Joe Crepúsculo – Trovador Tecno (El Volcán)
Estás destruido por todo lo que te has metido en el cuerpo, hueles a sudor, alcohol, o lo que sea. Pero suena esa canción macarra y fuerte que te resucita para llevar tu cuerpo al extremo. Eso es Trovador Tecno, o por lo menos, como se debería de recibir.
Joe Crepusculo es el trovador pagano o cancionero lírico que nos guía por este viaje marcado por la necesidad humana de la fiesta, de la celebración tanto por los buenos como los malos acontecimientos. La electrónica del disco viene de la mano del productor norteamericano Aaron Rux, que consigue mezclar los sonidos makineros, bakalas, pop y house en una perfecta armonía frenética, directa, fuerte y nostálgica. En España nos puede dibujar una escena similar a la ruta del bakalao valenciana, pero también pretende llamar a la puerta de las raves de Manchester y los cancioneros de Chicago o Detroit.
Baile de Magos fue otro álbum con hits de la pista que podemos recordar, como “Mi Fábrica de Baile”, o “Leyenda” aunque estas se enmarcasen en un sonido más pop/sintético. Trovador Tecno es muchísimo más desenfrenado. La adrenalina mantiene un ritmo creciente a lo largo de toda la escucha del disco, pero no abandona la lírica dramática, hedonista y decadente.
Te puedes hacer una idea del cómputo general del álbum escuchando cualquier canción del disco, pero cada una mantiene un toque especial identificativo. Tenemos unos sugerentes ritmos de bachata en “Brindar”; unos toques flamencos, con jaleos, voces, guitarras y caja en “Sol y Sombra”, el acid-tecno presente en el corte de apertura, “Carreteras de pasión” o el banger de club que es “José House”.
El concepto tras Trovador Tecno no solo es visible y fácil de identificar, cosa que se agradece, también es inmersivo, potente y reflexivo. Te puedes quedar con el tono estoico de sus letras, que aprecia el pasárselo bien más que cualquier otra cosa; disfrutar sin pensar en el mañana o indagar en los tonos depresivos de la paranoia, el paso del tiempo y la función individual de cada uno en la vida. Pero todo eso dependerá, al igual que la calidad de las fiestas, de tu compañía.