Vetusta Morla – Santana 27 (Bilbao)
El año pasado, dos nombres, artistas debutantes ambos, destacaron mediáticamente sobre el resto y lograron un éxito sorprendente franqueando la barrera de lo minoritario. Por una lado, Russian Red, y por otro, Vetusta Morla. Estos últimos cosecharon a primeros de este 2009 varios premios de la música, pasaron a estar en boca de todo el mundo, y disfrutan ahora de un reconocimiento comparable (incluso superior por el factor novedad) al de Los Planetas o Fangoria.
Los madrileños son ejemplo de paciencia y trabajo. Su disco Un día en el mundo es notable y ha llegado, incluso, a un público no habitual.
La sala del barrio de Bolueta se presentó abarrotada y con una buena representación de esos esporádicos que han encontrado en Vetusta Morla a la nueva esperanza del pop-rock en castellano. Y me sorprende lo rápido que un grupo pequeño ha aprendido a desempeñar el papel de una estrella; al sexteto se le vio cómodo en su nueva faceta. Capaces de ofrecer inmejorables medios tiempos, su estado natural, no aportan el plus de intensidad y potencia con las que su directo ganaría muchos enteros. Se echa en falta unas guitarras bastante más guerreras. Su puesta en escena se sostiene sin problemas en una materia prima rica, pero no alcanza grandes cotas, posiblemente por la falta de riesgo que demuestra el grupo. Así las cosas, su actual público disfruta al máximo, corea, canta y vibra, hasta que decida que ya tiene suficiente.
Con esto no estoy queriendo apuntar que el éxito de Vetusta Morla vaya a ser efímero, sino que nos encontramos ante una propuesta con un directo cumplidor. El componente emocional está de su lado, al igual que el carisma de Pucho, su cantante, y el poder de sus canciones. Desplegaron toda su artillería, el álbum al completo, y enloquecieron a un respetable muy entregado. “Sálvese quien pueda” y “Saharabbey Road” cerraron un repertorio que ganó en temperatura y contundencia con el transcurso del mismo.
Son conscientes de que su empresa vive un momento feliz y no lo desaprovechan. Veremos a ver hasta cuándo.