro con sus fieles que una oportunidad para descubrir nuevas sensaciones. Ni falta que les hace.

A los británicos The Ting Tings hace ya tiempo que se les pasó el arroz, por eso verlos un tanto desubicados, interpretando sus hits con un sonido más bien enlatado, transmitía una inevitable sensación de deja vu. A pesar de ello, muchos no se quitaban de la cabeza su “That´s not my name” al final del festival. Los murcianos Second no fallaron ni se dejaron ningún clásico en el tintero, demostrando que más allá de gustos, su éxito es fruto de trabajo duro y sin descanso.

No faltaron los DJ´s que cerraron ambas jornadas entre registros populistas (Eme DJ) y otros más rompepistas (Buffetlibre).

En conclusión, si bien es cierto que el cartel de este año ha podido bajar el nivel respecto al de otras ediciones, no debemos ignorar que dentro del contexto actual, el triunfo de propuestas como ésta constituye un auténtico logro a cuidar y desarrollar en los próximos años.

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