Isobell Campbell – There Is No Other (Cooking Vinyl)
No se le puede negar a Isobell Campbell ser indiscutiblemente genuina, en cierto modo incomparable. De ahí, tal vez, que el título de su primer disco en solitario en 14 años sea, traducido al español, “no hay otra”. La que fuera voz femenina en Belle & Sebastian, poniendo contrapunto a la de Stuart Murdoch y compañera de fechorías con el malote de Mark Lanegan en varios discos a dúo que dejaron su huella, se ha prodigado realmente poco en solitario. Primero como The Gentle Waves -banda fantasma en la que sólo militaba realmente ella- y luego bajo su propio nombre, son sólo cinco los discos que en 20 años ha editado bajo su exclusiva responsabilidad, pero tanto Swansong For You (2000), como Amorino (2003) han permanecido en la memoria de muchos como ejemplos de una forma intransferible de hacer pop. Ya era hora, pues, de que esa historia tuviera un nuevo capítulo.
Al fin y al cabo, incluso contando con los discos que ha hecho con Lanegan, el último de los cuales data de 2010, son diez los años de silencio absoluto. Es un caso comparable, de hecho, con el de Erin Moran, alias A Girl Called Eddy, que acaba de editar la continuación de su debut tras nada menos que 16 años desde su aparición. Y es que el negocio de la música es diferente, la vida se impone y las prioridades son otras. No obstante, nunca es tarde si la dicha es buena y There Is No Other es sin duda esa visita de una vieja amiga, que aunque haga años que no la vemos, parece que fue ayer cuando hablamos por última vez.
Ciertamente, no parece que haya pasado el tiempo: la querencia por los sonidos de pop barroco que exhibía la escocesa tanto en Amorino, como en aquél Milkwhite Sheets (2006) que es la antesala más inmediata a este último trabajo, sigue estando aquí plenamente presente, pero el revestimiento de cámara empleado se ha modernizado un poco. Si bien en aquellos la preocupación por sonar vintage era una prioridad, ahora hay más vías de escape, otro tipo de texturas sonoras se mezclan con la marca de la casa para enriquecer la receta. Y el resultado es una verdadera exquisitez. Campbell ha firmado su mejor disco.
Tras la ensoñadora apertura que es City Of Angels, pura delicia rococó, llega la primera de las sorpresas: la diva se arranca por Tom Petty y nos brinda una rendición de uno de los hits ochenteros del de Lousiana, un Running Down A Dream casi en versión Synth-pop que hace despegar el disco con total desparpajo. Sonidos soleados, quizá reminiscencia obvia de la ciudad donde reside actualmente la cantante, LA, porque efectivamente, hay mucho de aquellos sonidos de sunshine pop que se dieron allí en los sesenta o incluso algo de Laurel Canyon en canciones como Hey World, Rainbow o Boulevar, que en cierto tienen aquél dramatismo cristalino que muchos han buscado plasmar de la luz de California.
En todo caso, la atmósfera que se respira en el disco es la de una plácida y reposada madurez, que hace que todas y cada una de estas canciones resplandezcan especialmente entre lo ya producido en una trayectoria sin tacha, para la cual este trabajo supone el regreso necesario que viene a rematar todo. Las virtudes que ha ido mostrando Campbell a lo largo de todos esos discos en solitario o en colaboración, se ven aquí reunidas, corregidas y aumentadas, en un trabajo que la sitúa entre esos artistas que hacen de la atemporalidad y personalidad su escudo a la hora de capear la sobreinformación de una época que ya no es proclive a escuchar las cosas con calma. Sin embargo, There’s No Other reclama esa calma y le fuerza a uno a escucharlo, una y otra vez, con paciencia y sin estrés. Porque, definitivamente, la extraña placidez en la que nos sumen canciones enormes como Ant Life o Just For Today es mejor que cualquier analgésico. Un opiáceo del cual es muy difícil escapar.
Escucha Isobell Campbell – There Is No Other