Sonorama 2021 (Aranda de Duero, 12, 13 y 14 de agosto)
Un Sonorama diferente por Toni Delong.
Iba a ser un Sonorama diferente por varios motivos; uno de ellos es el coronavirus que lo llevamos sufriendo desde 2019 y que pese a todos los esfuerzos de la organización, impidió la edición de 2020. Pero una pandemia no es suficiente para que el festival arandino se detenga y la edición de este año lo ha demostrado. Otro de los motivos por los que el Sonorama 2021 iba a ser diferente fue el anuncio de Javier Ajenjo, durante la presentación de esta edición, de hacer un festival más inclusivo y adaptado. Para muchos la importancia de un festival está en los nombres que forman el cartel, aunque lo cierto es que cuanta más gente pueda disfrutar de un cartel, de cualquier cartel, más grande se hará ese festival.
Como persona con discapacidad, un festival no empieza en el momento que recoges la pulsera y entras en el recinto. Antes de llegar a esa situación tan deseada, tienes que hacer varias gestiones: encontrar algún transporte que te lleve desde tu alojamiento al recinto, informar al festival de tus necesidades para no encontrar barreras arquitectónicas y que también se adapte a tus necesidades especiales, encontrar un medio de transporte para volver… Y la verdad es que tanto Emerge, la productora del festival, como el Departamento de Accesibilidad de Sonorama atendieron todas mis consultas rápida y eficientemente.
Con todo bien planificado, me dispongo a recoger la acreditación y allí está Nieves dispuesta a ayudar en todo lo que necesite para disfrutar del festival, pero hay una cosa que no se podía prever que ocurra en la provincia de Burgos: máxima de más de 40ºc y noches donde no se baja de 20ºc. Las temperaturas altas hacen que se agrave mi enfermedad y que tenga que variar mi planificación y perderme el concierto de los catalanes Calavento, buscar un sitio fresco y esperar que la temperaturas se normalicen para poder moverme un poco y encontrarme con Pablo de Music for All, una fundación que desde 2018 persigue la difusión y promoción de la cultura musical entre todas las personas independientemente de sus capacidades y que me explicase las medidas de accesibilidad que se habían implantado en Sonorama 2021. Entre ellas:
- Audiodescripción.
- Sistema individual de bucle magnético para personas con discapacidad auditiva.
- Mochilas vibratorias para las personas con discapacidad auditiva.
- Pantalla LED exterior P5 para subtitulados y signoguías.
- Interpretación de los conciertos en Lengua de Signos Española.
- Balizas de guiado.
- Subtitulado en directo.
Además, de otras medidas de accesibilidad, como acceso preferente, señalética accesible, barandillas, libre acceso de perros guías, carpa de atención… Pero se olvidó de contarme lo más importante: son capaces de hacer milagros y que personas con discapacidad auditiva escuchen las canciones con las mochilas vibratorias, el subtitulado y la interpretación de los conciertos en LSE, que personas con discapacidad visual vean los conciertos con audiodescripción y que los que tenemos movilidad reducida podamos bailar. En definitiva, que TODOS podamos disfrutar de la música en directo porque no hay discapacidad que lo impida.
El calor no se iba pero eso no achantó al veterano rapero Nach para demostrar que no solo de «indie» vive el Sonorama. Continuó el cantautor malagueño El Kanka en el primer concierto en el que se contó con interpretación al lenguaje de símbolos de esta edición. Sidonie volvía a una de sus casas, el escenario Ribera del Duero del festival arandino, a dar un concierto del agrado de los casi 5000 asistentes a la primera jornada del festival y en el que no se olvidaron de apoyar a una amiga como Zahara. Entre concierto y concierto la espera fue animada por Estereobrothers y We Are Not Djs. Durante el concierto de Viva Suecia mi cuerpo dijo basta y di por terminado el jueves de Sonorama.
Otro de los cambios esenciales de esta edición ha sido la falta de conciertos y sesiones de DJs en las plazas de Aranda durante las mañanas. No era fácil, tanto para organización como para asistentes, perder uno de los elementos diferenciadores del festival, pero el coronavirus obliga y Sonorama ha demostrado que los protocolos están para cumplirlos por el bien de todos tanto en el pueblo como en el recinto del festival.
La segunda jornada empezaba con Derby Motoreta’s Burrito Kachimba luchando en directo contra un calor infernal, para dar paso a la psicodelia de Anni B Sweet y su banda presentando su último disco en castellano, Universo por Estrenar. Tras ella, el turno de Delaporte, uno de los proyectos de música electrónica con más futuro en el panorama nacional y que lo demostraron dejando por todo lo alto el ánimo de los 4800 asistentes de la segunda jornada que esperaban a las grandes estrellas de la noche: Amaral, un concierto donde se mezclaron greatests hits de la banda aragonesa y la presentación de nuevas canciones de su último disco Salto al Color. Todavía quedaba tiempo para escuchar a León Benavente demostrando que son una de las bandas más potentes, con mejor directo y más queridas de este país.
Siguieron las altas temperaturas en la última jornada de festival, lo que provocó que mi cuerpo colapsase durante el concierto de La Habitación Roja y tuviese que irme antes de lo que hubiera querido y por circunstancias como ésta, tengo que tener preparado con anterioridad que tenga que dejar un festival con urgencia. Así que me perdí el esperado concierto de Vetusta Morla pero pude disfrutar del concierto de promesas con mucho futuro como Ginebras y de bandas que ya son grandes confirmaciones como La La Love You, el mejor grupo español en los últimos premios MTV. Pero si hay unos nombres de los que no podemos olvidarnos y tenerlos presentes para próximas ediciones de Sonorama y de otros festivales son los de Conchita García Arroyo, Marisol Illana Álvarez y Celia de la Rosa Aparicio, las interpretes de lengua de signos que demostraron su profesionalidad y buen hacer en cada concierto que dieron.
Para muchos festivales, estar adaptados para personas con discapacidad es algo que se tiene que cumplir porque lo dice la ley (si no me creen comprueben en el próximo festival al que asistan algo tan sencillo como el estado y uso de los WC adaptados para personas con discapacidad) pero esta extraña edición de Sonorama ha demostrado que la accesibilidad es una de los hechos diferenciales del festival arandino. Muchas gracias a todos los que habéis hecho posible que cada vez más gente pueda disfrutar de las fiestas del pueblo del indie español.