Conciertos

Queens Of The Stone Age – Arena (Madrid)

En lo que supuso su tercera visita a la sala Arena en menos de dos años, Queens Of The Stone Age registraron un lleno total que pone de manifiesto no sólo la buena forma del grupo, sino su capacidad de captar un público diferente al que ha venido siendo su habitual en los últimos años. Buena culpa de ello la tiene la inclusión en las filas de la banda del archiconocido Dave Grohl, aunque sólo fuera de manera fugaz, ya que durante la gira está siendo Joey Castillo -ex Danzig– quien se encarga de afrontar el difícil papel que le ha sido otorgado a la batería. Otro de los miembros ya oficiales del grupo y que dota a éste de un halo especial de elegancia y misterio en cada una de sus intervenciones es el ex Screaming Trees Mark Lanegan, quien a sus 38 años recién cumplidos -los cumplió el día antes de su aparición en Madrid- se encuentra en uno de sus mejores momentos. Tal y como Hutch -el técnico del grupo, que esta vez cambió sus características trenzas por una larga melena- nos comentó tras el concierto, Mark está cantando mejor y con más fuerza que nunca, hasta el punto de sorprenderle en muchos momentos.


El repertorio estuvo magistralmente elegido, dando protagonismo a las canciones de “Songs For The Deaf” (2002), su último trabajo, pero intercalándolas con temazos de su primer álbum “Queens Of The Stone Age” (1998), como “If Only” o “Regular John”, y de “R” (2000) como “Quick And To The Pointless” en los que Josh Homme dio rienda suelta a sus guitarras dotando a las canciones de ese toque de improvisación del que, según ellos mismos, prefieren no abusar en los álbumes.


No fue fácil la tarea de mantener caliente al público. Innumerables problemas técnicos en la sala echaron a perder momentos álgidos del concierto, incluyendo la primera aparición en el escenario de Mark Lanegan, que se disponía a cantar “Hanging Tree” cuando el sonido, por segunda y no por última vez, se vino abajo. Eso provocó no sólo la indignación del público –que en todo momento mostró a Queens Of The Stone Age su incondicional apoyo-, sino del bajista Nick Olivieri, quien tras el intento de levantar el ánimo interpretando prácticamente a pelo “Six Shooter” se ensañó con los monitores, acabando a patadas –eso sí, sin perder una sola nota- con uno de ellos en el foso reservado a los fotógrafos. Bien hecho.
Los mejores momentos de la noche corrieron a cargo de “No one knows”, “Gonna leave you” –que Nick cantó en castellano, como muchos de nosotros ya nos temíamos-, “A Song For The Deaf” –en la que la voz ultragrave de Mark nos puso los pelos literalmente de punta- y “The Lost Art Of Keeping A Secret” –con la que finalizaron el cuerpo del concierto-.
Los bises fueron “Clarissa” y “Feel Good Hit Of The Summer” que terminó con Josh buceando en la batería cual Kurt Cobain en sus mejores tiempos. Impagable.


No quiero finalizar la crítica sin hacer una mención especial a Millionaire, que abrieron la noche de forma impecable. Desde luego es un grupo a tener en cuenta si te gustan las guitarras potentes, la actitud en el escenario y la experimentación en el campo de las secuencias y los efectos.


Una gran noche. Estaba cantado.

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