Conciertos

Josh Rouse – Bikini (Barcelona)

El sábado, Josh Rouse volvía a Barcelona después del experimento del Auditori, esta vez con un concierto en toda regla: disco nuevo y banda completa para presentarlo. Y se enfrentaba a una difícil papeleta, porque su último trabajo El Turista no ha cubierto exactamente las expectativas de muchos de sus fans, que se preguntaban momentos antes del concierto cuál sería el Rouse que iban a ver sobre el escenario: el cantautor desvergonzado de la etapa del Nashville o el nuevo Rouse plácido y sereno de su último álbum.

Sin teloneros, y acompañado de su últimamente inseparable Raül Fernández (Refree), además de un batería y un bajista también españoles, Rouse hacía aparición sobre el escenario con una mezcla de timidez y cercanía que sería la nota dominante durante todo el set. Repasó casi todo su nuevo disco, desde la apertura con “Duerme, Mobila” pasando por “Lemon tree”, “I will live on islands”, “Sweet Elaine” o la inesperadamente destacada “Las voces” (excelente en directo), con una batería que daba a los ritmos cálidos una fuerza que no tienen en el disco y con unos exquisitos arreglos de Raül Fernández al piano, al que le dio por los ramalazos jazzies, juguetones y que llenaron completamente los temas.

Pero también contentó a los fans con hits de sus trabajos anteriores como “Hollywood bass player”, “Sunshine” o “Summertime”, teniendo tiempo incluso para colar “The man who?” un tema de su trabajo con Paz Suay, bastante coreado por el público. Un público entusiasmado que casi llenaba la sala y que estaba rendido ya a partir del tercer tema. Rouse lo agradeció encadenando “Cotton Eye Joe” y “Quiet town”, provocando el delirio popular antes de una pausa de esas para el bis. Pero poco duró la pausa y enseguida regresó un solitario Rouse que encaró “Winter in the Hamtpons” de manera imprevista, ya que ni en el setlist pegado en el suelo aparecía, y que quedó un tanto fría (le faltó el resto de instrumentos), para recibir de nuevo al resto de la banda y rematar la noche con “1972” y “It’s the nightime”.

Buen concierto del americano que salvó la papeleta gracias sobretodo a los excelentes temas que ha ido coleccionando a lo largo del tiempo, pero también a su gracia sobre el excenario, una innata capacidad para encandilar con su sencillez y su falta de pretensiones, dándole vidilla a una banda por momentos más preocupada por sonar académicamente perfecta que por disfrutar sobre el escenario. Y sobretodo, buen concierto a pesar del disco nuevo, del que supo extraer a lo temas más jugo en directo del que parece salir de las escuchas en el estéreo.

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