Nick Lowe – Joy Eslava (Madrid)
Nick Lowe es un tipo único y no porque lo diga yo, sólo hay que echar una ojeada a su discografía para darse cuenta, si ya le has visto en directo en alguna ocasión entonces no sólo te darás cuenta de que es un artista de los que no quedan, también sabrás que no vive de las rentas o del legado de sus canciones y que sigue editando discos impresionantes que despliega en directo con la misma pasión que sus canciones emblemáticas.
Con la parte de abajo de la madrileña sala Joy Eslava repleta (unas cuatrocientas cincuenta personas) el cantante y productor británico salía a escena con puntualidad ídem, a la hora anunciada, armado únicamente con su guitarra Gibson electro acústica; Nick Lowe ya había explicado que girar con banda no le salía rentable con los tiempos que corren. Y es que uno de los máximos responsables y percutores de la New Wave británica, además de ser un sujeto especial, siempre ha sido sincero y con fama de no tener pelos en la lengua, como cuando conto su regresó a las Islas Británicas tarifando de su periplo norteamericano asustado por lo anquilosado (según sus propias palabras) de la industria musical yanqui.
Comenzar el concierto con la pausada «Soplight Roses» de su último trabajo (The Old Magic) es un signo más de la valentía del personaje del que hablamos. Rápidamente Nick Lowe desenfundó uno de sus éxitos; «Heart», para recordarnos que tiene temas para dar y tomar, y así lo hizo durante más de una hora de actuación con veintidós temas de toda su carrera, intercalándolos con cortes del mencionado The Old Magic.
Canciones como: «She´s Got Soul», «Sensitive man», «House for Sale» o las imprescindibles: «Cruel to be kind» y «What´s so Funny about Peace, Love & Understanding» (esta última ya en los bises) sonaron prácticamente sin pausa, solamente interrumpidas por su fino humor y alguna parada para dar un sorbo a la taza de té que le acompañaba. Hubo tiempo para recordar a su banda Rockpile con el tema «When I Write the Book» y a su amigo Elvis Costello con la canción «Alison», que él mismo le produjo en el año 1977 para el álbum debut del gafa pasta más cool de la historia de la música Pop.
Un servidor tiene que decir que ha disfrutado más de este formato intimista y acústico que el Nick Lowe eléctrico acompañado de banda. Quizás es que sus canciones sean para degustar sin elementos que distraigan la atención sobre ellas, o acaso es que siempre se haya bastado y sobrado para encandilar a su público, sin ayuda de nadie. Sea como fuere, Nick Lowe no es un tipo ni medio normal, salir a un escenario con una guitarra, su voz y una taza de té y mantener a sus pies a más de cuatrocientas almas durante más de una hora no lo hace cualquiera, lo hace el maldito Nick Lowe.