Migos – Culture II (Quality Control)
Si bien el fenómeno Migos no es de lo más nombrado en la superficie que nos toca de la península ibérica, su panteística influencia actual es, subyacentemente, tan potente como en cualquier otro rincón del mundo. Desde C. Tangana hasta su destripador oficial Kaydy Cain, pasando también por Yung Beef (quien, probablemente, sea el primo lejano pálido de alguno de los tres componentes), el trap español es, con consciencia o no, un coletazo distante e incrédulo de algo que Quavo, su sobrino Takeoff y su primo Offset inventaron a principios de esta misma década. Su llegada por primera vez a España a través del Primavera Sound de este año talvez ayude a intensificar su visibilidad, aunque vamos, nos es como si a los Migos les hiciera falta un poco de hype extra: su huella ya está grabada a fuego en el identitario musical de nuestro tiempo.
Su último y anticipadísimo «Culture II«, en principio, se concibe como secuela de aquel «Culture» que publicaron justo un año antes de su sucesor y que fue aclamado hasta la estratosfera por crítica y público a la par, dejando incluso memorables memes por el camino ascendente y comparaciones con los mismísimos Fab Four. Al final y contradiciendo esta teoría, ha resultado ser, principalmente, una táctica especulativa de 24 pistas para engrosar el número de streams en Spotify y, consecuentemente, inflar también el bulto en los bolsillos de sus Versaces (¿qué cabía esperar de un trío cuyos títulos de mixtapes se mueven en la línea de «Young Rich Niggas«, por otra parte?). Pero, más allá de la elaboración de juicios acerca de la supuesta deshonorabilidad de los intereses extracurriculares de los de Atlanta del norte, «Culture II» ya es número uno en Estados Unidos, y acaba de batir un récord (acaparado por los Beatles desde 1964) en mayor número de entradas simultáneas de un grupo en la Billboard Hot 100. Justa o injustamente, sea inmoral o no, esto sí que no hay juicio que lo discuta: la cultura de Migos es relevante.
En su pesada hora y tres cuartos de duración, «Culture II» está bastante lejos de ser la obra de afiladísima precisión temporal y ambiental que fue su primera parte. Lo de «Bad and Boujee» no se repite ni se volverá a repetir jamás, pero para lo mal que podía (y, dadas las perezosas circunstancias de su facturación, debería) haber salido, «Culture II» tiene momentos que pasan del notable y se aventura tímidamente en territorios sónicos previamente no exploradas.
Tomemos “Stir Fry”, por ejemplo, con base firmada por Pharrell Williams (quien es solo uno de los 25 productores estelares que pasaron sin causar excesivo furor por las sesiones de grabación): su pegadizo vocabulario culinario y la actitud más popera y cálida adoptada por los Migos hasta la fecha se diluyen entre un “CC” con forzado cameo de Gucci Mane y un “Too Much Jewelry” con beat de otro clásico de la escena original de Atlanta, Zaytoven, muy por debajo de sus posibilidades. “MotorSport”, un single mediocre gracias a Cardi B y muy a pesar de lo espectacular de Nicki Minaj, difumina la deliciosa frialdad de “Movin’ Too Fast”, una versión discreta del también glorioso “T-Shirt” del año anterior. Post Malone, para gran sorpresa, se alza en “Notice Me” con el premio al mejor feature del disco, mientras que “Narcos”, “Walk It Talk It” de Drake, “Emoji A Chain”, “Gang Gang”, “Open It Up” e incluso “Made Man”, con la refrescante dominancia del lirista más dotado del trío Migos, Takeoff, configurarían una aproximación del setlist cribado que la segunda entrega de “Culture” debió haber tenido idealmente.
“Culture II”, en definitiva, habría aspirado sin duda a la categoría de la holgada dignidad de no haber sido por la cantidad de fillers que diluyen el mérito de los temas más logrados. Lo que pasa es que la avaricia no entiende de calidad, solo de cantidad, y la cultura, a veces y tristemente (aunque quizás no para Migos), se entiende mejor con el dinero que con el arte.