J.F.Sebastian – Ten Fingers (J.F.S. Producciones)
J.F.Sebastian toma el nombre de un personaje de Blade Runner; el de un ingeniero genético humano que, interpretado por William Sanderson, padece una extraña enfermedad (el Síndrome de Matusalén) que le hace envejecer a marchas forzadas en un mundo de replicantes. Puede que esta revelación geek tenga algo que ver con que J.F.Sebastian (la banda) huya de lo electrónico.
El hecho de aparecer en la portada de Ten Fingers (con un diseño muy a lo Noviembre de Achero Mañas) atrezados con cinco narices de payaso no le resta un ápice de seriedad a su propuesta. La impresión se confirma cuando, una vez escuchado los primeros compases de cuerda y percusión, queda claro que la filosofía 100% acústica de J.F.Sebastian no es cosa de risa; no tener que enchufar sus instrumentos a la red eléctrica no es óbice para hacer algo más que folk nudista.
Tampoco es un motivo para hacer rock descafeinado. Las guitarras, el bajo, el charango, la viola, la caja de música, el violín y el piano hacen, todos juntos, que canciones como “Don’t think”, “Different” (¿suena una guitarra eléctrica?) o “Whaa!!” suenen a pura electricidad roquera sin necesidad de corriente. Sin embargo, y aunque las dos primeras están a un nivel muy bueno, no es casualidad que las mejores canciones del disco deambulen entre el pop y el folk; quizá por el carácter de los instrumentos, quizá por el carácter de la banda. Sea por lo que sea, cuando mejor suena el disco es en canciones como “Open cage”, “No mercy” (con Leonor Watling), “Tonight” o “Melon melody”, todas de la misma naturaleza folk-pop.