The Tallest Man On Earth (Joy Eslava) Madrid 08/02/16
La gira actual de The tallest man on Earth tenía como principal función despejar la incógnita acerca de si la carrera del sueco Kristian Matsson luce más con él solo o con una banda de acompañamiento.
Por mi parte, me declaro fan absoluto de su disco bisagra, There’s no leaving now (12), más arreglado que sus espartanos inicios y menos florido que su reciente Dark bird is home (15), primer disco en el que abriga con la presencia de diversos músicos su propuesta. En estudio, el resultado de su última obra me convence sin problema. Mi duda era si un artista con semejante carisma y presencia escénica se iba a ver deslucido con más componentes sobre las tablas.
Y bueno, el principio con una titubeante “Wind and walls”, seguida por una imbatible “1904” no tan deslumbrante como en anteriores ocasiones no hacía presagiar una gran velada. Sin embargo, cuando comenzaron a asomar canciones de su reciente trabajo, la magia comenzó a fluir de manera natural al sonar más acordes con la propuesta escénica: “Fields of our home” y una brillante “Darkness of the dream” fueron los dos primeros grandes momentos de la noche.
No obstante Matsson, conocedor de su magnetismo inherente, destacó especialmente en los momentos en que sus compañeros le dejaron solo en escena o acompañado de un único efectivo: “Love is all”, “I won’t be found” –el instante que más me conmovió del show- y “Little nowhere town”, con nuestro histriónico protagonista al piano, dejaron a las claras cuál es la baza ganadora de The tallest man on Earth.
Desgraciadamente, hubo deslices incómodos como la imposibilidad de interpretar al nivel de lo que es “Sagres”, simple y llanamente una de las canciones más maravillosas del pasado ejercicio 2015 o lo facilona y fláccida que sonó “Timothy”.
Sin embargo, fueron los últimos lances del grueso de concierto los que inclinaron la balanza hacia el lado de las grandes pequeñas citas, de los días que tendrán un brillo modesto, pero especial en nuestra memoria. Y es que “King of Spain” sonó a celebración y a comunión absoluta con una sala abarrotada y entusiasmada desde el primer minuto; además, el remate con una emocionante y sentida “Dark bird is home” justificó por fin la presencia de una banda que –ahí sí- sonó imponente y no como un mero barniz.
Con la platea ya ganada y visiblemente agradecido, The tallest man on Earth y su séquito volvieron para regalarnos un bis certero y agradecido con los fans. “The dreamer” sirvió al pequeño gran hombre para aparcar su guitarra y bajar del escenario para cantar y moverse entre una audiencia cariñosa y entusiasta, mientras que “Like the wheel” ejercía como perfecto broche intimista, con sus acompañantes desprovistos de sus instrumentos y abrigando con sus coros la interpretación de este peculiar y entrañable trovador contemporáneo.
Pues a mí la versión de Wind and Walls me pareció la mejor de todas con mucha diferencia. Un tema clásico llevado a otro terreno que me dejó pasmado… luego 1904, uno de mis temas favoritos hizo presagiar una gran veladay no defraudó. Igual de bueno con banda que solo, creo que DEBE se editar un disco en directo de esta gira.