The The – Ensoulment (Cinéola / earMUSIC)
El gran Matt Johnson es un culo inquieto. Su último disco escorado a la música pop y con banda más convencional con The The está fechado en el 2000 cuando se publicó Nakedself, pero desde esta fecha ha estado haciendo muchas cosas: desde bandas sonoras para películas dirigidas por su hermano Gerard – Tony (2010), Moonbug (2011), Hyena (2015) y Muscle (2020) son todas muy interesantes – así como un proyecto muy especial junto a su ex Johanna St. Michaels, un documental titulado The Inertia Variations (en donde St. Michaels se infiltraba en el estudio de Matt para inmortalizalo mientras componía, hablaba de su vida y milagros, así como de su posicionamiento político siempre disidente). De este proyecto tan personal vio a la luz Radio Cinéola Trilogy (2017) que consistía en piezas breves de música electrónica y spoken poetry cuya inspiración tenía como germen un poema de John Tottenham. Luego vinieron canciones repartidas esporádicamente en 7″, y un directo tras su reunión en 2018 – The Comeback Special. Live At The Royal Albert Hall – que era un bonito testimonio de una discografía casi sin mácula.
Es una verdadera alegría volver a escuchar canciones nuevas de un autor que se toma el arte creativo muy en serio, casi dejándose la piel en ello. Para dar forma a este excelente Ensoulment (Cinéola, 2024) vuelve a contar con viejos conocidos: James Eller (bajo), DC Collard (teclados), Earl Harvin (batería), y Barrie Cadogan (guitarra), que ya había estado a su lado en trabajos de la envergadura de Infected (1986) o Mind Bomb (1989), este último, por cierto, contaba también con la guitarra de Johnny Marr.
Este nuevo cancionero recuerda más a Mind Bomb, en el sentido de que es más pausado, alejado de los ritmos más postpunk de sus inicios, y con una banda perfectamente engrasada que sigue haciendo música que es todo fibra. La madurez y sabiduría de un hombre que está de vuelta de todo, y los singles de adelanto así lo atestiguan: “Cognitive Dissident” es una pieza con aires nuevaoleros ejemplar (Nick Lowe me pasa por la cabeza), y que a nivel lírico es una arenga en contra de una sociedad en donde los sentimientos se están tornando algoritmos y biopolítica (“Communicates by code / The unthinkable is now thinkable / The poison, it’s drinkable / So get with the program, get in sync / You’d better self-censor for wrongthink”), “Sometimes I Drink My Coffee By The Grave Of William Blake” es otra muestra del magisterio de Johnson para elaborar pop mayúsculo en plan crooner otoñal y, de nuevo, dirigirse a los gobernantes que nos venden humo (“The agents of malice – provocateurs in disguise / Using slivers of truth to sell the biggest of lies / The lexicon is weaponised – population atomised / Information criminalised – the dissenters? / Tongue-tied!”), y “Linoleum Smooth To The Stockinged Foot” que recuerda a la última etapa de Luke Haines.
El resto no desentona para nada, y así nos encontramos “Life After Life” con precisos y hermosos arabescos de guitarra, el suave acento blues de “Risin’ Above The Need”, el medio tiempo a lo Momus de “I Hope You Remember (The Things I Can’t Forget)”, para acabar con “A Rainy Day In May”, un final por todo lo alto, y sí, bienvenido de nuevo a nuestras vidas.