Havalina – Las Hojas Secas (Origami Records)
De la misma manera que el otoño (con sus hojas secas) sucede al verano, así el desamor, la soledad, el desengaño y el dolor suceden al amor cuando se produce la ruptura. Son imágenes y sentimientos que están presentes en Las Hojas Secas, el nuevo disco de Havalina, sexto en su carrera y tercero en castellano. Un disco reflexivo y algo amargo que hace levitar al oyente entre devastadoras penas, brumas ruidosas y sensaciones encontradas, pasando de la calma a la tormenta en décimas de segundo. Ejemplos hay bastantes, pero el más obvio es el riff totalmente a lo Black Sabbath que ejerce de columna vertebral en “Desierto”, la canción que abre el disco. Una agresión inesperada y recurrente a lo largo de un álbum de contrastes. Etéreo y compacto a la vez.
Todas las letras giran alrededor de la pérdida amorosa y la desazón del que la sufre, debatiendose entre el afán por recordar (“Desierto”, “Objetos personales”), la tentación de volver a intentarlo (“Tu ciudad”, “Punto de reconciliación”) y la obligación de pasar página (“Las hojas secas”, “Síndrome de culto”). Una visión que alterna lo poético (“Si no estás sólo queda la pared y su olor desnudo”), lo novelero (“Ya no puedo esperarte más, te alejaré de mí”) y el realismo más crudo (“Toda esta distancia no es romántica ni especial, sólo duele”). Tanta disparidad de sentimientos se refleja también en la parte musical, con saltos instrumentales que nos trasladan en un par de compases de la euforia a la tristeza más desgarradora, de una atmósfera intimista y sosegada a otra más densa rasgada por amenazadores riffs de guitarra que alternan entre lo lejano y lo potente. Sin despreciar una potente sección rítmica que sabe permanecer en un discreto segundo plano cuando toca, pero también machacar los altavoces si es necesario.
Contrastes y cambios…entre canciones, entre estrofas de la misma canción, entre la letra y la música…Pero son contrastes y cambios muy bien estudiados, perfectamente organizados, milimétricamente diseñados para sacudir nuestra amodorrada conciencia y hacernos revivir dolorosos recuerdos. Todo ello implica que Las Hojas Secas, sin perjuicio de que cada canción sea grande por sí misma, funciona mejor como unidad. Es algo obvio, pero que hay que recalcarlo en estos tiempos de ITunes, Spotify y demás elementos que permiten el picoteo aleatorio, nada malo en sí mismo pero contraproducente e insuficiente en casos como este.
Si tu corazón musical empezó a latir con las atmósferas irrespirables de Joy Division o The Cure, hizo parada en el “Black hole sun” de Soundgarden, atravesó el desierto de las últimas décadas abrazado al postrock, y encuentra continuidad hoy a través de grupos como Nudozurdo, no lo dudes ni un instante: Las Hojas Secas no te dejará indiferente.