Tujiko Noriko – Make Me Hard (Mego)
Mucho, muchísimo se ha hablado en estos meses del último lanzamiento de la preciosa japonesa Tujiko Noriko, Make Me Hard ha sido ya elevado a la categoría de nuevo “hype” . Pongamos las cosas en su sitio.
A nadie un poco avezado en el terreno de la electrónica contemporánea debería sorprenderle. Primero, el disco lo edita Mego, label con tanto o más caché y riesgo que otros más “populares” como Warp o Too Pure. Segundo, porque su anterior lanzamiento Shoho Toshi (01), también publicado por el sello austriaco ya patentaba esa mixtura de experimentación y la querencia pop que define este Make Me Hard, y de paso el Mini Lp I Forgot The Title (02) allanaba el terreno.
Además, y para rematar la jugada, anuncia su vuelta al pop al uso (aunque con elementos como éstos ya se sabe) en el exquisito sello Tomlab (búsquenlo como Angelika Köhlermann, y Casiotone For The Painfully Alone), que será el próximo en explotar, y si no, al tiempo.
Tampoco debería extrañar que los postulados rupturistas y abiertamente radicales de Mego se plieguen a propuestas más “digeribles”, es un paso que tarde o temprano todos las casas básicas en la evolución de la música de fin de siglo han tenido que afrontar con mayor o menor fortuna , y que Mego ya hizo suyo con el in-com-pa-ra-ble Endlezz Summer de Christian Fennesz, genio y figura al que todavía nadie, ni por supuesto el personaje que nos ocupa ha podido, ni querido, alcanzar.
El acercamiento a este último trabajo de la nipona depende, en gran medida del factor sorpresa, si la has escuchado anteriormente percibes evolución, pero no el supuesto hype (underground of course) que nos están intentando vender .
De todos modos en una primera escucha ,carente (o no) de referencias (y prejuicios) resulta expléndido, fresco, juguetón y primerizo, pero no se cofundan, primero porque el discurso ruidista y punk de Mego esta ahí (¿esta?), pero suficientemente acolchado para oídos profanos, con una querencia Lo-Fi que resalta el embrujo pop y la frescura que no se encuentra en la mayoría de sus coetáneos.
El valor de la propuesta está al igual que, insisto, todos sus vecinos, en la huida del pop de estereotipos de la una electrónica melódica o indietrónica cada vez más aburrida (salvo honrosas excepciones) y rígida. La esquiva del pop estilo versus-chorus versus, la introducción de esquemas más abiertos, de los sonidos infantiles (a la manera de unos Plone) en los desvaríos ruidistas, otorgan un carácter individual y modélico a Make Me Hard.
Bastante alejada de la introspección y radicalismo de Pita o General Magic, y marcando las distancias con el trascendentalismo y rupturismo pop de Fennesz, el asalto de Noriko pierde a los puntos ahí con respecto a los primeros y se aleja del tercero resultando más concreta en su resultado y resultando por ello mas clásico en su entendimiento.
Su pop de juguete bañado en drones y cacharrería digital, sorprende y atrapa a medida que avanza el minutaje y sobre todo cuando, en los momentos más intimistas, el ropaje electrónico envuelve a la japonesa que arrulla, más que canta, y se funde en el marasmo sónico como un instrumento más y perdiendo el determinismo, para adentrarse en terrenos abstractos que le sientan mucho mejor.
En general el disco gana en su desarrollo, desprendiéndose incluso en ocasiones del armazón metálico en algunos cortes, dando cancha a la confusión de estilos, del pop al post-pop o post indie-pop, pero la escucha de su primer corte es suficiente para entender lo que se te vendrá encima. Temas de pop sentimental con coartada rupturista.
Sí, es nuevo, pop y es electrónico.
Dando pasos de gigante, Mego, lo ha vuelto a hacer, New Forms, al margen de hypes y ventas, el sello más punk de los últimos 5 (¿10?) años.
Rompedor o no , no lo dejes escapar, las escuchas le hacen ganar enteros, y muchos.
Habrá que estar atentos, la nueva entrega de Jóhann Jóhannsson, Englabörn(03), del sello hermano Touch, promete sorpresas.