Discos

Nadadora – Luz, Oscuridad, Luz (Ernie Producciones)

Al igual que llevan haciendo desde sus primeros discos, y ya casi malacostumbrando a todos sus seguidores, el nuevo largo de Nadadora, se mantiene fiel a la tradición de atraerte desde el primer momento a través de un sugerente portada, para acogerte seguidamente con un escalofrío que te recorre todo el cuerpo, desde el momento en que los primeros sonidos comienzan a salir desde los altavoces, recordándote una y otra vez el título de su primer e inolvidable largo, Todo el frío del mundo (Jabalina, 2005), descripción inmejorable de lo que muchas veces te hacen sentir sus canciones.

Seis años después de que todo empezase, los sonidos de O Grove llegan de nuevo a nuestros oídos, con Luz, oscuridad, luz (Ernie Producciones, 2010) tercer largo de la banda, en el que el mejor titular que se puede dar, es sin duda que pese a que las modas parece que induzcan a grandes cambios, y experimentos con gaseosa, ellos se siguen manteniendo fieles a la misma intensidad en sus canciones con las que nos conquistaron, gracias a la potencia de sus guitarras y su batería, a voces y letras tenues pero desgarradoras, y a una evolución comedida, si bien en esta ocasión como rezan en su título, con algo más de luz, y un poco menos de oscuridad, que en anteriores ocasiones.

En esta nueva entrega, los gallegos nos traen once canciones, que comienzan con “1987”, uno de esos temas tradicionales de la banda, que comienzan dando una impresión de pop sencillo, pero que a medida que va avanzando, se van sumando instrumentos, y va ganando cuerpo, hasta convertirse en una amalgama de guitarras, teclados y una batería enmudecedora. Pero está claro que “1987”, es simplemente una carta de presentación para aquellos que no les conocían, pues es a partir del segundo corte, cuando ya se empiezan a ver esos matices que juegan entre la luz (sobre todo los situados a comienzo y final del disco), y la oscuridad (los temas centrales).

Y es que su segundo corte “el sueño ardiendo” es delatador. Pop con reminiscencia ochentera que evoca de manera instantánea a grupos como Smiths, o Cure, y que transcurre fugaz con melodías claras, ritmos más alegres y letras más tristes, que tienen por prolongación “Sara dice”, antecedente de la oscuridad más agradable y arrebatadora que hasta ahora ha hecho la banda y que tiene como máximos exponentes en el disco la concatenación de tres incontenstables canciones como son “siempre”, “una nueva vida”, y “deshazte de mi”. Tres cortes que bien podrían considerarse tres partes de una misma canción, pero que si hay que describirlas por separado, destacaría a la primera por ser una de esas canciones en las que se percibe desde el primer segundo que en directo te van a emocionar. Shoegaze en estado puro con la combinación exquisita de la voz de Sara, y ni un segundo de tranquilidad en los más de cinco minutos de canción que te dejan totalmente extasiado. La segunda, porque no sólo mantiene el nivel de los cinco minutos anteriores, sino que los acrecienta, estremeciéndote a través de sus letras, sus dúos con Gonzalo, y por qué no, con las imágenes de su videoclip. Y la tercera, (“deshazte de mí”), por ser la cuadratura del círculo, el cigarrillo después del orgasmo, la noche estrellada después de la tempestad, que hace de esta parte central del disco de unos diez minutos de duración, la auténtica joya de la corona.

Una vez pasada esta majestuosa oscuridad, se percibe a partir de “sólo sombra” como los rayos de luz vuelven a aparecer entre las nubes del horizonte, y la luminosidad vuelve al disco, para poco a poco ir consiguiendo canciones cada vez más soleadas, (aunque no por ello menos melancólicas), finalizando de nuevo con temas de rasgos muy pop-ochenteros como “Julie Christi”, y “Coge mi mano este el camino” que dejan en la parte final del disco, una sensación de haber experimentado muchas y muy buenas sensaciones distintas en un breve espacio de tiempo.

Sin duda que un gran regreso, de una banda que si suenan bien desde las grabaciones, en directo son sencillamente, uno de los mejores grupos que he visto en mi vida, y que literalmente en algún momento del concierto, consiguen estremecer a cada uno de los asistentes, sea cual sea el local, y sean cuales sean las preferencias del respetable.

Han pasado tres años… ¡Bienvenidos de nuevo, Nadadora!

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