Libro: Ave Rock – Roberto Echavarren (Varasek Ediciones)
La convulsa y libertina existencia de Jim Morrison expuesta y observada a través de un espejo cóncavo. Podría ser ésta una de las posibles definiciones asignables a Ave Rock, una novela rubricada por el respetado escritor uruguayo Roberto Echavarren (Montevideo, 1944). Se palpa que este mismo prosista también ha editado varios libros de poemas y algunos otros de ensayos, ya que precisamente éstos dos mismos géneros literarios se filtran, de modo ostensible, en un hilo relatista, al cual parece divertirle el difuminarse por breves momentos, reaparecer en otros y adoptar así cierto compás discontinuo. Por lo tanto, varios estilos letrísticos se agitan juntos, a lo largo de este tomo “alado-rockero”, como si bailaran un candombe montevideano.
Según el mismo Echavarren, no son la misma persona el propio autor y el anónimo narrador (ficticio éste), donde este último tutea permanentemente al propio Morrison como compañeros inseparables que ambos resultan durante este longevo informe. Ya en su autobiografía Jinetes en la Tormenta (1991) del propio batería de The Doors, John Densmore, éste desarrolló algunos momentos en los que le escribía cartas en segunda persona al propio compañero desaparecido, Jim Morrison. Como digo, este profesor de Universidad que además es Roberto Echavarren (también es un eco, la propia docencia, a favor de Ave Rock), toma este sistema de epístolas a modo de “tú” pero, en este caso, el creador de Montevideo lo utiliza de manera invariable con el “Rey Lagarto”, durante las 190 páginas de esta crónica novelada (exceptuando las explicaciones autorales del proemio).
Consecuentemente, la tan poliforme psicología de “Chamán Jim” es aquí desenrollada en profundidad, aunque de un modo que también corresponde a un arquetipo de un joven de los años 60, en California. Por este mismo lugar y por otros muchos rincones del mundo y a través de esta década mágica y revolucionaria como copioso telón de fondo, los dos aventureros protagonistas emprenden un intenso y estrafalario trote a lo largo de varios mosaicos mundanales. Éstos mismos se hallan aquí adornados con laberínticas filosofías, tonalidades costumbristas, personajes históricos, frondosas cosmogonías, filas de folklores y también, por descontado, diversas ambientaciones de rock and roll.
Relacionado con esto último, bajo mi personal punto de vista es ésta una obra aconsejable, en primer término, para los lectores que sean previamente duchos en temáticas y melodías de los absorbentes The Doors (y su pertinente franja temporal), ya que dichos melómanos “morrisianos” acumularán así más posibilidades de identificar las numerosas referencias y fraseos que se vierten durante el propio paginado como “Me haces libre” o “Conozco el sueño que estás soñando”; entre otros muchos ejemplos.
Continuando con la misma música, en cuanto al título de la novela se podría pensar, automáticamente, en el grupo argentino de rock sinfónico de los años 70, Ave Rock. Sin embargo, la opción que con toda probabilidad fue escogida por el prestigioso y hábil Roberto Echavarren, respecto al mencionado encabezado, es un juego de palabras entre una terrorífica y descomunal águila de la mitología oriental y el propio género rockero en sí. De tal modo, cabe cuestionarse tras leer el ejemplar, ¿es ésta mixtura de conceptos, entonces, la general percepción caleidoscópica que el mismo Echavarren tiene de Jim Morrison? Mencionar, sin embargo, que los primeros lanzamientos del volumen, que correspondieron a la uruguaya Editorial Graffiti, en 1994 y a la argentina Editorial Mansalva (en 2007), se publicaron sin la letra “k” al final de la frase titular; detalle el cual sí que se agregó en la segunda reedición a cargo de la madrileña Varasek Ediciones, en 2015.
Sugerimos, finalmente, que su prosa lírica y neo-barroca, su visionado sobre la sodomización, sus latigazos escatológicos, sus episodios “thrillerescos” y los algo detorsionados pensamientos introspectivos del enigmático relator…¿provocan, tal vez, que Ave Rock sea una hija bastarda o quizás, una prima lejana de El Almuerzo Desnudo de William S. Burroughs? En mi opinión, las dos novelas son cultas y…de culto, además de que ambas suponen un muy apasionante y didáctico reto para los leyentes que se arriesguen con ellas.
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