The Magnetic Fields + Hidrogenesse – Sala Apolo (Barcelona)
Merritt y compañía habrán firmado uno de los discos más flojos de su carrera, Love at the Bottom of the Sea (2012), pero bienvenido sea si con esa excusa pueden volver a pasearse por las salas de nuestro país. Lleno absoluto en la Sala Apolo, a pesar del precio bastante elevado de las entradas, que ofreció un entorno cercano y cómodo al llenar el auditorio de sillas. Sillas que por otro lado no alcanzaron a cubrir el aforo pero afortunadamente el respeto y la educación ante la actuación fue la nota dominante.
La noche empezó con la actuación de Hidrogenesse que plasmaron un breve pero agradecido concierto-homenaje al matemático inglés Alan Turing, mediante canciones compuestas para la ocasión y recuperando alguna de las antiguas que se ajustaba bien al formato. Una elección de teloneros más que idónea al haber reconocido Genís Segarra y Carlos Ballesteros la deuda y admiración que deben al trabajo de Stephen Merritt.
Con pocas palabras pero aparentemente cómodos y relajados, y parece que no es tan fácil encontrarlos en ese estado de ánimo, los The Magnetic Fields empezaron un concierto al que poco le faltó para alcanzar las dos horas. Con su habitual brevedad compositiva la noche alcanzó para tocar casi treinta temas que abarcaron la práctica totalidad de sus ya veinte años de carrera. Canciones muy repartidas también entre sus tres potenciales cantantes pero en las que Merritt sigue brillando como intérprete de una forma especial. Aunque como era de esperar fue Claudia Gonson, que realizó una actuación exquisita, quien entre canción y canción mantenía la atención del público.
Un concierto en el que si bien arriesgaron muy poco y nunca fueron más allá de lo que exige la profesionalidad, el resultado fue especialmente agradecido por la enorme calidad interpretativa de su directo que logró mejorar o al menos igualar algunos de sus mejores trabajos en estudio. No es fácil aventurar que la carrera de los The Magnetic Fields se sustente cada vez más en sus directos pero vistos los últimos resultados, ciertamente no es una mala elección en absoluto.