Pau Vallvé – La vida és ara (Pau Vallvé / Right Here Right Now)
Hay discos que necesitan esperar su momento, pillarte en el estado de ánimo adecuado, o incluso en la edad adecuada. La Vida És Ara, de Pau Vallvé, es uno de esos discos. Como el September Of My Years de Frank Sinatra, solo lo entenderás si empiezas a ver alguna cana en el espejo. El compositor catalán lo grabó, según cuenta en su página web, cuando tras su separación tuvo que marcharse a vivir temporalmente en su propio estudio. Allí lo pilló el confinamiento, y no tuvo más remedio que quedarse en el estudio durante todo el tiempo que duró el primer estado de alarma. Lo que para nosotros sería una situación horrenda, para un tipo que es uno de nuestros mejores compositores nacionales, fue un acicate. Empezó a darle vueltas a su vida, a poner en orden pensamientos, y acabó escribiendo un disco que debería ser de cabecera para quienes vivimos en permanente estado de revisión vital.
Las canciones resultan entrañables y enternecedoras aunque no entiendas las letras. La voz de Pau arropa, abraza, diga lo que diga. La instrumentación es austera pero precisa, cada rasgado de cuerdas, sean estas acústicas o eléctricas, vale su peso en oro, y los arreglos son imaginativos y delicados. Canciones como “Qué va, qué va” harán las delicias de los amantes de los sonidos brasileños y la bossa nova en particular. Las melodías vocales de canciones como “Mori l’odi” o “Suposo que això és fer-se gran” se defienden por sí solas, y cada tema guarda pequeños secretos musicales que es una gozada ir desvelando poco a poco. Es, sin embargo, al cavar hasta llegar a las letras cuando encontramos el verdadero tesoro que ha tenido a bien ofrecernos Pau Vallvé. Letras sobre el paso del tiempo, sobre lo bueno y lo malo de hacerse mayor, que huyen de obviedades para ponernos frente a frente con sentimientos con los que todos nos hemos topado alguna vez pero nunca hemos conseguido expresarlos con frases tan bonitas y a la vez tan amargamente certeras. Los hijos que crecen y se van de casa, los viejos amigos con los que te vuelves a encontrar y ya nada es igual, el recuerdo de las “épocas gloriosas” que quedan ya demasiado lejos, el hecho de pensar en cómo nos recordarán cuando ya no estemos, la fugacidad de la vida, la desilusión de hacerse mayor y, por tanto, cínico, escéptico y desencantado con todo… Sí, todo un carrusel de sensaciones que Pau narra de forma un tanto despreocupada, como dejándose vencer por ese escepticismo del que hablaba anteriormente, evitando así tanto la sensiblería como la exageración de lo trágico de la existencia.
El hecho de que las letras estén en catalán, en caso de que no entiendas el idioma, no debería ser un obstáculo para que las consigas, intentes comprenderlas y escuches el disco con conocimiento de lo que dicen las canciones. Te garantizo cuarenta minutos de estremecimiento, de escalofríos recorriendo tu espalda, de imágenes del pasado y conciencia del incierto futuro… y si no es así te devuelvo el dinero que te ha costado leer esta reseña.